Juan Carlos I recibió al príncipe heredero del trono de Arabia Saudí solo tres días después de firmar la donación con la que transfirió los 100 millones de dólares a Corinna Larsen desde la cuenta en la que el dinero permanecía oculto en Suiza. Fue el 8 de junio de 2012, en el Palacio de la Zarzuela, donde el príncipe Salman bin Abdulaziz al Saud (entonces ministro de Defensa, hoy rey de Arabia Saudí) fue recibido por el Monarca y el entonces ministro de Defensa, Pedro Morenés.
Habían pasado solo 72 horas desde el 5 de junio. Esa jornada el ahora Rey Emérito firmó la donación millonaria (al cambio, unos 65 millones de euros) para que toda la fortuna presuntamente pasara a manos de Corinna en Bahamas.
El contrato de donación, publicado en exclusiva este jueves por EL ESPAÑOL, fue suscrito entre "S.M. Juan Carlos I Rey de España (Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón" como donante y, como receptora, Corinna Larsen. En el papel se la identifica por el apellido de su segundo exmarido, Casimir zu Sayn-Wittgenstein, por el que obtuvo el título de princesa y el tratamiento de Su Alteza Serenísima.
Una semana antes, el miércoles 30 de mayo, Juan Carlos I envió una carta a sus gestores, Dante Canónica y Arturo Fasana, comunicándoles su voluntad de transferir todos los activos de la Fundación Lucum a Corinna. En esa misiva les apremiaba a cerrar luego esa caja suiza en la que se depositó el dinero saudí en el año 2008.
Sin muletas
La recepción en Zarzuela del príncipe heredero fue una visita oficial organizada para tratar la compra de más de 200 carros de combate Leopard de fabricación española. La inversión alcanzaría los 3.000 millones de euros. Sería el mayor contrato de la industria militar española en la historia.
El Rey se presentó en el salón de audiencias sin muleta. Esta le había acompañado durante los actos oficiales posteriores a la operación quirúrgica en la cadera. No le quedó más remedio que someterse a esa cirugía tras el accidente de la cacería en Botsuana la noche del 13 de abril de ese mismo año. Tras posar para la fotografía oficial con el ministro de Defensa saudí y seis de sus hijos -también príncipes- departió tranquilamente con todos ellos.
No sería la última vez que Juan Carlos vería a los representantes de la adinerada realeza saudita a las puertas de aquel verano. Tan solo 10 días después -el 18 de junio- viajó hasta la ciudad de Taif acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo.
Ambos acudieron para expresar el pésame a la Familia Real saudí por el reciente fallecimiento del Príncipe Heredero Naif Bin Abdulaziz. Había muerto a causa de severos problemas cardíacos en Ginebra dos días atrás.
La agenda del Rey
Por lo demás, la agenda del Monarca a lo largo de esa semana clave en la que decidió transferir los 100 millones de dólares a la cuenta de Corinna fue realmente escueta. El 30 de mayo Juan Carlos recibió al presidente de la Fundación pro Real Academia Española, Miguel Ángel Fernández Ordóñez.
También atendió al presidente del Real Patronato del Museo del Prado, Plácido Arango Arias, y a Javier Fernández, presidente de Asturias. Todo en la misma jornada en la que avisaba a los gestores de su fortuna de quería enviar el dinero a la cuenta de Corinna en Bahamas.
Unos días después, el 2 de junio, el Monarca asistió con absoluta normalidad al acto central del Día de las Fuerzas Armadas en la plaza Mayor de Valladolid acompañado de la Reina Sofía y de Felipe y Letizia, entonces Príncipes de Asturias. No atendió ya ningún acto más hasta la visita del príncipe saudí.
Mientras todos aquellos actos tenían lugar, de puertas para adentro, tal y como figura en la declaración de Arturo Fasana ante el fiscal suizo publicada por EL ESPAÑOL, el Rey trataba de desmontar la "estructura" que años atrás había encargado confeccionar a sus gestores en el país helvético.
Canónica y Fasana declararon haber ocultado aquella "importante donación" lejos del fisco español, recibida presuntamente de parte del entonces rey de Arabia Saudí investigada como comisión por la construcción del Ave a la Meca.