Barcelona ya no puede incinerar muertos: el plan de Colau para enterrarlos y exhumarlos en 2 años
La ciudad sólo cuenta con un crematorio tras cerrar otro hace un mes por incumplir la normativa en materia de emisiones.
7 abril, 2020 02:47Noticias relacionadas
Barcelona ya no puede incinerar a tantos muertos como se acumulan en sus morgues. A partir de ahora, limitará el servicio hasta que la cifra de víctimas mortales por esta crisis sanitaria se reduzca de manera notable.
La alcaldesa de la capital catalana, Ada Colau, ha asumido en las últimas horas que los cuatro hornos de cremación de la ciudad están colapsados ante la cantidad de cadáveres que está dejando la pandemia del coronavirus Sars-Cov-2.
El concejal de Transición Ecológica y Emergencia Climática, Eloi Badia, quien también preside Cementerios de Barcelona, anunció que de manera inmediata se limitará el servicio. El consistorio barcelonés ofrece como alternativa enterrar a los difuntos en un cementerio durante dos años. Una vez transcurrido ese tiempo, se exhumará el cadáver para incinerarlo después sin coste alguno para la familia.
En la última semana, los servicios funerarios de Barcelona y de su área metropolitana registran una media de entre 150 y 200 muertos diarios. En la Ciudad Condal sólo está activo un crematorio, el de Montjuïc, que cuenta con cuatro hornos. Su capacidad está en 50 servicios diarios. Se prevé que se instale un quinto en los próximos diez días. Pese al esfuerzo, las autoridades de la ciudad dan por hecho que no supondrá un alivio sustancial.
Según admitió Badia, la demanda de cremaciones se ha disparado del 54 al 78%. El concejal admitió que se les hace imposible "prestar este servicio ahora mismo". Desde el Ayuntamiento de Barcelona aseguraron que el tiempo de espera puede ir de una semana a diez días, y se quiere evitar llegar al mes, aunque no lo descartó. Sin embargo, a partir de este miércoles algunos cuerpos ya no se podrán incinerar por el colapso total del crematorio de Montjuïc.
Hasta finales de 2019, Barcelona disponía de un segundo crematorio, el de Collserola, que contaba con tres hornos. Dejó de funcionar porque, según el Ayuntamiento, no cumplía con la normativa vigente en materia de emisiones. El cierre definitivo tuvo lugar hace un mes y su desmantelamiento “tardará años”, según adelantaba EL ESPAÑOL por medio de Crónica Global.
La congestión del servicio de cremación de cuerpos en Barcelona ya se dio en enero de este año, antes de que la pandemia golpeara España. En aquella ocasión se debió al pico de muertes ocasionadas por la gripe estacional.