Pablo Casado solo encuentra un camino para llegar algún día a La Moncloa: reunificar el voto del centroderecha en torno a su figura. El presidente del PP es consciente de la difícil digestión que ha supuesto para el partido la crisis del País Vasco, donde prefirió sacrificar a su barón Alfonso Alonso antes de romper un pacto con Inés Arrimadas que significa mucho más que ir juntos a la cita electoral de una determinada comunidad. "Había que ser generosos con Ciudadanos, ellos pusieron toda la carne en el asador por este proyecto común", reflexionan fuentes cercanas al presidente del PP unos días después del proceso que ha supuesto un verdadero trauma en todos los rincones de la formación.

Casado quiso asegurar a Ciudadanos representación en el Parlamento vasco pensando en la construcción de un proyecto común a largo plazo y para tener fuerza a la hora de encarar futuras negociaciones, como en Cataluña, donde los naranjas tienen mucha más penetración que los populares. "Así se lo hicimos saber a los compañeros del PP vasco: que un acuerdo tan generoso en su comunidad serviría para sacar adelante el proyecto común". Los conservadores han puesto en el País Vasco la primera piedra de la nueva casa del centroderecha que quiere construir en torno al concepto de España Suma.

El líder del PP está convencido de que su partido y Ciudadanos deberán superar juntos los "vaivenes" que se encuentren por el camino, como podría ser un resultado electoral desastroso en el País Vasco. "Tenemos encuestas con Alonso de hace tres meses que ya nos daban cinco escaños", dicen para amortiguar el golpe que se vaticina después de cambiar en el último momento a Alonso por Carlos Iturgaiz.   

En Génova trabajan con la convicción de que solo si PP y Cs se presentan en un único cartel electoral serán capaces de desalojar a Pedro Sánchez del Gobierno. Si de ello dependiese salvar el proyecto común, Casado estaría dispuesto a sacrificar las propias siglas del partido. "Por supuesto que nos gustaría conservarlas, pero los partidos mutan", reflexionan fuentes muy cercanas al líder del PP cuando se habla de cómo sería el proyecto de España Suma en el que cupiera todos los votantes situados a la derecha del PSOE: es un nuevo escenario en el que todos los partidos deben aprender y readaptarse.

Ceder

Para construir con éxito ese proyecto global, el equipo de Casado considera que tanto ellos como los naranjas tienen que ser generosos entre ellos, como hizo el PP con Cs en el País Vasco. La dirección nacional del PP sabe que dar dos puestos de salida en unas elecciones a un partido con cero representación parlamentaria era un triunfo para Arrimadas de cara a los suyos, "y así se lo hicimos saber al PP vasco para que lo entendiera", cuentan las mismas fuentes. "Pero si el PP no cede y gana el congreso de Ciudadanos el rival de Arrimadas, Francisco Igea, al día siguiente rompe el pacto de gobernabilidad con el PP en Castilla y León", revelan como ejemplo de lo que significa un pacto: ceder para recibir algo a cambio. Sumar para no restar.

El presidente del PP lleva a rajatabla el consejo que le dio José María Aznar cuando ganó las primarias: el expresidente del Gobierno solo consiguió llegar a La Moncloa cuando consiguió reunificar el centro derecha y los votantes a la derecha del PSOE confiaron en él. Ahora, Pablo Casado sueña con reeditar la historia de su mentor en el menor tiempo posible.