La infanta Pilar de Borbón, hermana mayor del rey emérito Juan Carlos, ha fallecido a los 83 años tras no poder superar el cáncer de colon que padecía. La también duquesa de Badajoz se encontraba ingresada en la clínica Ruber Internacional de Madrid y ya había tenido que ser hospitalizada en varias ocasiones a raíz de su enfermedad.
María Pilar de Borbón y Borbón nació en Cannes (Francia) el 30 de julio de 1936. Hija de los condes de Barcelona, Juan de Borbón y María de las Mercedes, fue la primogénita del matrimonio. Vivió su infancia en el exilio, primero en Cannes, después en Roma y finalmente en Estoril, hasta volver a Madrid cuando su hermano Juan Carlos fue proclamado rey.
Enfermera de profesión y amazona distinguida, presidió la Federación Ecuestre Internacional, fue miembro honorario del Comité Olímpico Internacional y parte del consejo de honor del Comité Olímpico Español. La Infanta también dedicó gran parte de su vida a las asociaciones benéficas, donde destaca su aportación al Rastrillo Nuevo Futuro.
Fue precisamente en ese evento solidario cuando se pudo ver a Pilar de Borbón por última vez en un acto público, el pasado mes de noviembre. La duquesa de Badajoz ya había sido intervenida de su dolencia y estaba siendo sometida a un tratamiento de quimioterapia.
Madre de cinco hijos
La infanta renunció a sus derechos dinásticos al casarse con Luis Gómez-Acebo, duque de Estrada, ya que tenía un rango inferior.
La pareja, que contrajo matrimonio el 5 de mayo de 1967 en Lisboa, tuvo cinco hijos: Simoneta, Juan, Bruno, Beltrán y Fernando. Su marido falleció en 1991, también a causa de un cáncer, en su caso, linfático.
El nombre de la infanta Pilar saltó a la prensa en 2016 con la revelación de los llamados Papeles de Panamá. La hermana del Rey Emérito gestionaba una sociedad, Delantera Financiera, con sede en el paraíso fiscal para "desarrollar su actividad profesional fuera de España", según ella misma admitió en un comunicado.
Fue presidenta de la compañía durante cuarenta años y se disolvió coincidiendo con la abdicación de Juan Carlos I. La firma, adujo la duquesa, nunca estuvo "fuera del control de las autoridades fiscales" ni incumplió "ninguna obligación que exigiera la legislación tributaria española". La Agencia Tributaria, finalmente, le abrió una inspección.