El Gobierno exhibió este martes exultante el acuerdo histórico del fondo de rescate europeo. Tras cerrar de madrugada el pacto en Bruselas, el presidente Pedro Sánchez aterrizó a primera hora de este martes en Madrid para presidir un consejo de ministros que lo recibió en pie, a las puertas de Moncloa, entre aplausos. Moncloa quería escenificar que el éxito de lo conseguido era un triunfo del jefe del Ejecutivo.
Los Veintisiete países que conforman la Unión Europea se pusieron de acuerdo tras cinco larguísimas jornadas sobre cómo repartir los 750.000 millones de euros con los que se pretende amortiguar el golpe del demoledor paso del Covid por Europa. Mientras, en Madrid, PSOE y PP siguen discutiendo las más de 600 enmiendas del dictamen que elaboró la comisión de reconstrucción y que el Parlamento debe dar su bendición definitiva este miércoles.
La ministra de Hacienda ha dado ya la orden a su equipo para empezar a construir los nuevos Presupuestos Generales del Estado para 2021 que obligatoriamente deben levantarse sobre las ayudas europeas recién aprobadas. María Jesús Montero aprovechó la fotografía de unidad presentada en Bruselas para presionar a todo el arco parlamentario sin distinción, especialmente al Partido Popular, y pedir su apoyo incondicional tanto en las conclusiones de la reconstrucción como en los Presupuestos Generales del Estado."Ojalá esta capacidad de consenso que se ha demostrado en Europa sea posible en nuestro país", anheló.
Diez veces más
Montero calificó el acuerdo europeo, del que España recibirá 140.000 millones, como un "auténtico paso de gigante" en la reactivación económica y social de Europa. Para ejemplificar el volumen de lo conseguido ofreció un dato muy gráfico: estos recursos representan casi diez veces más el tamaño de los fondos de cohesión que España ha recibido en los últimos años.
Para aprovechar la ola de optimismo que llega de Europa, la ministra portavoz intentó poner al Partido Popular contra la pared: "No se entiende que en este momento, el de mayor dificultad del país, haya todavía partidos políticos que no sean capaces de superar esta política de veto para hacer política con los votos. Nadie entiende que el principal partido de la oposición prefiera tensar esta cuerda para romperla".
Unas horas antes, el líder del PP reconoció que el acuerdo europeo era bueno, pero puso el acento en que la propuesta inicial fue presentada por una conservadora, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Pablo Casado se ofreció incluso a apoyar las futuras reformas que el Gobierno necesariamente tendrá que poner en marcha para cumplir con Bruselas siempre y cuando "sean responsables". También subrayó que el acuerdo es una "enmienda" a la política de Sánchez e Iglesias. Es decir: si el Gobierno quiere los votos del PP tendrá que renunciar a la vía de la investidura.
La responsable de las cuentas públicas dedicará el mes de agosto a negociar con todos los líderes con representación parlamentaria un futuro apoyo a la Ley más importante que un Gobierno presenta cada año en el Parlamento. A día de hoy, en la agenda de Montero no hay ningún partido vetado y se pondrá en contacto con todos sus líderes a corto plazo. De hecho, la ministra confía en poder presentar "en tiempo y forma" los Presupuestos. Es decir, aprobar el proyecto de ley en el consejo de ministros en septiembre para que llegue al Parlamento en octubre y pueda estar aprobado antes del 31 de diciembre.
Acuerdos previos
La ministra de Hacienda también tiene decidido que quiere cerrar todos los acuerdos que necesita en el Parlamento antes de llevar el proyecto de ley para su aprobación en consejo de ministros. El Gobierno no quiere sufrir de nuevo la derrota que recibió en el Parlamento en 2019, cuando el Congreso tumbó las primeras cuentas públicas del Ejecutivo de Sánchez y les obligó a seguir gobernando con los presupuestos que el PP sacó en 2018, apenas unos días antes de que triunfara la moción de censura que aupó a Sánchez hasta La Moncloa.
El PSOE y Podemos, los dos partidos que sustentan el Gobierno, solo cuentan con 155 escaños en el Congreso: necesitan 21 apoyos más para llegar a la mayoría absoluta que se necesita para que el proyecto de ley reciba el visto bueno de los parlamentarios. Con Inés Arrimadas al frente de Ciudadanos, el partido naranja se abre en un principio a negociar con Moncloa los presupuestos de la reconstrucción. Sin embargo, sus diez votos siguen siendo insuficientes.
Por su parte, ERC pone como condición para arrimar sus 13 votos no negociar con Arrimadas. El Gobierno tampoco ha cerrado la puerta a sentarse en una mesa con el presidente de la Generalitat, Quim Torra, a cambio de que los independentistas apoyen las cuentas públicas. De momento, el Gobierno mantiene todas las opciones abiertas a la espera de que alguna prospere antes incluso de que el verano ceda el paso al otoño.