Por tal y como encaran la cita, este lunes Pedro Sánchez y Pablo Casado se disponen a hablar en idiomas diferentes. Los populares han avanzado esta semana que Casado acudirá a la Moncloa "con la intención de que el Gobierno socialista vuelva a las posiciones de moderación y centralidad de las que se ha alejado tras su pacto con Podemos, ERC y Bildu", según fuentes de la formación.
Obviamente, el Gobierno cree que nunca ha abandonado la "moderación y la centralidad", algo que cree haber probado con las primeras semanas de vida del nuevo Consejo de Ministros. En ellas, algunas de las prioridades socialistas, como la ley de eutanasia, han logrado un respaldo muy mayoritario en el Congreso. Otras medidas, como el incremento en 50 euros del salario mínimo, obtuvo el acuerdo de los sindicatos y la patronal.
El Gobierno insiste, desde hace semanas, en tender la mano al PP. Los altos cargos de Moncloa insisten en que la investidura de Sánchez ha cerrado un ciclo electoral, pese a la cercanía de los comicios en Galicia y Euskadi, y que ahora toca llegar a grandes acuerdos con al PP para renovar grandes pactos de país que habitualmente son objeto de negociación entre el Gobierno y el primer partido de la oposición.
¿Una trampa de Sánchez?
Sin embargo, en el PP no se fían y dudan de que el PSOE tenga en realidad voluntad de pacto alguna. Dirigentes populares lo comparan con la oferta de Sánchez a abstenerse para que el Gobierno no dependiera de partidos independentistas, obviando así que el PP contribuiría a la conformación de un Gobierno con Unidas Podemos y Pablo Iglesias de vicepresidente. Según esta tesis, el PSOE sólo quiere utilizar al PP como justificación para sus propios pactos y decir que, por los socialistas, no quedó.
El Gobierno es consciente de las dificultades de cualquier acuerdo con Casado, al que este sábado Sánchez enmarcó dentro de la "derecha retrógrada que, desgraciadamente, sufre nuestro país". "La política de la crispación responde a un temperamento muy exaltado, inflamable de la derecha española cuando pierden las elecciones. Viene a decir: si perdemos el poder, hay bronca", según Sánchez.
Fuentes del Gobierno insisten en que la distancia ideológica no debería afectar a pactos sobre asuntos de Estado y otros que afectan a las mismas reglas de la democracia, como el correcto funcionamiento de organismos e instituciones que requieren mayorías cualificadas. "Es difícil que Cataluña forme parte de un acuerdo en estos momentos, porque las posiciones están muy alejadas, pero sobre otras cosas sí podemos pactar", explican fuentes del Gobierno.
Sánchez culpa al PP
Parte de la dificultad sobre Cataluña proviene del propio diagnóstico de Sánchez, que echa en buena medida al PP la culpa de la crisis institucional. "Eche la vista atrás y mire a ver qué ha pasado durante estos últimos siete años de Administración del PP: dos referéndums ilegales, señor Casado, una declaración unilateral de independencia, políticos presos y otros tantos huidos. El balance es lamentable. No ha ganado nadie, señor Casado", le dijo Sánchez al líder del PP en la sesión de control. "Estamos ante un fracaso colectivo, desgraciadamente liderado por una Administración del PP durante estos últimos siete años", aseguró.
El Gobierno sí cree que hay otros asuntos sobre los que puede comenzar a construirse un acuerdo y son, fundamentalmente, los mencionados por Sánchez en el Congreso un día antes de citar a Casado en Moncloa para este lunes.
"Tan importante es el diálogo territorial como el diálogo entre el Gobierno y la oposición. Tenemos muchísimas cosas en las que podemos trabajar conjuntamente: podemos hablar de Cataluña, podemos dialogar del Pacto de Toledo, podemos dialogar y acordar una nueva renovación del Consejo General del Poder Judicial, podemos hablar de la financiación autonómica. Señor Casado, haga usted una oposición de Estado, no sea el eco de la ultraderecha", le pidió.
Frentes abiertos
Fuentes del Gobierno confirman que es en estos asuntos en los que Sánchez se centrará. La renovación del CGPJ es uno de los más importantes, por cuanto el mandato del actual está caducado y sigue tomando decisiones sobre el sistema judicial con miembros nombrados en plena mayoría absoluta del PP. En este punto, los populares enfrían muchó las expectativas. Las pensiones formarán parte también del menú de este lunes. Esta semana, además, la presidenta de la comisión del Pacto de Toledo, la exministra Magdalena Valerio, ha convocado este martes a los grupos a una primera reunión. Sobre este asunto podría haber acuerdo mucho más pronto que tarde, habida cuenta de que casi se logró en la última legislatura.
La renovación de la financiación autonómica también se antoja más compleja y deberá incluir el diálogo con las comunidades autónomas, pero otras tareas pendientes, como la dirección de RTVE o el Defensor del Pueblo podrían estar sobre una mesa con imposible acuerdo sobre Cataluña.