El Partido Popular sofocó en apenas unos minutos el intento de Vox de arrastrarles hacia una moción de censura que no conduce a ningún lado porque los números no dan para que prospere. Dirigentes del partido hablan de un "globo sonda" que solo sirve para "fortalecer" a Pedro Sánchez en Moncloa. El objetivo real de Santiago Abascal es, a su juicio, "laminar al PP" y, por ello, los conservadores han optado por desplegar la estrategia de la ignorancia.
El líder de los populares, Pablo Casado, aparecía este jueves tras el anuncio de Abascal de que los 52 diputados de Vox pondrán en marcha una moción de censura contra el Gobierno en septiembre y ha optado por no dedicarle ni una sola palabra a la oferta de su excompañero de filas. El líder de la oposición ha optado por presentarse como la única alternativa viable al proyecto de Sánchez y su Gobierno de coalición.
Casado habló de sí mismo como "la esperanza", "la luz al final del túnel", como "la alternativa política" que está "lista para volver a gestionar una recesión para salvar a España". El líder de la oposición retó a sus rivales a medirse en "las urnas", y subrayó que su partido ya "está listo" para salir a competir por llegar a la Moncloa.
Cuál es el tratamiento que debe darle el Partido Popular a Vox es uno de los grandes debates internos que a día de hoy se mantiene vivo en Génova, el cuartel general del grupo conservador. Tras la debacle de las elecciones de abril de 2019, donde el PP se quedó con 66 escaños, la corriente interna que pedía moderación e ignorar a Vox fue cogiendo cuerpo.
Ahora, el líder del PP hace como si Abascal no existiera y pide aglutinar en torno a su figura al voto de todo aquel ciudadano indignado con el Ejecutivo de Sánchez. En su intervención, habló de "ganar a la izquierda atrayendo la unión de todos aquellos a los que no les gusta este Gobierno radical que pacta con independentistas, batasunos y populismos".
Casado presentó al Partido Popular como una fuerza "tranquila", "moderada", el partido "de puerta ancha" donde quepan "liberales, democratacristianos, socialdemócratas". También apeló a la "unión de todos" en torno a él, que lidera "el único proyecto" que puede ser "la única alternativa de futuro".
Voto perdido
Sin mencionar a Vox ni a Ciudadanos, Casado se refirió a que "todo lo demás" será un voto que va a "favor de los que nos están mal gobernando". El Partido Popular quiere insistir en la idea de que trocear el voto del centroderecha solo sirve para que la izquierda consiga sumar más escaños que ellos. Por ello, los conservadores se han propuesto a medio plazo concienciar a los ciudadanos desencantados con el actual Ejecutivo lo necesario que es depositar el voto en torno a las siglas del Partido Popular.
El estilo que se quiere imprimir en todo el territorio nacional es lo cosechado por Alberto Núñez Feijóo en Galicia. El único presidente autonómico del PP con mayoría absoluta se negó a confluir en unas mismas listas electorales con Ciudadanos, compitió con ellos y los dejó sin representación en el Parlamento gallego.
Abascal se fijó como objetivo entrar en el Parlamento de Galicia y para hacer campaña contra Feijóo presentó a su abuela como ejemplo de gallega de verdad. Su estrategia de confrontación directa con el PP no le sirvió de nada. Ganó Feijóo, que lo ignoró durante toda la campaña, con la mayoría más absoluta de sus cuatro legislaturas en el Gobierno: 42 de los 75 diputados que hay en el Parlamento gallego son del PP.