Pedro Sánchez y Pablo Casado han sellado su primer gran acuerdo con la convalidación del real decreto de nueva normalidad, que fija una serie de medidas para evitar futuros rebrotes y mantener a raya al virus hasta que se levante la emergencia sanitaria.
El Gobierno aprobó esta medida en Consejo de Ministros y este jueves el Congreso de los Diputados le ha dado su visto bueno con una holgada mayoría y un llamativo cambio de socios: los 89 diputados del Grupo Parlamentario Popular y los diez parlamentarios de Ciudadanos votan a favor de este real decreto que se tramitará como proyecto de ley para que los grupos puedan enmendarlo y, así, mejorarlo.
Finalmente el decreto que regula el periodo de nueva normalidad que se inicia tras el fin del estado de alarma ha sido convalidado con 265 votos a favor: los de PSOE, Unidas Podemos, PP, Ciudadanos, PNV, Más País, PRC, UPN y Coalición Canaria. El decreto ha recibido 77 votos en contra: los de Vox y los de los independentistas de Junts per Catalunya, ERC y Bildu. Además, ha sumado cinco abstenciones, entre ellas la de Compromís.
Acercamiento PSOE-PP
El acercamiento entre Sánchez y Casado ha provocado el rechazo ipso facto de sus socios de investidura, que ven en este pacto un "cambio de actitud" del Gobierno y un acercamiento "a las derechas". ERC y EH Bildu, que en un principio optaban por la abstención, finalmente han decidido posicionarse junto a Vox, el único partido que adelantó su voto en contra del real decreto.
Mertxe Aizpurua, portavoz de EH Bildu en el Congreso, dijo sin titubeos que votaban en contra porque era un decreto "pactado con la derecha". Además, pidió a los socialistas que sean "honestos" para decir a sus votantes "que tienen un nuevo compañero de viaje" y les invitó a levantar sus cartas: "Tendrán que decidir qué quieren hacer de aquí en adelante".
Esquerra Republicana de Cataluña habló de "un cambio de actitud" por parte del Gobierno. "Y es importante, porque puede enmarcar las dinámicas parlamentarias para el resto de la legislatura", pronosticó el diputado Francesc Xavier Eritja, que también pidió al Gobierno que aclare cuáles van a ser sus nuevos socios para aprobar medidas el resto de la legislatura. "No tenemos claro que vayan a tomar buenas decisiones", reconoció.
El ministro de Sanidad ha sido el encargado de defender en la tribuna de oradores el real decreto aprobado por el Gobierno. Salvador Illa apenas le dedicó unos minutos a la necesidad de regular la nueva normalidad. El dato que ofreció para pedir la convalidación fue muy clarificador: el virus se sigue expandiendo y es más necesario que nunca aplicar unas medidas básicas de higiene, prevención y coordinación para poder salir de la crisis sin necesidad de retroceder a la etapa de confinamiento ya superada.
La nueva normativa que ha convalidado este jueves el Congreso recoge gran parte de las iniciativas que solicitaban las comunidades autónomas, también las gobernadas por el Partido Popular. El ministro Illa aprovechó su intervención para agradecer a los diecisiete gobiernos regionales su predisposición y su colaboración durante toda esta crisis.
El voto afirmativo del Partido Popular lo defendió la veterana Ana Pastor, médico de profesión, que pidió aparcar la "visión partidista" en una crisis sanitaria tan grave y se ofreció a "ayudar a favor de la salud pública de nuestro país". La gallega agradeció al ministro Illa el trabajo hecho, pero le reprochó que "no han acertado" en muchas decisiones, sobre todo a la hora de prever la gran crisis que se avecinaba. A pesar de mantener la mano tendida, insistió en que las consecuencias de aquel mal pronóstico "han sido dramáticas" y que es necesario "reconocer" a todos los fallecidos por Covid.
Enmiendas
Los populares han accedido a votar sí al real decreto porque el Gobierno lo tramitará como proyecto de ley. Pastor ya ha adelantado que su grupo presentará enmiendas porque el documento aprobado en Moncloa es "exiguo: hay que introducir medidas muy importantes como planes de contingencia, cerrar las puertas de entradas al virus en aeropuertos, un mecanismo de rastreo eficaz, reforzar los servicios de sanidad exterior. Es fundamental", alegó.
El primer partido en fijar su posición en el pleno ha sido Vox a través del diputado José Luis Steegmann. El partido de Santiago Abascal se opone a la convalidaciónd e este decreto de nueva normalidad porque, a su juicio, imponer a los españoles unas normas estrictas para evitar la propagación del virus es "un acto de propaganda política".
Confinamiento
El portavoz del PNV, Aitor Esteban, que presumió de haber negociado con el Gobierno algunos de los términos en los que se ha redactado el real decreto, anunció su ya sabido voto afirmativo pero se mostró reacio a que se tramite como proyecto de ley. "No es el instrumento adecuado y no estoy de acuerdo". El PNV prefería que los cambios en el real decreto se produjeran antes y no durante su tramitación.
El portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal, se felicitó de que el Gobierno haya puesto en marcha el plan B al estado de alarma, "la única medicina que había para combatir el virus hasta que haya vacuna". Además, agradeció a Moncloa que también se le haya dado la oportunidad a su partido de "participar" en la creación del real decreto. "Hemos conseguido mejoras técnicas con un único objetivo: poder combatir los rebrotes".
El decreto ley recoge que el Gobierno central se reserva la potestad de mantener la iniciativa a la hora de tomar cualquier acción especial contra el virus "cuando así lo requieran motivos de extraordinaria gravedad o urgencia". Además, esta normativa incluye el uso obligatorio de mascarilla para mayores de 6 años en los medios de transporte y en lugares públicos y privados si no se mantiene la distancia física de un metro y medio entre personas. La sanción de incumplir esta medida, la más efectiva para evitar la propagación del virus, asciende a cien euros.