Antonio López-Istúriz (Pamplona, 1970), acaba de ser reelegido secretario general del Partido Popular Europeo (PPE) -formación a la que pertenecen la nueva presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen o la canciller Angela Merkel- en el congreso celebrado a finales de noviembre en Zagreb. Un cargo que ocupa desde 2002, compaginándolo con el de eurodiputado del PP por cuarta legislatura consecutiva, y que le ha permitido tejer una amplia red de contactos políticos no sólo en Bruselas sino en todas las capitales de la UE.
En una entrevista con EL ESPAÑOL en su despacho del PPE, López-Istúriz asegura que la incertidumbre política en España genera preocupación y desconfianza en la UE y culpa de ello a la "irresponsabilidad" de Pedro Sánchez en la formación de Gobierno. Considera que el acuerdo de coalición entre el PSOE y Pablo Iglesias ha provocado "tensión" en Bruselas y asegura que tampoco se entiende que el presidente del Gobierno esté negociando con una fuerza política que quiso saltarse la Constitución como ERC. Revela además que nadie en el PPE le ha pedido a Pablo Casado que se abstenga u ofrezca una gran coalición al PSOE.
La Comisión de Ursula von der Leyen acaba de echar a andar tras un mes de retraso por problemas con la Eurocámara, ¿podrá contar con el apoyo estable de populares, socialistas y liberales o le esperan más turbulencias?
Lo normal y lógico es que la presidenta de la Comisión pueda contar en el Parlamento Europeo con tres o cuatro fuerzas [Von der Leyen también quiere convencer a los Verdes], que son las que le han apoyado. Eso no quiere decir que tenga un pase para todo. Indudablemente habrá siempre momentos de fricción. En democracia tiene que ser así, no va a decir el Parlamento amén a todo lo que produzca la Comisión Europea. Pero eso es una dinámica normal de trabajo que empezaremos a partir de ahora.
Por cierto, todas las noticias apuntaban antes de las elecciones que los extremos iban a avanzar hasta hacer ingobernable el Parlamento Europeo. Y eso no ha sido verdad. Al final, las fuerzas proeuropeas, sensatas, son mayoría. La verdad es que este Parlamento es bastante más estable de lo que se anunció durante meses previos a los comicios.
¿Le preocupa al Partido Popular Europeo que Von der Leyen haya hecho excesivas concesiones para ganarse el apoyo de la izquierda y los liberales en detrimento de las prioridades de su propio grupo, por ejemplo con el Pacto Verde Europeo?
No mientras sea una cosa racional. El PPE siempre quiere ser un partido de equilibrio. Entre los que vienen en barco para no coger el avión como Greta [Thunberg] y las industrias que no quieren cambiar y siguen contaminando, nosotros estamos en medio. Se reconoce que hay que trabajar en la lucha contra el cambio climático, pero de una forma ordenada y organizada, que no provoque millones de despidos. Hay que dar un tiempo para la transición.
Además, aquí en Europa poca queja podemos tener del grado de cumplimiento. Pero en el resto del mundo no está cumpliendo nadie. Por eso, la Unión Europea tiene que empezar a esforzarse a la hora de demandar a otros países y a otras potencias que arrimen el hombro: Rusia, Estados Unidos, China. En muchos de estos casos hay una flagrante violación de todos los acuerdos, y la UE no debe permitir eso.
El grado de irresponsabilidad del presidente del Gobierno está siendo recalcitrante
Pero el grupo popular europeo se dividió la semana pasada en la votación en la Eurocámara sobre si hay o no una emergencia climática.
Eso es una cuestión de respeto y eso se aprende estando en esta ciudad. El término emergencia en Alemania y otros países tiene connotaciones muy negativas. Es un término culturalmente mal visto. En Alemania, fue un decreto de emergencia el instrumento mediante el cual Hitler asumió los poderes plenos. Me dirá, ¿qué tiene que ver esto con el cambio climático? Es respeto a la cultura política de cada país.
Mientras en la UE ya se ha completado el cambio de guardia, en España persiste la incertidumbre sobre si habrá o no Gobierno.
