"A partir de hoy, que los Consejos ordinarios serán los martes y no los viernes". Pedro Sánchez hizo el anuncio este martes, en Moncloa en la rueda de prensa después del primer Consejo de Ministros de coalición desde la Segunda República. El presidente del Gobierno está acostumbrado a romper moldes y la tradición de que el Gobierno se reúne los viernes no ha sido una excepción.
La justificación para el cambio es poder "planificar" y anticiparse "a los acontecimientos" para "responder, en consecuencia, a los problemas con premura y también con eficacia". Más allá de la intención, no parece haber una gran justificación al cambio de fecha, ya que los asuntos que suelen ir al Consejo de Ministros se trabajan con anterioridad y se perfilan en una comisión específica que ahora se celebrará los jueves. Si antes el proceso duraba tres días, los miércoles, con la reunión preparatoria y los viernes con el Consejo de Ministros, ahora será de seis, con el fin de semana de por medio.
El anuncio pilló por sorpresa a los partidos políticos. "No me preocupa el cambio de fecha, sino las decisiones que allí se adopten", dijo Inés Arrimadas, portavoz de Ciudadanos. En realidad, en otros países el día varía. "Nos parece fatal", explicaron fuentes del PP, que creen que Sánchez lo que realmente intenta es eclipsar al Congreso de los Diputados.
Los horarios del Congreso
Los días de más actividad en la Cámara Baja, muy habituada últimamente a funcionar a medio gas por la falta de Gobierno con plenas funciones, son los martes, miércoles y jueves. Los martes por la mañana se reúne la Mesa (el órgano que dirige el Congreso) y la Junta de Portavoces (que fija lo que se discute). Es el día en el que suelen comparecer todos los portavoces ante la prensa. Sin embargo, desde ahora, el foco mediático tendrá que repartirse con Moncloa, con un poder mucho mayor para marcar la agenda.
Hay más efectos colaterales de la decisión de cambiar el día del Consejo de Ministros. El más relevante será la neutralización de las sesiones de control al Gobierno. Hasta ahora, esos plenos incluyen preguntas que obligatoriamente han de ser registradas con antelación y por escrito. El registro de preguntas cierra los jueves a las 18:00 (hasta ahora era a las 20:00, pero la hora fue adelantada por la presidenta de la Cámara, Meritxell Batet). En caso de haber novedades urgentes, los portavoces podían cambiar sus preguntas hasta el lunes a las 12:00.
Ahora, con el Consejo de Ministros los martes, no habrá tiempo material para que los grupos estudien nuevas preguntas el mismo día y, lo que es más importante, no parece que vaya a haber plazo abierto para presentarlas, teniendo en cuenta que ahora cierra con dos días de antelación.
Control en diferido
Fuentes parlamentarias no descartan cambios en los horarios del Congreso que podrían modificar esta situación. Esta Cámara Baja es la más numerosa en grupos de la Historia, con 10, y tanto Batet como varios grupos quieren mejorar la conciliación de los empleados de la casa y evitar plenos hasta bien entrada la noche.
Si el sistema no se modifica, la oposición tendrá que controlar al Gobierno en diferido, ya que sólo podrá hacer preguntas sobre las medidas tomadas dos Consejos de Ministros antes. El gabinete de Sánchez se reunirá y los grupos sólo podrán preguntar ocho días después, cuando seguramente el debate esté amortizado o las medidas hayan sido digeridas por la opinión pública sin careo parlamentario.