"La España actual es fruto del perdón pero no puede ser producto del olvido". Pedro Sánchez ha comparecido en el Palacio de la Moncloa pasadas las 15 horas para celebrar solemnemente la exhumación de Francisco Franco del Valle de los Caídos.
Cuando "en unos días" reabra el recinto que gestiona Patrimonio Nacional, los que lo visiten "se van a encontrar con un lugar distinto". Desde este jueves 24 de octubre, "quienes yacen son víctimas, sólo víctimas", ha señalado.
"España cumple consigo misma" al trasladar los restos del dictador fuera del monumento erigido por el régimen gracias a "miles de presos políticos", ha dicho Sánchez. El "enaltecimiento de la figura de un dictador" era una "afrenta moral" que ha llevado casi tanto tiempo superar como los años que duró la dictadura, ha destacado.
Para él, se trata sólo del principio, ya que aún yacen miles de personas en el Valle de los Caídos (se estima que en torno a unas 33.000), una parte importante sin identificar. También fuera del recinto hay, por toda España, muchos cuerpos todavía enterrados en cunetas o fosas comunes. "Es una aberración que debemos afrontar con decisión", ha dicho.
El presidente del Gobierno ha rendido homenaje a sus familias, con quienes la democracia española salda una deuda, según ha explicado. "La España de hoy tiene una deuda con esas familias. Una deuda con los españoles que también lucharon en los campos de batalla de la II Guerra Mundial", en sus palabras.
"Un agravio"
"El homenaje público al dictador era más que un anacronismo y una anomalía, un agravio", ha dicho. Sánchez ha aludido al uso electoralista de la exhumación que la oposición ve en el PSOE. La exhumación llega una semana antes de que comience la campaña electoral y a poco más de dos semanas de las elecciones del 10 de noviembre.
"Caben todas las opiniones sobre el momento de llevar a cabo esta acción", ha dicho Sánchez. Pero el Gobierno ha llevado a cabo el traslado en cuanto le ha sido posible, "ni un día antes ni un día después", según él.
El presidente ha destacado que la exhumación parte de una decisión del Congreso de los Diputados, de la voluntad del Gobierno en funciones y con el aval del Tribunal Supremo. "Así funciona un Estado social y democrático de Derecho como es el de España", ha reivindicado.
Sánchez ha pronunciado estas palabras (disponibles en su integridad al final de este artículo) mientras en el cementerio de Mingorrubio-El Pardo se procedía a la reinhumación del dictador en el panteón donde reposan los restos de su mujer, Carmen Franco.
A hombros de la basílica
Antes, el cadáver de Franco salió de la basílica del Valle de los Caídos a hombros de sus familiares, "cubierto por un estandarte con la cruz laureada de San Fernando, como enseña familiar, y, sobre él, una corona de laurel con lazos con los colores de la bandera de España", según informaron fuentes de Moncloa. Fueron más de dos horas de trabajos hasta que se abrió la puerta de la basílica. Dentro, sus familiares, los operarios y algunos altos cargos del Gobierno, encabezados por la ministra de Justicia, Dolores Delgado.
En la explanada de la basílica, sus familiares gritaron: "¡Viva España! ¡Viva Franco!" y ha habido cierta tensión porque un miembro de la familia llevó al acto una bandera preconstitucional. "No se les permitió entrar con ella en la basílica y tuvieron que dejarla a la entrada. Los agentes de la autoridad la colocaron en uno de los coches que trasladaba a la familia", han explicado fuentes de Moncloa.