Los disturbios que se vivieron en Cataluña tras la sentencia del procés "no son más que la punta del iceberg" de la "difícil situación" que viven los policías nacionales en la región. Hablan de la "presión" constante en las comisarías, en sus domicilios particulares. Del "estigma" que persigue a sus familias por el mero hecho de serlo. Heridas que no se ven, pero que dejan huella.
Por eso, piden que se realice una evaluación psicosocial a los agentes que residen en Cataluña y a aquellos desplegados de forma extraordinaria para blindar la Comunidad en fechas destacadas del procés. Recordemos que aún sigue activa la operación Ícaro, desplegada por el Ministerio del Interior tras conocerse la sentencia de los políticos catalanes condenados por el Tribunal Supremo.
Los agentes desplegados en la región denuncian varias situaciones que influyen en cuadros de estrés, tensión y ansiedad. Y apuntan directamente a la "virulenta deriva secesionista" como la culpable de esa situación: "Repercute con mayor crudeza en la salud mental de los policías nacionales que prestan servicio en Cataluña".
Enumeran más de 30 ataques a comisarías, alguno de ellos con bengalas, desde el mes de septiembre de 2017, cuando el procés encarriló su escalada de tensión. También del "miedo al asedio" que sufren agentes hostigados y de la "progresiva agravación del escenario social catalán" para los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Una licitación pública
Esos son los términos que recoge el escrito que el Sindicato Unificado de Policía (SUP) ha dirigido a la Comisión de Seguridad y Salud Laboral Policial del cuerpo, en el que insta a que se realicen "con carácter urgente" los citados exámenes psicosociales: "Únicamente a través de la evaluación de los factores psicosociales podremos conocer las posibles repercusiones para su salud y seguridad, y diseñar e implantar las políticas más eficaces en prevención de la salud mental de los policías".
Carlos Prieto Conesa, secretario de riesgos laborales del SUP, detalla a EL ESPAÑOL que los exámenes psicosociales a los policías nacionales se desarrollan cada cuatro años. "Pero el caso de Cataluña es de especial relevancia y por eso pedimos una prueba generalizada a todos los agentes implicados en los operativos".
Según afirma Prieto, la Comisión de Seguridad y Salud Laboral Policial ya ha recibido peticiones en este sentido. "Pero siempre alegan falta de personal y medios para llevarlo a cabo", considera Prieto Conesa. "Lo que les pedimos es que, si no pueden hacerlo ellos, que lleven a cabo una licitación por subasta a través del BOE".
"Profesiones pantalla"
Los policías cuentan experiencias de esconder su uniforme, de utilizar "profesiones pantalla" para ocultar su verdadera dedicación. También de "acoso" a sus hijos escolarizados y de "señalamiento" a sus familiares. "Muchos policías son catalanes o han hecho su vida allí... y empiezan a pensar en marcharse a otro sitio porque su día a día es insoportable", detalla el representante sindical.
Un cocktail al que hay que añadir otro ingrediente, la sensación de "abandono institucional". Los agentes se consideran "atacados" desde esferas políticas en los últimos tiempos. Como ejemplo, citan la moción aprobada en el Ayuntamiento de Barcelona para sacar a la Policía de la Jefatura Superior ubicada en la Vía Laietana.
Un "ambiente hostil" que genera "desasosiego y malestar" entre los agentes; que es más opresivo en "pequeñas poblaciones y en aquellas situadas en el interior de Cataluña". Heridas que no se ven pero que minan la integridad de los policías de Cataluña. Y de sus familias.
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