Las obras en el vallado de Ceuta y Melilla no son asunto baladí. Se trata de una frontera de un gran desnivel económico, que sufre continuos intentos de asalto, en particular en los meses de mejores condiciones meteorológicas. El proyecto de modernización y retirada de las concertinas se prolongarán durante diez meses. Durante ese periodo de tiempo, un dispositivo especial de la Guardia Civil y de la Policía Nacional cubrirá las brechas que puedan surgir durante la remodelación. Pero el Gobierno de Pedro Sánchez también ha pedido ayuda a Marruecos para blindar el perímetro.
Las conversaciones entre Madrid y Rabat han sido constantes desde que se concretara la retirada de las concertinas en las vallas de Ceuta y Melilla, en Consejo de Ministros del pasado mes de enero. Las obras darán comienzo este mismo mes de noviembre y el Gobierno no quiere que se produzcan incidentes o saltos masivos durante los diez meses de reformas.
Por eso, el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, ha instado a su homólogo en Marruecos, Abdelouafi Laftit, a coordinar medidas de seguridad "precisas" a ambos lados de la frontera. Ambos han mantenido varias reuniones bilaterales; la última de ellas, el pasado 4 de septiembre.
Pedro Sánchez ha insistido en repetidas ocasiones y de forma pública en la "estrecha colaboración" que existe con Marruecos en materia migratoria. En agosto de 2018, sin ir más lejos, se aplicó un acuerdo en desuso para devolver al país vecino a 116 personas que habían saltado el perímetro fronterizo. Circunstancias que han estado acompañadas de acuerdos económicos con los que España ha ayudado a sufragar varios proyectos de corte migratorio en el país vecino.
El refuerzo policial
¿Y qué ocurrirá en el lado español de la valla? Marlaska ha consultado a los máximos representantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado si dispondrían de los medios necesarios para proteger el perímetro fronterizo de ambas ciudades autónomas mientras se prolonguen las obras. Tras obtener su visto bueno, se ha proyectado un dispositivo especial para los próximos diez meses.
El refuerzo especial de seguridad contará con un incremento del personal desplegado en la zona y la dotación de medios para cubrir los tramos en los que se vayan acometiendo las obras. La retirada de las concertinas y la instalación del nuevo vallado se hará de forma gradual tanto en Ceuta como en Melilla.
Se trata de una reforma ambiciosa dotada de un presupuesto de 18 millones de euros. En los puntos más expuestos se instalará una valla de diez metros de altura; asimismo se sustituirán las concertinas por medios menos lesivos y se dotará a los cuerpos policiales de medios tecnológicos avanzados para incrementar la seguridad.