El terremoto que se está viviendo en las últimas horas en la cúpula de la Guardia Civil tiene pocos precedentes. Habría que remontarse a principios de los 90, al caso de Luis Roldán y su huida de España en 1994, un año después de dimitir como director general de la Guardia Civil por los escándalos de corrupción en los que se vio involucrado. Ahora, en apenas 48 horas, el Instituto Armado ha perdido a dos de los hombres más importantes y con más experiencia que tenía en sus altas instancias por las supuestas injerencias políticas desde el ministerio del Interior en un proceso judicial.
El primero, el coronel Diego Pérez de los Cobos, tras ser cesado de manera fulminante como jefe de la Comandancia de Madrid, la que investigaba el alcance penal de la celebración del 8-M en el marco de la crisis del coronavirus.
El segundo ha sido el Director Adjunto Operativo, el teniente general Laurentino Ceña, quien ha decidido dimitir de su cargo al no estar dispuesto a tolerar determinadas "injerencias políticas" en las investigaciones de la Benemérita.
Por ello, diversas asociaciones que representan a colectivos dentro del cuerpo piden ya responsabilidades, algunos de ellos incluso la dimisión del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, por el cese del coronel Diego Pérez de los Cobos.
Hablan de "estupor", de "intromisiones", de ninguneo, y de la "pérdida de confianza" entre la Benemérita y el Ministerio del Interior, una relación que se convierte ahora en una complicada faena con la que lidiar.
Bajo esta premisa, la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) exige ya la cabeza del ministro y de María Gámez, la Directora General, nombrada el pasado mes de enero. "Están tardando en dimitir o cesar precisamente por el mismo motivo, pérdida de confianza de todos los hombres y mujeres que integramos esta Institución, los mismos que nos hemos encontrado ninguneados y olvidados a lo largo de estos dos meses de Estado de Alarma".
"Es una investigación delicada para el Gobierno y tenemos que conocer lo que la Guardia Civil está entregando a la jueza". Ese fue el motivo que la directora general del instituto ofreció al coronel Diego Pérez de los Cobos poco antes de comunicarle su cese al frente de la Comandancia de Madrid. De los Cobos supo cuál sería su destino el pasado domingo a las diez de la noche.
Después de escucharles, explicó a los responsables del cuerpo que no podía informar ("porque ni lo conozco ni debo conocerlo") del contenido de los últimos atestados enviados a la jueza Carmen Rodríguez-Medel, a los que ha tenido acceso EL ESPAÑOL.
Investigaciones
En ellos, una unidad reducida a su cargo trataba de investigar para la magistrada si la permisividad de las instituciones del gobierno en torno a eventos multitudinarios como el 8-M podrían haber tenido alguna influencia en el avance de la pandemia. Por el momento el delegado del Gobierno, José Manuel Franco, ya está citado como investigado.
Desde este colectivo dudan de las explicaciones que ha ofrecido este martes el titular de la cartera de Interior. "La división de poderes es la razón de ser de una democracia y del estado de derecho. La independencia de los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial es esencial para el correcto engranaje de los tres poderes. Y las explicaciones que hoy ha ofrecido el ministro nos dejan serias dudas sobre si esa independencia se ha producido".
Prácticamente todas las asociaciones han salido en tromba a pedir explicaciones al ministerio. La Asociación Profesional de la Guardia Civil (APROGC) exigen al ministro "ver el expediente instruido por falta de confianza en el que se basa el cese del coronel Pérez de los Cobos. Seguro que en tal preceptiva documentación figuran los criterios objetivos que fundamentan la necesidad urgente de la adopción de la medida el domingo por la noche".
"Que cese a toda la institución"
En la Unión de Guardias Civiles también se han quedado patidifusos con lo que está ocurriendo en las últimas horas. No salen de su asombro."Solicitamos que se hagan públicos los motivos que llevan a esta dimisión".
La asociación Jucil, por su parte, alaba la decisión de Laurentino Ceña de dejar su cargo ante la situación que se está viviendo en la cúpula del cuerpo."No es una decisión corporativista, es una decisión que se acoge a los valores que siempre ha defendido esta institución y que nuevamente ha demostrado que no se va a vender a los designios de los partidos políticos".
Ceña, que dio positivo en las pruebas de coronavirus, era hasta ahora el máximo cargo uniformado del Cuerpo. Durante muchas semanas fue la voz del Instituto Armado en las reuniones del comité de técnicos para la gestión de la pandemia. Hasta que cayó infectado por el virus, a sus 65 años de edad, fue el encargado de dar parte cada mañana en la rueda de prensa organizada por Moncloa para informar sobre las actuaciones de la Guardia Civil durante la crisis sanitaria.
El malestar dentro del cuerpo queda reflejado, por último, en el comunicado de Independientes de la Guardia Civil (IGC). "Declaramos nuestra admiración por una persona que prefirió el honor a la indignidad. Si el motivo del cese de nuestro Coronel se debe al cumplimiento escrupuloso de sus deberes como agente de la Guardia Civil, va a tener el Señor Ministro que cesar a toda la Institución".