Un insólito incidente sin trascendencia marcó la celebración de la Fiesta Nacional este 12 de octubre. El cabo primero Luis Fernando Pozo Dionisio, que acumula más de 600 saltos, debía aterrizar con la bandera de España en el Paseo de la Castellana tras una compleja maniobra que, se suponía, tenía controlada.
Se quedó enganchado en una farola. El desfile siguió sin mayor problema mientras el cabo, visiblemente contrariado, era auxiliado por sus compañeros y aplaudido por los asistentes, los Reyes incluidos.
La anécdota, que el protagonista tardará mucho en olvidar, facilitó todo tipo de alegorías, hechas en los corrillos y las redes sociales por los dirigentes partidos de todos los políticos que contienen la respiración ante la inminente sentencia del Tribunal Supremo.
Inevitablemente, la Fiesta Nacional del 12 de octubre estuvo sobrevolada por la sentencia y la posibilidad de que, de alguna manera, en los próximos días o semanas haya algún incidente en el que Cataluña o el conjunto de España se queden enganchados, como el cabo primero que portaba la enseña nacional.
Temprano, cuando pasaban unos minutos de las 8.00 horas, este periódico aportó algunos de los detalles trascendentales de la sentencia, que condenará por sedición a todos los procesados acusados de ese delito. La sala segunda del Tribunal Supremo, presidida por el magistrado Manuel Marchena, prevé también condenar por malversación a las mismas personas: el exvicepresident catalán Oriol Junqueras; los exconsejeros Jordi Turull, Raül Romeva, Josep Rull, Joaquin Forn, Dolors Bassa; la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, y los lideres de ANC y Ómnium Cultural Jordi Sànchez y Jordi Cuixart. Sólo los exconsellers Santi Vila, Carles Mundó y Meritxell Borràs permanecerán fuera de la cárcel, condenados por desobediencia y a una inhabilitación para ejercer cargo público.
El Gobierno, cauteloso
El Gobierno fue muy cauteloso a la hora de valorar este anticipo de la sentencia, que no contiene los años de cárcel a los que serían condenados los que ya llevan en torno a dos años en prisión perventiva. La portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, se mostró incómoda por que haya trascendido estos detalles mientras que el de Interior, el juez Fernando Grande-Marlaska, recordó que no hay sentencia hasta que se publique.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, volvió a mostrar firmeza. "Nosotros hemos contemplado todos los escenarios posibles", aseguro en conversación informal con los periodistas. El Ejecutivo ya despliega un intenso frente judicial y otro operativo, que tiene en cuenta la colaboración de los Mossos d'Esquadra y la posibilidad de que, de nuevo, ejerzan una huelga de brazos caídos, como cuando fueron encargados de impedir el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017. "Está todo muy previsto", dijo.
"Una sentencia no está terminada hasta que la firma el último magistrado", ha recordado el propio Marchena, una de las estrellas del besamanos.
El presidente del Gobierno tiene previsto comparecer el lunes una vez se conozca la sentencia. Los líderes independentistas llaman a la desobediencia civil y a la respuesta pacífica en la calle, aunque algunos colectivos pretenden ir más allá. Este 12 de octubre parecía, en eso, un compás de espera. El día en el que España puede saltar del paracaídas es el 14 y nadie puede asegurar, al 100%, de qué manera llegará al suelo.