Marruecos diseña una nueva frontera terrestre con España, sin comercio atípico y con una aduana portuaria, para asfixiar a Ceuta y Melilla. En el plan del país vecino, las ciudades autónomas españolas aparecen como una prolongación de su costa norte destinada principalmente al ocio y turismo europeo.
El país magrebí pretende ahogar económicamente a las ciudades españoles para que dependan de su turismo nacional y así negociar con España. A la reunión del 10 de junio, entre Rabat y Madrid, para estudiar si se realiza la Operación de El Estrecho (OPE) y de qué manera, le seguirá después del coronavirus un encuentro para negociar cuestiones territoriales.
La alternativa que plantea Marruecos, si no llega a un acuerdo con España, es “el cierre absoluto de los pasos fronterizos, y el control del espacio aéreo y marítimo, lo que convertiría a las ciudades en meros enclaves militares”, explican fuentes de Interior a EL ESPAÑOL.
La estrategia es empujar a España a reducir la población de Ceuta y Melilla y convertirlas en un apéndice del país magrebí y del continente africano. La principal fuente de ingresos vendrá de los marroquíes con alto poder adquisitivo, que visitan las ciudades, realizan compran y disfrutan de sus vacaciones en Ceuta y Melilla, pero también de una población europea, principalmente inglesa, que se instalará en el norte de Marruecos.
En Rabat consideran que “si España se niega, tendrá que seguir el estilo de los peñones, y volver al modelo militar de Ceuta y Melilla reunificando las bases militares”, mantienen desde Interior.
Un proyecto de Mohamed VI
La iniciativa surgió del rey Mohamed VI como alternativa a la costa del Sol. El monarca ordenó en 2008 crear el complejo turístico Mar Chica Med en Nador con 25 kilómetros de urbanizaciones en la costa que se extenderán hasta Saidia, la frontera con Argelia. En la parte oeste, en la región de Tetuán, reina el plan Marina Smir, con hoteles y complejos residenciales de lujo a pie de playa.
En los planos de marketing internacional de estos proyectos turísticos, publicados en el Boletín Oficial de Marruecos en 2010, además de campos de golf y puertos deportivos, se muestran casinos y hoteles ubicados en las naves industriales de Ceuta y Melilla donde actualmente se almacena la mercancía del porteo.
Esas naves en alquiler y propiedad, llenas de artículos para el comercio atípico hasta el momento, podrían ser expropiadas porque se emplazan en suelo público y están generando pérdidas desde el fin del porteo en Ceuta y con el cierre de las fronteras en Melilla. Una de las iniciativas que se baraja es dedicar ese espacio a atracciones turísticas porque Ceuta y Melilla no cuentan con mucho terreno.
Ceuta estudia fortalecer la marca de la ciudad
El cierre de las fronteras obliga a Ceuta y Melilla a abastecerse y convertirse en ciudades autosuficientes. “Desde que Marruecos terminó con el porteo en octubre hay un descenso de actividad en el polígono de El Tarajal”, confirma Antonio Ramírez, el secretario general de la Confederación de Empresarios de Ceuta.
“En la ciudad esperan que se haga un esfuerzo por parte del Gobierno central y la Delegación del Gobierno para que permitan la reconversión del polígono de El Tarajal hacia el cliente de Ceuta con ayudas estatales, si se produce el descenso de la zona con el cambio de modelo fronterizo, para fomentar la actividad empresarial y el empleo”, añade Ramírez.
Sin comercio atípico desde octubre y con las limitaciones de entrada de productos desde Marruecos en febrero, en Ceuta ya se estudia fortalecer la marca de la ciudad para atraer al turismo, tras un informe que se encargó a una empresa privada. “Se analiza igualmente acoger diferentes sectores tecnológicos y estratégicos, como las casas de juego que han salido de Gibraltar, a través de las ventajas fiscales que tenemos”, explica Ramírez.
Por su parte, Marruecos ofrece ventajas fiscales para adquirir terrenos y reubicar las naves al otro lado de Ceuta y Melilla a los empresarios marroquíes con nacionalidad española. Además, confirman a EL ESPAÑOL, que también “podrán instalarse los empresarios melillenses o ceutíes como inversores extranjeros”.