Los episodios que se han vivido tras el procés de Cataluña han sido la mecha para prender la animadversión hacia las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. También en otras regiones. Hablamos del País Vasco y de Navarra. Los guardias civiles destinados en esos puestos revelan la presión que vienen sufriendo en los últimos meses en sus destinos.
El denominador común pasa por la búsqueda de la independencia. Y entre los objetivos, tanto en Cataluña como en el País Vasco y Navarra, figura la expulsión de la Guardia Civil de sus territorios. "Fora les forces de'ocupació", en el primero. "Alde hemendik", en los segundos.
Los guardias civiles destinados en el norte de España encuentran un paralelismo respecto a lo que viven sus compañeros en Cataluña. Creen que los episodios que se han vivido tras el procés han desencadenado una nueva campaña de presión sobre ellos. Señalan las caceroladas y otros actos sociales, pero también una presión institucional para dificultar su labor en la región.
"Debido al auge que tiene el gran problema que se vive en Cataluña actualmente, se ha vuelto a ver a la gente que está en contra de la Guardia Civil y la quiere fuera a toda costa del País Vasco y Navarra, comenzando a realizar actos contra los agentes", detallan desde la asociación Independientes Guardia Civil.
"Acciones violentas"
De hecho, la campaña Alde Hemendik es heredera de tiempos duros contra la Guardia Civil en el País Vasco y Navarra. Pero los guardias civiles consideran que en los últimos meses se ha revitalizado la presión contra sus compañeros en estas regiones.
"Lo que empezó como simples caceroladas en puestos o unidades de la Guardia Civil, poco a poco ha ido creciendo y se ha convertido, por parte de la población radical, en acciones violentas contra guardias civiles", insisten desde la asociación.
Hablan de "tensión palpable". De campañas de presión contra los cuarteles de la Guardia Civil en Navarra y el País Vasco. De "malestar, incertidumbre e incluso temor" por lo "que está ocurriendo y pueda llegar a ocurrir" en estas regiones de España.
Presión institucional
Una presión que no sólo se traduce en el ámbito social; también apuntan al escenario institucional. Entre otras, apuntan a la llamada ley de abusos policiales, que ha provocado un profundo malestar entre policías y guardias civiles. También de la introducción de un punto en el nuevo estatuto vasco que recoge "la obligación a la Policía a pedir permiso para intervenir en el País Vasco, limitando así la capacidad del Gobierno para enviar agentes a esa comunidad en caso de urgencia".
"Por parte de IGC queremos poner la atención en estas situaciones, cada día mas cotidianas, y que parece están en un segundo plano, sobre lo que está ocurriendo en el País Vasco y Navarra, ya que aunque la situación diste mucho de la que había en tiempos pasados, el conflicto con la población radical para nada ha acabado", señalan desde la asociación de guardias civiles.
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