Evidentemente es una mala noticia. Aquí hay mucha gente que está muy preocupada. España será ya -tras el brexit si se produce- cuarta potencia de la UE. Que en Bélgica no haya Gobierno durante dos años puede ser llamativo pero no genera la misma preocupación que la cuarta potencia de la UE.
El grado de irresponsabilidad del presidente del Gobierno en esta materia está siendo recalcitrante. Porque la UE no se puede permitir tener a su cuarto socio por orden de importancia con esta inestabilidad. Y toca al presidente del Gobierno mover ficha y dejar de jugar al ratón y al gato con la oposición y con partidos de un lado y otro del arco parlamentario, con una inestabilidad que genera desconfianza dentro de España y fuera también.
El PP, el PSOE y Ciudadanos votaron juntos en la Eurocámara a favor de la Comisión Von der Leyen, mientras que Unidas Podemos votó en contra. ¿Por qué esta alianza no es posible en España?
Porque las realidades son muy distintas. Para empezar, Podemos no pinta nada en el Parlamento Europeo. No ha pintado nunca ni pintará ahora. Está incardinado dentro del grupo comunista, de la izquierda radical europea, que vota siempre igual que la extrema derecha. Es una curiosidad pero ahí está. Ciudadanos, en el Parlamento Europeo, está dividido en varias facciones, con diputados que se han largado del partido. Vox, con tres eurodiputados en el grupo ECR (Conservadores y Reformistas Europeos) tampoco pinta nada.
La realidad de las cosas es que aquí los que cuentan son populares y socialistas. Y tenemos una Comisión equilibrada, que responde al reflejo del voto que hubo en las elecciones europeas y al equilibrio de fuerzas entre las distintas familias políticas. Es una cuestión muy distinta a la realidad política en España.
¿Diría usted que hay inquietud en Bruselas sobre el acuerdo de coalición entre el PSOE y Podemos?
Desde luego preguntan mucho, lo cual ya es llamativo. Normalmente con este tipo de coaliciones la gente espera a que se cierren, pero yo he visto más preguntas de lo normal. Detecto cierta tensión por las noticias que vienen de España y algunas de las declaraciones que se están haciendo sobre esta coalición desde Podemos o ERC. Pero las instituciones europeas no van a opinar públicamente porque son muy respetuosas en la formación de Gobiernos.
Habrá que ver después lo que pasa. Pero no sabemos nadie lo que va a ocurrir, ni el propio Sánchez sabe en el lío en que se ha emitido. Así que es difícil emitir una opinión sin saber cómo va a acabar este asunto. O si va a haber nuevas elecciones como ya comentan algunos.
Detecto cierta tensión en Bruselas sobre el anuncio de coalición entre el PSOE y Podemos
PSOE, PP y Cs también han hecho frente común en la Eurocámara para impedir que se acredite a Carles Puigdemont o defender el fallo del Supremo sobre el procés, ¿cómo se interpreta aquí que Sánchez negocie ahora con ERC, cuyo líder está en la cárcel por sedición y malversación?
El doble lenguaje del PSOE a nivel europeo, nacional y regional no es ninguna sorpresa. Es de todos sabido. También hay barones socialistas a los que se les llena mucho la boca criticando estos intentos de coalición y luego aceptarán. Hay un doble lenguaje que ha utilizado siempre el PSOE que es muy perverso pero que no supone ninguna novedad.
¿Pero socava esto el trabajo que se ha hecho en Bruselas para contrarrestar el relato de los secesionistas catalanes?
Por ahora no, pero podría hacerlo. Porque los europeos no son tontos. Ahora están esperando. Pero si finalmente se forma Gobierno, el Gobierno Frankenstein que parece que se nos está planteando, vendrán las preguntas y la falta de comprensión: usted me está contando aquí una cosa que en España está haciendo de otra manera. Evidentemente eso puede ocurrir y puede ser tremendamente dañino. Espero que no suceda.
Vox ha entrado este martes en la mesa del Congreso. Según su experiencia europea, ¿debe aplicarse un cordón sanitario a la extrema derecha?
Lo del cordón sanitario yo nunca lo he entendido. Porque claro, cordón sanitario a Vox, muy bien. ¿Y a Bildu? ¿Por qué no hay cordón sanitario a Bildu? Yo siempre que hago esta pregunta nunca he tenido respuesta por parte de la izquierda.
