El Gobierno piensa ya en cómo sacar adelante los Presupuestos de la reconstrucción y el Partido Popular no tiene claro qué camino tomar: si posicionarse al lado o frente a Pedro Sánchez.
El presidente del PP, Pablo Casado, ha encargado a su equipo buscar y cerrar acuerdos económicos "puntuales" con el Gobierno, pero se resiste a brindar su apoyo a las nuevas cuentas del Estado de PSOE y Unidas Podemos. Al menos, de momento.
En el seno del PP palpitan de nuevo las dos almas que conviven en la formación: los partidarios de sentarse a negociar con el Gobierno y los que no quieren ni oír el nombre de Sánchez. Los primeros consideran que los ciudadanos no entenderían que el principal partido de la oposición no colabore en el diseño de las cuentas públicas justo cuando el país atraviesa la crisis más grave de los últimos tiempos. Los segundos justifican el portazo a Moncloa en que Sánchez tiene la opción de sacar adelante los Presupuestos con los grupos que apoyaron su investidura, incluidos los independentistas catalanes. Además, también puede jugar la baza de Ciudadanos.
La primera líder conservadora en abrirse a negociar ha sido la vicepresidenta del Congreso, Ana Pastor, la persona a la que Casado encargó personalmente intentar cerrar un gran pacto de Estado por la sanidad con el Gobierno de Sánchez. Preguntada en Onda Madrid sobre si se dan las condiciones para que el PP apoye los Presupuestos de 2021, la exministra de Sanidad reconocía que "ahora se dan las condiciones para tener un posicionamiento como lo hemos tenido a lo largo de toda la Legislatura, que es aquellas cosas que puedan ser sensatas y buenas para los ciudadanos, el PP estará para apoyarlas".
A continuación, Pastor matizó sus propias palabras y subrayó que el PP "no va a apoyar al Gobierno cuando se equivoca. Y por lo tanto, por lo que estamos escuchando, parece que las cosas no van por buen camino".
"No imposible"
La mano tendida de Pastor cayó como un jarro de agua fría sobre el ala más dura del PP. Unos minutos después de la entrevista de la vicepresidenta del Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo restaba fuerza a las palabras de su compañera criticando en Twitter a Ciudadanos precisamente por hacer lo mismo que proponía Pastor: no cerrarse, al menos de partida, a participar en la confección de unos presupuestos de reconstrucción nacional.
En concreto, la portavoz parlamentaria del PP puso el dedo en la llaga que más duele a Ciudadanos: la crisis catalana. Álvarez de Toledo aprovechó las palabras del portavoz parlamentario de Cs, Edmundo Bal, que en una entrevista en El Mundo dijo que "si el Gobierno reúne la mesa de la vergüenza será difícil seguir negociando", para burlarse de los naranjas. Es difícil, "pero no imposible", señaló en un tuit, dando a entender que para ella es una línea roja que jamás cruzará.
El centro
Casado todavía está madurando cuál debe ser la postura final del Partido Popular en relación a los Presupuestos que el Gobierno debería aprobar en Consejo de Ministros antes del 31 de octubre para que el Parlamento lo apruebe antes de final de año.
El presidente del PP quiere presentarse ante la sociedad como un líder propositivo, que aporta soluciones y no provoca más problemas, que prima el interés general a costa del partidista. Además, los barones más moderados del PP también hacen llegar a Génova el mensaje de que es fundamental hablar de las futuras cuentas públicas.
El PP sabe que para volver algún día a Moncloa necesita reconquistar el centro del tablero político por el que ahora mismo pugna con Ciudadanos, un partido que ha dado un giro de 180 grados desde que Inés Arrimadas se hizo con las riendas de la formación.
De hecho, Cs ha aprovechado para pedir al PP sentido de Estado, apostar por explorar un acuerdo presupuestario con el PSOE y evitar que Sánchez encuentre de nuevo refugio en los independentistas. "Si quiere unos Presupuestos para todos los españoles que no dependan de privilegios de nacionalistas e independentistas, deberían poner de su parte y sentarnos", animó la portavoz nacional de Cs, Melisa Rodríguez.
En Génova, de momento, trabajan por cerrar un acuerdo inminente con el PSOE: las conclusiones de la Comisión de reconstrucción que se debatirán este viernes en el Congreso.