Este jueves Fernando Simón reconocía que una partida de 9.000 test rápidos para detectar el coronavirus comprada a la empresa china Bioeasy salió defectuosa. Además de lo informado por el epidemiólogo, España compró otros 50.000 defectuosos que ni siquiera se distribuyeron.
El director del centro de Alertas y Emergencias sanitarias decía que ya habían pedido una sustitución de los 9.000 y que contaban con "varios proveedores y varias vías de abastecimiento", aunque no especificó cuántos ni cuáles. De hecho, el contrato con la empresa responsable se mantiene a pesar de la cantidad de test defectuosos.
Los otros 50.000 tests, de los que ha informado la Cadena Ser, fueron comprados al mismo proveedor, Bioeasy Biotechnology, una empresa que según la embajada china en España no ha logrado la licencia oficial de la Administración Nacional de Productos Médicos de China.
Fue también la propia Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica la que advirtió de que los test estaban fallando al tener una sensibilidad inferior al 30%.
Simón se escudaba en que tenían la certificación europea, con el marcado CE correspondiente. Pedro Sánchez, el pasado 21 de marzo, presumía de la compra de estos test asegurando que eran "fiables y homologados, y esto es muy importante, la homologación. Es muy importante porque deben contar con todas las garantías sanitarias".
"Tenemos ya comprometidas 640.000 unidades, y vamos a llegar pronto al millón", dijo en rueda de prensa el presidente del Gobierno.