La violación como arma de guerra. Las Fuerzas Armadas españolas, desplegadas en una veintena de escenarios marcados por el conflicto, son un agente determinante en la construcción de la paz. Pero, ¿cómo tratar con aquellas mujeres que son víctimas por partida doble? ¿Cómo establecer una relación de confianza con quienes lo han perdido todo, incluida su integridad sexual? La responsabilidad cae en buena medida en las 200 militares españolas desplegadas en Afganistán, Irak, Mali o Líbano -entre otros-. A ellas se les hace un llamamiento a participar en una "revolución por la paz".
25-N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La Universidad Camilo José Cela ha acogido en Madrid la celebración del seminario Mujeres, Paz y Seguridad. "De los 3.000 militares españoles que hay en el exterior, 200 son mujeres; son pocas, hay que potenciar su presencia, pero valen mucho". La ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, se ha dirigido a todas ellas.
"La resolución de los conflictos no se consigue mediante una guerra mayor, sino con contingentes como los españoles que van a hacer labores de intermediación". Función en la que ha destacado el papel de las mujeres militares: "Si no intervienen como agentes mediadoras no habrá paz".
Porque, según ha detallado, son ellas las que deben aproximarse a "las principales víctimas, las mujeres": "La violencia sexual es un arma de guerra. Y ellas son violadas y vejadas, en muchas ocasiones ante el silencio de la comunidad internacional".
La memoria de las Mariposas
Cruz Sánchez de Lara, presidenta de THRibune, Tribune of Human Rights, y consejera de EL ESPAÑOL, ha comenzado el acto con un llamamiento a un minuto de silencio en memoria de aquellas mujeres que tienen "heridas en su cuerpo y cicatrices en el alma".
Acto seguido ha evocado a las Mariposas Mirabal, las tres hermanas dominicanas que desempeñaron un papel clave en la lucha contra el dictador Rafael Leónidas Trujillo: las tres fueron secuestradas asesinadas y arrojadas por un barranco para simular un accidente. Conocer la verdad propició el derrumbe de la dictadura.
La memoria de las Mariposas Mirabal vertebra el espíritu del 25-N, como la propia Sánchez de Lara detalla este lunes en EL ESPAÑOL: "Este año más que nunca tenemos que procurar defender la transversalidad de las políticas de género frente a la polarización que algunas voces histriónicas intentan introducir en tan grave asunto".
De Kakuma a Madrid
Elizabeth Kitulo, con un emotivo discurso, ha contado desde su propia experiencia por qué es "crucial" potenciar el papel de la mujer en zonas de conflicto o de crisis humanitaria. Profesora en el campo de refugiados de Kakuma (Kenia), poblado principalmente por aquellos que huyen del conflicto en Sudán del Sur, ha detallado que allí "sólo el 10 por ciento de las docentes son mujeres".
"Hay muchas madres solteras y muchas viudas, la mayoría de ellas desempleadas; necesitamos apoyar a las mujeres que están en la exclusión para que entren en la inclusión. Tenemos que aumentar su participación en todos los aspectos de la vida".
"La esclavitud del siglo XXI"
El acto coral ha estado moderado por Emilio Lora-Tamayo D’Ocon, rector de la Universidad Camilo José Cela (UCJC), y ha contado con la presencia de varios expertos en la materia. Entre todos, han construido una visión completa sobre la situación que viven las mujeres no sólo en zonas de conflicto, también en nuestro país.
Así, Elvira Cabrera Rodríguez, profesora de Criminología y Seguridad de UCJC, ha advertido de que "la trata de seres humanos es la esclavitud del siglo XXI". María Salvador, responsable del programa Derechos de las Mujeres de Alianza por la Seguridad, ha pedido que se tomen "medidas amplias" para frenar la violencia contra las mujeres: "No sólo las relacionadas con la seguridad, también todo tipo de apoyos desde el ámbito social". "La agenda mujeres paz y seguridad es una prioridad", ha añadido Clara Brasero, del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.
Y el almirante Juan Francisco Martínez Núñez, secretario general de Política de Defensa, ha culminado las intervenciones destacando "la incorporación plena de la mujer en las Fuerzas Armadas como elemento rompedor para subvertir los ciclos que combinan miseria, corrupción y violencia": "Desde mi experiencia en zonas de conflicto puedo decir que la mayoría de las mujeres apuestan por la paz, madres que han tenido situaciones penosas con hijos y quieren avanzar; hay que apostar por ellas".