El 12 de julio no será una jornada electoral más. El paso de la Covid-19 por España obligó a cancelar por primera vez en la historia democrática dos elecciones ya convocadas para el 26 de abril: ni la Constitución ni sendos estatutos de autonomía recogían esta opción, pero hubo que legislar para aplazar esos comicios ante una crisis sanitaria histórica. Vascos y gallegos están llamados de nuevo a las urnas dentro de un mes, pero el coronavirus ha obligado a cambiar por completo las campañas electorales tal y como se conocían: se acabaron los grandes mítines en espacios cerrados, el baño de selfies y abrazos con los candidatos y el apretón de manos. Ahora toca convencer al electorado de otra manera.

Los gobiernos de las dos comunidades autónomas se han visto obligados a redactar sendos protocolos de seguridad para que los candidatos a la Presidencia de Galicia y País Vasco puedan desarrollar sus respectivas campañas electorales con relativa normalidad, respetando unas medidas de seguridad muy estrictas. Desde la candidatura de Carlos Iturgáiz, el candidato de la coalición PP-Cs, cuentan a EL ESPAÑOL que todavía no se ha diseñado la campaña, pero que se apostará por "pequeños actos" que estén "al aire libre" y se cumpla escrupulosamente con las medidas de seguridad. Además, descartan cualquier contacto físico entre el candidato y los electores que acudan a escuchar su oferta electoral. 

Más allá de las normas sanitarias que hay que cumplir a rajatabla para evitar cualquier rebrote, desde la candidatura de Iturgáiz quieren moldear una campaña en la que conciencie a los ciudadanos de que "la crisis no avisa cuando llega. El elector tiene que ver si su voto hace cuatro años sirvió para algo, valorar si el Gobierno fue capaz de sacarle de la crisis. Votar es algo muy serio". Desde el gabinete del presidente de la Xunta de Galicia y candidato del PP, Alberto Núñez-Feijóo, todavía no han empezado a diseñar la campaña. "Estamos volcados en el tema sanitario y en la reactivación económica y social. Aún no estamos en eso", justifican.

No obstante, los dos gobiernos han distribuido ya un manual de instrucciones de cómo se deben afrontar las campañas electorales. El Gobierno vasco ha diseñado un protocolo en el que se pide evitar cualquier contacto personal en los actos electorales y que se mantenga la distancia de seguridad establecida. También se prohíbe repartir folletos y los actos que se hagan en espacios cerrados deberán contar en la entrada con un gel hidroalcohólico.

Más mesas

En el País Vasco se abrirán 761 colegios electorales, son 41 más que en abril. El día de la votación, los locales electorales deben situarse alejados de las residencias de personas mayores y en la mesa electoral se debe garantizar el metro y medio de distancia de seguridad. Los votantes, además, tienen que seguir las marcas en el suelo que señalizarán la posición para esperar el turno. 

El protocolo recoge que deberán tomarse medidas organizativas para garantizar el acceso ordenado al colegio electoral. Para ello, se organizarán las entradas y salidas y evitar la aglomeración de ciudadanos. En el caso de que no se pueda evitar la hora punta, se priorizará el voto a las personas vulnerables (mayores de 65 años o embarazadas) para que pasen el menor tiempo posible en las mesas de votación. 

Además, se recomienda a todos los electores que, antes de salir de casa, consulten su local, sección y mesa en la tarjeta censal y prepare la documentación para no demorar la estancia dentro del local electoral. De cara al recuento, se pide extremar más si cabe las medidas: distancia, mascarilla y lavado de manos. 

Mascarilla

Galicia, como País Vasco, también recoge en su protocolo que se dé prioridad a la hora de votar en el colegio electoral a los mayores de 65 años. Todos los electores deberán acudir al colegio electoral con una mascarilla, que se la tendrán que quitar en el momento de emitir su voto para que puedan identificarlo. Además, deberá guardar el metro y medio de distancia de seguridad e higienizar las manos con el gel que habrá en el colegio antes de entregar el voto. 

Los colegios electorales también marcarán en el suelo los circuitos de entrada y salida y habrá carteles informativos con las recomendaciones sanitarias. Además, la Xunta de Galicia ha planeado contratar a un equipo formado por unos 130 o 140 coordinadores con conocimiento en prevención de riesgos que se encargará de supervisar los locales electorales para que cumplan las medidas que recoge el protocolo: visitarán los centros previamente y también el día de la jornada electoral haciendo rondas para velar por que se cumplan las pautas fijadas. 

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