El mensaje de Navidad de Felipe VI resiste inaplazable en la España que todo lo posterga. Sin embargo, no hay precedente de un discurso del Rey en medio de una negociación de investidura tan comprometida, incluso para el propio monarca, forzado, aún más si cabe dentro de su tarea constitucional, a medir sus palabras.
A las nueve de la noche de este 24 de diciembre, entre los españoles que encenderán la televisión se incluirán los principales dirigentes de ERC, que al menos por una vez atenderán cada palabra, dispuestos a encontrar, si así fuera, una injerencia que denunciar por intolerable.
También lo seguirán en el Gobierno, que tiene la ventaja de saber de antemano lo que dirá Felipe VI a los españoles. El jefe del Estado no puede perjudicar en modo alguno el curso de un diálogo que persigue la formación de un Ejecutivo que deje de estar en funciones.
En este sentido, el expediente del Rey es intachable. Cuestión aparte es que, como ocurrió en el histórico discurso del 3 de octubre de 2017, haga hincapié en los artículos maestros de la Carta Magna, apelando a la unidad de España, y eso pueda interpretarse desde el secesionismo como un intento de desestabilizar.
24 horas antes
Don Felipe se mantendrá estricto a su rol y respetará el proceso por el que Pedro Sánchez trata de armar una mayoría parlamentaria, incluso cuando para ello necesita la abstención de un partido rupturista y republicano cuyo presidente, Oriol Junqueras, se encuentra en prisión, condenado a 13 años por sedición y malversación.
Sabido es el discurso de Gabriel Rufián y demás rostros reconocibles de ERC sobre "los Borbones" o su ausencia cuando el Monarca, al que declararon "persona non grata" en el Parlament, les convoca en las ineludibles -y cada vez más frecuentes- rondas de contactos en Zarzuela, como también hacen Bildu o la CUP, no así JxCat.
Según una norma no escrita, el mensaje de Nochebuena se graba el jueves de la semana anterior a esa fecha. Ese jueves, que fue el 19 de diciembre, cayó la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea sobre la inmunidad de Junqueras, un nuevo ingrediente a un caldero ya rebosante de incertidumbre.
Antes de ese jueves, la investidura parecía cuestión de días, pero su publicación llevó a pensar que podía saltar por los aires. Así que la grabación se aplazó al viernes 20. El equipo de TVE, convocado de nuevo, regresó a Zarzuela. A última hora, se pospuso. Al lunes 23 .Y este lunes se grabó.
Millones de hogares
La alocución con la que don Felipe VI se meterá en millones de hogares este martes a la hora de la cena ya se ha producido, a falta de su difusión. Sólo con 24 horas de margen más de un mes después de las últimas generales y ocho de las primeras, en abril.
En el mejor de los escenarios, al discurso seguirá una velada sin sobresaltos en las distintas casas, la Real, la socialista y la republicana, y será la mañana del 25 cuando se sucedan las habituales y más o menos previsibles ruedas de prensa del político de guardia en cada sede.
En el peor, una respuesta precipitada y agitada en las redes sociales que impida tener la fiesta en paz y atragante varias cenas y una coalición.