Juan Carlos I puso su firma en otros dos documentos clave, además del contrato de donación a Corinna Larsen, incorporados a la investigación que lleva a cabo el fiscal de Ginebra Yves Bertossa sobre el origen de la fortuna que el anterior jefe del Estado ocultó en Suiza a través de la fundación panameña Lucum.
Ambos escritos, conocidos por EL ESPAÑOL, fueron preparados por el abogado suizo Dante Canónica, según reconoció él mismo en una comparecencia ante Bertossa que tuvo lugar en la Fiscalía de Ginebra en junio de 2019.
Según el letrado, que junto a Arturo Fasana gestionó durante cuatro años la cuenta bancaria del rey emérito en el país helvético, Don Juan Carlos firmó esos documentos en Madrid unos días antes de transferir a Corinna Larsen en junio de 2012 la totalidad de los fondos de la Fundación Lucum. En esos momentos el patrimonio del monarca en Suiza ascendía a 65 millones de euros.
La cantidad procedía de una aparente donación realizada a favor del rey de España por su "hermano" el rey de Arabia Saudí Abdalá bin Abdulaziz al-Saúd.
En la cuenta de Lucum también se ingresó un "regalo" del sultán de Barhein que ascendió a 1,9 millones de dólares en metálico. El dinero fue llevado por el propio Juan Carlos I en una maleta al domicilio particular de Fasana el 7 de abril de 2010, al regresar de un viaje a Abu Dhabi.
Tratamiento de 'Princesa'
El primer documento que Canónica puso a la firma del rey lleva fecha de 30 de mayo de 2012 y no figura el lugar donde se rubrica.
Se trata de una carta dirigida por Don Juan Carlos a Fasana y a Canónica "en su calidad de miembros del Consejo de la Fundación Lucum".
El monarca les pide que transmitan al banco Mirabaud -donde en 2008 se abrió la cuenta bancaria de Lucum en Ginebra- "mi orden de transferencia de la totalidad de mis bienes, sin proceder a ninguna venta, a la cuenta que la Princesa Corinna zu Sayn Wittgenstein designará".
Don Juan Carlos ordenaba en segundo lugar que, una vez realizada esa transferencia, se liquidara la Fundación Lucum de forma "completa y total".
El escrito se refiere dos veces más a Corinna Larsen y siempre con el añadido de Princesa. La antigua amante del rey emérito tenía este título por su matrimonio en 2000 con el aristócrata alemán Casimir zu Sayn-Wittgenstein.
Pese a que se divorció de él en 2005, Corinna siguió utilizando el título muchos años después, con gran enfado de la familia Sayn-Wittgenstein-Sayn, que siempre sostuvo que no tenía derecho a usar ese tratamiento tras la ruptura del vínculo matrimonial con Casimir. El título, en todo caso, pasó en 2019 a la nueva esposa del aristócrata, Alana Bunte.
"De su única propiedad"
"Confirmo una vez más que tengo la intención de hacer una donación irrevocable a la Princesa Corinna zu Sayn Wittgenstein de los fondos así transferidos, que serán de su sola y única propiedad", rubricó Don Juan Carlos.
El escrito especifica que la confirmación "una vez más" de que se trataba de una donación y era irrevocable se hacía a petición de Canónica y Fasana. El primero explicó a Bertossa en agosto de 2018 que quiso asegurarse de que era una donación "verdadera" y que no se trataba "de una transferencia fiduciaria o de un 'portage'".
La carta del monarca terminaba precisamente con una afirmación en ese sentido. "Garantizo y certifico que la princesa Corinna zu Sayn Wittgenstein no actúa bajo ninguna circunstancia como fiduciaria mía".
El documento, además, daba el visto bueno a la gestión realizada por Arturo Fasana y su sociedad de administración de patrimonios Rhône Gestion.
También ratificaba "una vez más" todas las retiradas de fondos y pagos efectuados desde la apertura de la cuenta de Lucum en la banca Mirabaud hasta la fecha. Esta confirmación expresa respondió, asimismo, a una petición de Fasana y Canónica, que querían asegurarse de que su cliente reconocía que habían actuado en todo momento de acuerdo con sus instrucciones.
El segundo documento es una carta firmada por Don Juan Carlos dirigida a Antonio de Palma, expresidente de Mirabaud y la persona que consideró que la cuenta suiza del rey de España presentaba un "riesgo reputacional" para el banco. Por ello, indicó a Canónica que "era preferible poner término a esta relación".
De nuevo esta carta no precisa el lugar en el que se encontraba el remitente cuando la firmó. La fecha, 5 de junio de 2012, está añadida a mano.
"Soy yo quien preparé este documento. Tuve que imprimirlo antes de ir a visitar a Juan Carlos I en España. La fecha escrita a mano debe haber sido puesta cuando el rey firmó el documento", explicó Canónica, que dijo "desconocer" quién puso la data y las coordenadas de la cuenta de Corinna en el banco Gonet Bahamas.
Poder especial
"Con estas líneas le entrego una nueva tarjeta de firma rubricada por los dos miembros del Consejo de la Fundación [Lucum] dándome, como primer beneficiario de esta fundación, el poder de firmar individualmente", indicaba Don Juan Carlos al directivo de Mirabaud.
El poder especial otorgado por Canónica y Fasana al rey era para ordenar la transferencia de "la totalidad de los bienes, sin realizar ninguna venta, a los siguientes datos bancarios". Entonces se añadió, de forma manuscrita por una persona no identificada, los datos de la cuenta abierta en Gonet Bahamas por Solare Investors Corp.
Ésta era, de nuevo, una entidad panameña escogida por Canónica para que Corinna recibiera los 65 millones de euros donados por Juan Carlos I.
"Una vez hecho esto, cierren la cuenta", ordenó también el monarca.
"Contactos telefónicos"
"Yo no quería que los herederos de Juan Carlos I me reprocharan algún día esta transferencia, por lo que otorgué un poder sobre la cuenta a favor de Juan Carlos I para que él mismo ordenara esta operación", dijo el abogado.
A preguntas del fiscal Bertossa, Canónica indicó que no sabía por qué el banco Mirabaud le pidió a él que confirmara que la instrucción de transferencia de activos del 5 de junio de 2012 había sido firmada por el propietario beneficiario de la Fundación Lucum.
"Todavía tengo algunos contactos telefónicos con Juan Carlos I. Son contactos breves", afirmó Dante Canónica en su comparecencia de junio de 2019. El abogado suizo del rey emérito aseguró que Don Juan Carlos "no me ha preguntado si tenía que venir a Ginebra para prestar declaración".