Termómetros sin contacto, mascarillas y equipos de protección individual. Es lo que piden en la cárcel de Picassent los funcionarios de la prisión valenciana después de que dos de ellos hayan sido aislados tras dar positivo por coronavirus la hija de uno de ellos. Ambos habían mantenido contacto con dos personas afectadas.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL a través de fuentes penitenciarias, este mismo jueves se ha producido una reunión de urgencia entre representantes de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias y los sindicatos de prisiones. En ella se ha abordado esta situación de alarma, así como los procedimientos que se pondrán en marcha para evitar más contagios.
La hija de uno de los afectados dio positivo en el Covid-19 hija y ambos estuvieron en contacto durante una semana. Ella trabaja como enfermera en Vitoria, y se le detectó el virus en los últimos días. Estuvo una semana visitándola. Cuando regresó se percataron de que ella estaba infectada y el funcionario ha sido puesto en cuarentena con otro de sus compañeros.
Ahora, los sindicatos ACAIP-UGT y CSIF instan a la Administración a la convocatoria urgente de la comisión estatal de seguridad y salud laboral.
El objetivo es acordar las medidas de formación de los trabajadores de los establecimientos penitenciarios, para que estén prevenidos y alerta ante lo que pueda suceder y para evitar que los reclusos y otros trabajadores de las cárceles contraigan el coronavirus.
Respecto a la situación en el centro penitenciario de Picassent, desde ACAIP-UGT se ha vuelto a insistir en que los responsables del Ministerio del Interior deberían llevar a cabo las gestiones necesarias ante las autoridades sanitarias para que a estos trabajadores del centro se les realicen las pruebas diagnósticas lo antes posible para determinar si están afectados por el virus, o no, de forma que se puedan tomar medidas preventivas y de contención adecuadas.
"Evaluar quién entra"
En la reunión, José Ramón López, presidente del sindicato mayoritario en Instituciones Penitenciarias, advirtió de la importancia de introducir un protocolo ya previsto con medidas de prevención y contención de la potencial pandemia, que ya cuenta con más de 200 infectados y tres muertes en España.
"Necesitamos evaluar de manera urgente a las personas que cada día entran y salen de los establecimientos penitenciarios”, dijo López.
La mayor preocupación en estos momentos dentro de las cárceles españolas es evitar la nefasta posibilidad de que la enfermedad se transmita a los presos. Picassent, en concreto, es la prisión más grande de España en volumen de internos. Y esa población que cumple condena se considera como especialmente vulnerable.
Durante la misma reunión, en la que ha se ha exigido que se distribuya material para prevenir el contagio en todos los centros penitenciarios, Alberto Téllez, portavoz de ACAIP, advirtió y recordó la singularidad de la población reclusa: “No se pueden aplicar los mismos protocolos para la población general que en el ámbito penitenciario, por las implicaciones en materia de seguridad que hay dentro de una prisión".
Si eso ocurriera, explican fuentes penitenciarias, "ya no estaríamos hablando de un problema de salud pública -única y exclusivamente- sino que estaríamos ante una crisis de seguridad pública".