Dos exdirectores de la Fira de Barcelona, Ferran Lemus y Adolf Cabruja, han salido al paso de las acusaciones del presidente de la Cámara de Barcelona, Joan Canadell, de culpar a España del cierre de la planta de Nissan en la capital catalana.
Los dos empresarios sostienen en la carta a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL que "afirmar que el Gobierno de Madrid es culpable de la marcha de Nissan, no solo es un despropósito sino también una zafiedad".
De forma elegante, también dejan entender que el Gobierno de la Generalitat ha "tenido un perfil más bajo" a la hora de intentar negociar con la multinacional japonesa su permanencia en la región: "Hace más de diez años que Nissan España tiene problemas estructurales y precisamente por esta razón, Sindicatos, Gobierno, Consorcio de la Zona Franca y, en cierta medida, la Generalitat, con un perfil más bajo, han hecho gestiones para evitar lo que finalmente se ha producido".
El presidente de la Cámara de Barcelona fue el candidato que recibió el apoyo de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) en las elecciones para presidir el ente. Es conocido por su nacionalismo beligerante. En una entrevista en Catalunya Ràdio aseguró que "España no velaba por la economía catalana".
Según el máximo responsable del ente, Nissan "ha cerrado por culpa del Estado español" y puso como ejemplo un presunto episodio de 2006 en la que la multinacional quiso abrir una segunda planta en la Comunidad Autónoma pero que se encontró con los obstáculos del Gobierno español de José Luís Rodríguez Zapatero.
Octubre de 2017
En la misiva Lemus y Cabruja cargan contra las acusaciones de Canadell: "A la huida de empresas derivada de los hechos de 2017, ahora nos enfrentamos a una crisis de gravedad extrema de la que solo podremos salir con solidaridad internacional y complicidad territorial con el conjunto del Estado".
Con un tono crítico, le exhortan a que no actúe como "una tribu supremacista". Todo lo contrario. Piden que esta coordinación con el resto del Estado se haga de forma solidaria y "con las ayudas aprobadas de la Unión Europea".
Ambos empresarios también son críticos con "la forma en que se está produciendo la gestión institucional de la Cámara de comercio" desde que tomó posesión del cargo. Lemus fue el máximo representante de la entidad cameral de 1990 y 1992 mientras que Cabruja presidió el organismo de 1992 a 2001.
En este sentido, el presidente de Empresaris de Catalunya, Carles Rivadulla, y miembro de la Cámara de Barcelona se añade a las críticas: "Desde su inicio de mandato el señor Canadell no tiene ningún otro objetivo que utilizar la Cámara de comercio para la causa separatista".
De acuerdo con Rivadulla, "los intereses de la cámara son secundarios" para Canadell. "Es una utilización indigna que incumple los objetivos de la Cámara al insultar al resto de España y los españoles. Promueve discordia y hace un flaco favor al turismo, la industria, el comercio y la economía catalana".
Nacionalizar
El independentismo catalán también ha llevado en el Congreso el asunto de Nissan. El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, instó al Ejecutivo a "nacionalizar" la empresa para que sus 3.000 trabajadores no pierdan su trabajo.
"Como sabe, se acaba de anunciar el cierre de las tres plantas de esta empresa. Estamos hablando de más de 3.000 puestos de trabajo y más de 20.000 de indirectos. Además, estamos hablando de una empresa que ha recibido en la última década 170 millones de euros públicos. Así que la pregunta es obvia: ¿qué pensamos hacer? Hay un concepto que sobrevuela y que a la izquierda gusta muchos en estos casos que es nacionalizar", dijo el diputado.
De momento, el Gobierno solo se ha comprometido a hablar con la multinacional. Aunque el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, reconoció que existen "instrumentos jurídicos" para nacionalizar no consideró que en este momento fuera oportuno.