La tragedia de los Alemán: Fernando murió tras ser contagiado por su madre, infectada en el hospital
Tras operarse, Marisol compartió habitación con una persona contagiada de Covid-19. Su familia cree que así se infectaron ella y su hijo discapacitado, que murió semanas después.
29 abril, 2020 02:39Noticias relacionadas
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Un día antes de la muerte de su hermano Fernando, a Francisco Alemán de la Rosa y a su hermana Marisol les dejaron ir al Hospital de Fuenlabrada para despedirse. Fue el domingo 19 de abril. Solo ella se atrevió a subir a la habitación."Yo no pude, no fui capaz. Ella me dijo que lo necesitaba, aunque fuera verle por última vez. Pensaba que lo iba a encontrar muy desmejorado, pero lo vio como si hubiera vuelto a estar bien. Se quedó más tranquila porque ya no le vio sufrir más".
Tan solo era un espejismo. A la mañana siguiente, al filo de las 8:45, una llamada les despertó para darles la noticia. Fernando, 38 años, con un 74% de discapacidad, había fallecido 20 minutos antes, postrado en la cama, tras casi un mes de lucha contra el coronavirus.
La trágica historia del hijo de los Alemán terminó esa jornada, pero empezó 40 días atrás en el mismo hospital. Ahora, Carmen Flores, presidenta del Defensor del Paciente, insta en una denuncia remitida a la Fiscalía de Madrid que se investiguen los trágicos hechos.
La familia cree que fue tras la operación quirúrgica a la que se tuvo que someter Marisol, la madre de la familia, a mediados de marzo cuando el virus se infiltró en el seno de la familia. La mamá del fallecido por Covid-19 tenía programada para ese entonces una cirugía con la que pretendían extirparle un quiste en el páncreas. Antes de iniciar la cirugía la instalaron en la misma habitación que una persona que se había contagiado.
"Mi madre tiene 68 años -cuenta Francisco a EL ESPAÑOL-, y al hacerle una resonancia detectaron ese bulto. Le aplicaron el protocolo para este tipo de cosas. Le dijeron que tenía todas las posibilidades de ser un tumor maligno. La operación es de las más complicadas en la cirugía digestiva, pero todo salió bien".
Era 12 de marzo. Los integrantes de la familia estaban en la sala de espera del quirófano cuando llamaron desde control de enfermería. Les dijeron que se pasaran por la habitación para recoger las pertenencias de su madre, que había sido ingresada la jornada anterior, porque la tenían que cambiar de habitación. Había compartido cuarto con otra paciente. Fue entones cuando les contaron que la compañera de habitación tenía coronavirus. "Nos dijeron que se acababan de dar cuenta de quela otra inquilina había dado positivo, y que iban a tener que aislar a mamá".
Contagio en la familia
La madre se contagió. Era de esperar, pensaron en la familia. Dio positivo en la prueba PCR y los sanitarios, teniendo en cuenta la delicada operación por la que acababa de pasar, procedieron a aislarla con todas las precauciones. El hermano mediano recuerda que en apariencia, por entonces, no había manifestado síntomas graves.
Días después, al ver que la situación parecía mejorar, la familia supo que su madre regresaría a casa. "El domingo 29 de marzo nos dijeron que le daban el alta porque le habían hecho una segunda PCR y había dado negativo".
A la familia le entró entonces cierta inquietud, dice Francisco, ante la perspectiva de que la madre regresara al hogar pese a haber dado negativo. "Les indicamos que en casa había tres personas de alto riesgo: mi padre tiene 73 años y padece de hipertensión, mi tía tiene 71 y mi hermano, de 38, tenía una discapacidad psíquica del 74 % que le hacía completamente dependiente. No era capaz de hacer nada solo, de ir por su cuenta a los sitios; mis padres estaban siempre cuidándole".
La noche siguiente del regreso a la vivienda de Fuenlabrada, la madre empezó a tener fiebre. Continuó así el día 31, así que se la llevaron de nuevo a urgencias. Allí decidieron que tendría que ser ingresada de nuevo. "Mamá volvió a dar positivo por Covid-19. Ahí ya nos mosqueamos de verdad porque solo llevaba tres días en casa. Y en teoría había dado positivo". A día de hoy se encuentra bien, pero todavía no ha abandonado el hospital. Siguen administrándole el tratamiento para combatir el virus.
Esa misma semana empezaron los síntomas en la vivienda familiar. Las fiebres altas comenzaron a atacar a Fernando, el joven hijo con discapacidad de Marisol. Era 2 de abril. Ese día se lo llevaron también al hospital, y en urgencias les dijeron que tenía que ser ingresado de inmediato. "Le hicieron placas y luego le dejaron en observación. Dijeron que ya no tenía neumonía. Ese mismo día empezó a toser fuerte, con flemas, y al verlo la doctora dijo que se tendría que pasar la noche allí".
Situación irreversible
Le empezaron entonces a administrar hidroxicloroquina, un fármaco que se está empleando como tratamiento para el virus pero sobre el que la Agencia Europea del Medicamento ha advertido que puede causar efectos secundarios al ser potenciales causantes de alteraciones del ritmo cardiaco.
También advirtió sobre él la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS). La agencia explica que es un potencial tratamiento para la pandemia, pero que "hasta el momento, la información disponible sobre su acción antiviral procede de estudios in vitro y series de pacientes con limitaciones de tamaño y metodología. Se están llevando a cabo diferentes estudios para evaluar su eficacia y seguridad frente al SARS-CoV-2".
Tras comenzar con ese tratamiento en el hospital, los médicos observaron cómo el estado de Fernando seguía empeorando. El 14 de abril, martes, comunicaron a la familia que la situación era prácticamente irreversible. "Nos aconsejaron sedarle para que no sufriera, para que estuviera lo más tranquilo posible antes de morir porque no tenían más tratamiento para darle", dice su hermano Francisco.
"Sospecha Covid-19"
La hermana mayor de Fernando le acompañó en nombre de toda la familia en esas últimas horas de agonía. Ese martes, tras el anuncio de los sanitarios de que le iban a sedar, la familia la fue a buscar al hospital, " Para ella era muy duro marcharse, pero creímos que era lo mejor, aunque ella quería estar hasta el final. Cuando fui a buscarla estaba delgada, ni comía, casi ni bebía".
Francisco recibió la llamada por teléfno. Horas después de la muerte de su hermano el lunes 20 de abril condujo hasta la casa familiar para contarlo. Les despertó y les dio la noticia. Luego se metió en el coche y se fue al hospital a recoger el certificado de defunción. En el documento, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, venían indicadas las causas de la muerte: "Insuficiencia respiratoria aguda", "bronconeumonía por aspiración", "neumonía bilateral, sospecha Covid".
Al joven hijo lo enterraron la semana pasada en Valladolid, la tierra donde su madre nació muchos años antes de haber emigrado a República Dominicana, donde conoció a su marido y donde nacieron sus tres hijos.
Ella, Marisol, sigue ingresada en el hospital, aparentemente estable, y toda la familia se devana ahora los sesos, convencida de que fue tras aquella operación, en aquella habitación del recinto sanitario, a través de la compañera del cuarto, cuando el coronavirus entró en la familia para llevarse por delante al pequeño de los hermanos Alemán.