"No quiero que nos acompañen partidos peligrosos. Espero que Podemos no fagocite al PSOE. [...] Quiero que terminemos con las dos Españas y hacer un país donde exista un nivel de convivencia aceptable", Juan Carlos Rodríguez Ibarra, expresidente de la Junta de Extremadura.
"Si esto se hace [gobierno de coalición PSOE-Podemos] vamos de manera vertiginosa a una crisis del sistema, una crisis constitucional de consecuencias que pueden ser devastadoras", José María Aznar, expresidente del Gobierno.
"Los problemas de España no se resuelve con un bloquismo que lleva el discurso a los extremos", Felipe González, expresidente del Gobierno.
"El Partido Socialista tiene que parar esta coalición y decirle a Sánchez que descuelgue el teléfono y que llame al presidente Casado", Alberto Núñez-Feijóo, presidente de la Xunta de Galicia.
A derecha y a izquierda hay voces que apuestan por la gran coalición, por un gran pacto constitucionalista que no sólo permita a España salir de un bloqueo que le ha llevado a acumular cuatro elecciones generales desde 2015, sino que dé al país un tiempo de estabilidad para afrontar los grandes desafíos a los que se enfrenta: desde la recesión económica en ciernes y los efectos adversos del brexit al desafío separatista pasando por la necesaria reforma de las pensiones y la puesta al día del sistema sanitario.
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El tablero político que han dejado las elecciones del 10 de noviembre sólo ofrece dos opciones de Gobierno: un acuerdo PSOE-Unidas Podemos que, con sólo 155 escaños, depende del voto de separatistas, nacionalistas y hasta de formaciones de índole provincial para poder salir adelante; y un gobierno de gran coalición de los partidos constitucionalistas con los 219 escaños que suman PSOE, PP y Ciudadanos.
España necesita estabilidad y reclama una política hecha desde la centralidad, no desde los extremos ni condicionada por aquellos que quieren romper el país. Según un sondeo de SocioMétrica para EL ESPAÑOL, un 71% aboga por la opción de la gran coalición constitucionalista. Sin embargo, sólo un 17% aplaude el acuerdo entre Sánchez e Iglesias.
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