¿Qué hacen los herederos de ETA sentados aquí en el Parlamento Europeo con aspiraciones a ocupar algunas plazas en la dirección, que no se han conseguido pero que pretendían como miembros del grupo de los Verdes? ¿Por qué los Verdes tienen a esta gente en su grupo? ¿Por qué no hay un cordón sanitario ahí? Cuando me resuelvan esa duda, yo les resolveré otras.
Lo del cordón sanitario nunca lo he entendido. ¿Por qué no hay cordón sanitario a Bildu?
¿Qué es lo que le dicen sus colegas de la CDU alemana de Merkel o de otros partidos de su familia política sobre la situación en España?
Desgraciadamente, en estos momentos todos los países europeos tienen sus propios problemas. No es ningún secreto que, por ejemplo, con la CDU en Alemania, el Gobierno de gran coalición está pendiente de un hilo porque ha habido un cambio de liderazgo en sus socios socialdemócratas del SPD. Tienen sus propios problemas. Pero no son de la gravedad de una formación de Gobierno en la que se mete a un partido que ha ido contra el orden constitucional de un país. ¿Dónde está el cordón sanitario para eso?
En Alemania es muy difícil explicar que un partido que ha intentado violentar el orden constitucional esté ahora con expectativas de formar parte del Gobierno de un país. Eso es muy difícil de explicar a una mentalidad alemana. Lógicamente preguntan con cierto pasmo que qué es esto. Pero aquí todo el mundo está esperando a ver si estas son las típicas jugadas del señor Sánchez para luego hacer todo lo contrario, porque ya nos tiene acostumbrados a este mareo. Yo creo que el sentido común, y así me lo han dicho algunos compañeros, es esperar a ver qué pasa al final. Porque vuelvo a insistir, incluso existe la sospecha de que puede haber nuevas elecciones.
¿Le están dando algún consejo desde Alemania o desde otras fuerzas del PPE sobre qué debe hacer Pablo Casado, si debe ofrecer a Sánchez una coalición alternativa?
No, porque se respeta la cultura política de cada país. En Alemania tienen una cultura de gran coalición, pero en España no la ha habido. No quiere decirse que no pueda haberla en el futuro en España. Pero en este momento no pueden opinar sobre algo que es propio de la cultura democrática y política española.
¿Y a usted qué le parece? ¿Debería el PP hacerle una oferta a Sánchez para que no pacte con Podemos y ERC?
El día que Sánchez se ponga al teléfono al señor Pablo Casado, no sé si ese día lo hablarán o no. Pero lo que no puede ser, y yo le doy la razón completamente al presidente del PP, es el ninguneo, el desprecio y la falta de contacto de un presidente del Gobierno con el jefe de la oposición. Es realmente llamativo en una democracia de orden del siglo XXI en Europa. A ver si se pone ya al teléfono, que toca.
¿Descarta entonces que el PP se abstenga como hizo el PSOE con Mariano Rajoy?
Eso es una decisión que tomará el PP en su momento en vista de las circunstancias. Ahora, aquí nadie va a forzar nada a nadie. Ni deberían hacerlo. Aquí cada uno tiene que tomar las decisiones según también cuál fue el mandato de la gente que le votó. Y en eso Pablo Casado creo que está haciendo muy bien, ejerciendo una oposición responsable, viendo cómo va a acabar esta historia. Porque con Sánchez nunca se sabe. Lo mejor es esperar a ver qué es lo que hace, a ver qué nueva pirueta circense se le ocurre. Y no participar de ello por ahora creo que es muy inteligente.
¿Qué salida tiene entonces la situación actual? ¿La repetición de elecciones?
Como se trata de Pedro Sánchez, me lo creo todo. Todo es posible aquí. Un Gobierno Frankenstein, elecciones nuevas... Porque está claro que Sánchez nos ha demostrado que el bienestar y la estabilidad de España están totalmente supeditadas a sus propias ambiciones. Ya ocurrió con el Partido Socialista internamente, con sus idas y venidas, y ahora está ocurriendo con España. Con Sánchez cualquier cosa es posible.