Prototipo del S-80.

Prototipo del S-80.

España

El submarino del futuro de la Armada supera una fase crucial: navegará semanas sin salir a la superficie

Abengoa incorporará el sistema de propulsión anaerobia a los sumergibles de la clase S-80 desarrollados por Navantia.

26 febrero, 2020 13:16

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Los submarinos de la clase S-80 han superado una fase crucial en su desarrollo. Navantia y Abengoa Innovación han puesto a prueba un sistema de propulsión que permitirá a los sumergibles navegar durante semanas sin salir a la superficie, lo que potencia sus capacidades de sigilo.

Se trata del Sistema de Propulsión Anaerobia [AIP por sus siglas en inglés], un mecanismo que permite recargar las baterías del submarino en inmersión con una pila de combustible. A través de este sistema se genera energía eléctrica a partir de hidrógeno producido mediante procesado de bioetanol.

Así, el submarino puede permanecer sumergido durante semanas, a diferencia de los que tienen motores diésel, que tienen que salir a superficie con frecuencia. La incorporación de esta tecnología ha sido uno de los incontables retos a los que se ha enfrentado Navantia para el desarrollo de los S-80.

S-80 mejor submarino convencional del mundo

"Disponer de esta tecnología adaptada a las exigentes necesidades de una plataforma submarina en los plazos establecidos ha supuesto un reto para el Programa S-80", señala la compañía en un comunicado.

"Tras un riguroso proceso de toma de decisión, donde se han analizado todos los factores técnicos y programáticos, el Ministerio de Defensa ha seleccionado el sistema de Abengoa como la solución óptima a incorporar en los submarinos de la clase S-80".

El primer submarino que dispondrá de este sistema AIP será el S-83, Cosme García, donde se embarcará en julio de 2021. Los submarinos S-81 y S-82, actualmente en construcción, serán reacondicionados en su primera gran inmovilización para dotarlos de este sistema.

El Ministerio de Defensa confía en renovar sus capacidades submarinas en los sumergibles construidos a partir de la tecnología española. El proyecto ha sufrido numerosos contratiempos y retrasos en su proceso de diseño y fabricación, pero ahora por fin afronta el proceso definitivo para incorporarse a la flota de la Armada Española.