El abrazo entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias llegó tan pronto que sorprendió a todos. Después, el apagón a la espera del socio clave, del 'plan A' del líder del PSOE para ser investido: ERC. Este lunes, los militantes del partido republicano catalán votarán en una consulta en la que no se esperan sorpresas. Sánchez tendrá que aceptar "un acuerdo para abordar el conflicto político con el Estado a través de una mesa de negociación", pero a cambio, los independentistas catalanes podrían no ponerle muchos apellidos a ese compromiso para evitar una revuelta de constitucionalistas contra el presidente del Gobierno.
Si la consulta sirve como condición para la abstención y no es sólo el inicio de la negociación, podría ser compatible sin mayores dificultades con el preacuerdo de coalición rubricado por Sánchez e Iglesias, que promete "diálogo en Cataluña buscando fórmulas de entendimiento y encuentro siempre dentro de la Constitución".
Los dos partidos ya saben quiénes los representarán en las conversaciones de cara a la investidura, según fuentes cercanas. Por parte de ERC será Gabriel Rufián, portavoz en el Congreso, Marta Vilalta, portavoz del partido, y Josep Maria Jové, presidente del Consejo Nacional del partido. Por parte socialista, Adriana Lastra, portavoz parlamentaria, Salvador Illa, secretario de Organización del PSC, y un tercero que no ha trascendido. Rufián y Lastra comieron el jueves en el Congreso, según adelantó Nació Digital, para cerrar la composición de los equipos negociadores de la investidura.
Puede haber muchas fórmulas para una "mesa de negociación" tras la investidura (de hecho, ya existen otras mesas de negociación) y que existe un "conflicto político" ha sido defendido en muchas ocasiones por el presidente socialista. Los republicanos tuvieron la delicadeza de no describir en su pregunta un conflicto entre Cataluña y España, renunciando ya, en parte, a la retórica de la bilateralidad que tanto asusta a algunos dirigentes socialistas.
Todo está pensado hasta el más mínimo detalle, confiando en que Oriol Junqueras acepte un gesto, un constructo político que salve la cara tanto de un Sánchez que tiene la Constitución como límite como la del líder republicano, en la antesala de unas nuevas elecciones autonómicas en dura competencia con Junts per Catalunya. Y, después, ya se verá.
No han trascendido detalles de la negociación, pero parece poco probable que Sánchez ate también el apoyo de ERC a sus Presupuestos, que podrían convertirse en el partido de vuelta o segundo acto de la negociación teniendo en cuenta que el presidente socialista quiere aprobarlos en los primeros meses de 2020.
Hay socialistas catalanes y del conjunto de España que siguen sin fiarse de ERC. "Siempre nos pasa lo mismo, queremos creer que optarán por la moderación y después les da un ataque de nervios ante el primero que les llama botiflers [traidores]", explica una fuente del PSC. Ocurrió con los Presupuestos Generales del Estado. ERC fue el primer partido (antes que JxCat) en presentar una enmienda a la totalidad y tumbar así la posibilidad de que fuesen siquiera tramitados. Así ocurrió con la elección de Miquel Iceta como senador por designación autonómica, paso previo e imprescindible para que presidiera la Cámara Alta. Y así podría ocurrir de nuevo esta vez. Hasta que se levanten de su escaño y voten de viva voz "abstención", todo es posible.
En cualquier caso, ni en Ferraz ni en Calabria [calle donde se emplaza la sede de ERC] tienen la más mínima duda de que los militantes independentistas apoyarán la propuesta de la dirección de su partido.
Después se abre un período de una semana hasta la constitución de las Cortes. Esos días serán clave. Ferraz asegura que antes de que se conozca el resultado de la consulta no se puede avanzar. La constitución del Congreso y el Senado marcará otro punto de inflexión, ya que los socialistas pueden tener que concertarse con ERC de cara a la elección de los miembros de las Mesas. Será una prueba más para comprobar si socialistas y republicanos se entienden.
Pero además, Sánchez quiere ser investido con agilidad. Los plazos siguen siendo celebrar los debates y votaciones correspondientes en diciembre, de tal manera que el líder del PSOE sea investido o, si no, comience a correr el plazo hacia unas terceras elecciones, un escenario inédito y que supondría un fracaso total de la política española.
El calendario que manejan en Ferraz es el de el debate de investidura el lunes 16 y martes 17 de diciembre. Este último día se celebraría la primera votación, para la que Sánchez necesitar mayoría absoluta. Ante el más que probable escenario de no obtenerla, 48 horas después se celebraría otra votación en la que sólo necesita más votos a favor que en contra.
Es ese día, el 19 de diciembre, cuando el jefe del Ejecutivo pretende lograr su primera investidura tras dos intentos fallidos (en marzo de 2016 y en julio de este año). De esa manera, podría nombrar a los ministros antes de Nochebuena y celebrar su primer Consejo de Ministros con holgura suficiente antes de fin de año. Las demás posibilidades implican tener a los diputados en el Congreso durante la Nochebuena, la Navidad o Nochevieja, algo que es poco probable.