Siempre se ha sentido más cómodo en la sombra, detrás de alguien con más poder. Tiene sus ventajas. Así, los focos pasan de largo pero uno se guarda la capacidad de susurrar al oído del que manda. Así es Juanma del Olmo, el hombre de confianza de Pablo Iglesias, la cabeza pensante de su Vicepresidencia; su particular Iván Redondo, dicen. Pero ahora el tablero se ha agitado y se ha quedado, muy a su pesar, en pleno centro. De la noche a la mañana, Del Olmo se ha convertido con su imputación en la principal cabeza visible de la presunta trama corrupta que los juzgados investigan en el lecho de Podemos.
Juanma del Olmo, según a quién se le pregunte, hay muchos. En su Covaleda (Soria) natal, donde vino al mundo hace 38 años, le recuerdan como el hijo de una familia querida y agradable. “Es una de las personas más majas que te puedes echar a la cara”, le define un amigo del pueblo, de menos de 2.000 habitantes, mientras apura una cerveza en la plaza donde ahora la comidilla es su imputación. Para otros, sin embargo, es el fontanero de Podemos experto en el trabajo de purgas, el que provocó desde dentro la sangría de Izquierda Unida, el responsable de dotar de opacidad a las presuntas actuaciones irregulares que han estado funcionando en la formación morada.
Esta misma semana, el titular del Juzgado de Instrucción número 42 de Madrid, Juan José Escalonilla, ha imputado a Juanma del Olmo por ser presuntamente uno de los cabecillas en la trama de delitos de malversación de caudales públicos y apropiación indebida, entre otros. Junto a él también han sido acusados el tesorero de Podemos, Daniel de Frutos, la gerente, Rocío Val, y la propia formación como persona jurídica. Todo ello a raíz de la denuncia que presentó el abogado José Manuel Calvente tras ser purgado del partido a finales del año pasado. Los tres tendrán que declarar el próximo 20 de noviembre.
La historia política de Del Olmo comienza con su llegada a Madrid, tras salir de Covaleda a los 18 años. Pronto se alistó en las Juventudes del Partido Comunista y se empezó a rodear de nombres que hoy suenan a todos: Rafa Mayoral e Irene Montero -actual titular de Igualdad- con quien Del Olmo mantuvo una relación sentimental, según ha podido saber EL ESPAÑOL. Y en medio de esa endogamia vigente a día de hoy entró en Podemos en 2014, de la mano de ella, donde llegó a ser diputado pero, sobre todo, a ocupar cargos orgánicos.
Antes, pasó por Izquierda Unida, a la vez que su compañía, la cooperativa Enreda, hacía trabajos para la formación y luego fue un actor clave en la captación de personas de IU para el nuevo partido que se llamaría Podemos. “Había mucha gente en IU que me decía ‘me ha llamado Juanma para que me vaya con ellos’. Luego, aunque no estaban en el grupo fundador de Podemos, acabaron desplazando al resto y se hicieron con el control de la organización”, explica un dirigente que ha pedido permanecer en el anonimato.
Por eso, en la semana en la que le imputan, EL ESPAÑOL recorre los caminos, plagados de claroscuros, que llevan a Juanma del Olmo.
Hijo de ganadero
Para llegar a Covaleda, en Soria, hay que serpentear parte de las innumerables carreteras que pueblan Castilla y León. La falta de autovía confirma lo que uno se intuye, que es una representación de esa España vaciada, y en los últimos años se ha convertido en reclamo político. La localidad, gobernada por el PSOE, está plagada de carteles de la plataforma Soria ¡Ya! y es una de esas en las que los vecinos sacan la silla a las sombras de la calle cuando aprieta el calor. Estos días, los mismos en los que se ha imputado a su hijo famoso, el pueblo celebra unas fiestas patronales que nunca fueron por culpa del coronavirus.
Sin embargo, no sobra el ambiente en la plaza, donde se concentran los bares y las personas que dicen, todos, conocer a Juanma del Olmo, aquel chiquillo que se fue del pueblo hace 20 años pero que sigue yendo cuando tiene oportunidad y juntándose con su cuadrilla.
Ahí es donde se crió, en una casa cercana a la iglesia, ajeno por supuesto a toda polémica del ahora, el pequeño Juanma. De ahí son sus padres, Juan Manuel y Angelines, y de ahí es también su hermano pequeño, Edu. El padre, ya jubilado, vivió una vida con ganado, por los montes sorianos y la madre sigue ayudando en una de las consultas de dentista que hay en Covaleda.
Cuentan los que le conocen que mamó los intereses políticos desde pequeño. No destacó su actividad política en el instituto Picos de Urbión donde estudiaron todos los jóvenes del pueblo, pero su padre fue candidato, en 2011, de la Plataforma del Pueblo Soriano. En cuanto a la madre, desde que su hijo está en Podemos, es más pablista que el propio Iglesias, al igual que su primogénito. Sin embargo, lo que le hizo click cuando la semilla ya estaba plantada fue un mitin al que acudió con su tía en la madrileña Casa de Campo. Ahí habló Julio Anguita, entonces coordinador de Izquierda Unida y secretario general del Partido Comunista, y la mecha prendió.
IU y su empresa Enreda
Tras acabar su etapa escolar, Juanma del Olmo se fue a Madrid a estudiar. Corrían los años 2000. Varias fuentes cuentan que se sacó su Formación Superior en Desarrollo de Aplicaciones Informáticas en la Universidad Oberta de Catalunya, a la que pertenecía como docente el actual ministro de Universidades, Manuel Castells. Y, después, la vida laboral, las primeras polémicas y su etapa en las Juventudes Comunistas donde labró el núcleo duro del Podemos de hoy en día, tras las purgas, y al que pertenece junto a sus compañeros de aquella época, Irene Montero y Rafa Mayoral.
El ahora convertido en una suerte de Bárcenas de Podemos, Del Olmo, pasó por empresas como Fluentia, Alten y Suricata, donde ejercía labores de informático e incluso de tesorero. Sin embargo, donde más trayectoria ha tenido (y polémica) fue en la empresa Enreda. Estuvo ahí desde marzo de 2008 hasta julio de 2012, un par de años antes de entrar a Podemos, cuando Del Olmo ya estaba en Izquierda Unida.
Y en esa época ya se vio una especie de clientelismo muy similar al que ahora llevará a Juanma del Olmo a sentarse en el banquillo el próximo 20 de noviembre. Mientras que estaba, al mismo tiempo, en Izquierda Unida y en Enreda, el partido político contrató en numerosas ocasiones a la empresa en la que trabajaba Del Olmo, según ha podido confirmar este diario.
Izquierda Unida entró en el Gobierno andaluz junto al PSOE en 2012, unos meses antes de que Juanma del Olmo abandonara Enreda. En los días anteriores, según se publicita la propia Enreda, fue la “encargada de crear y diseñar la exitosa campaña electoral de Izquierda Unida-Los Verdes”. La empresa ha seguido, tanto antes como después de aquella fecha, participando en la creación de diversos soportes informáticos para gobiernos regionales y locales en los que estaba presente Izquierda Unida. Curiosamente, Izquierda Unida también contrataba a Producciones CMI, a la que pertenecía Pablo Iglesias.
Esta forma de actuar es similar a la que ahora ha acabado con él imputado. En las elecciones generales de abril de 2019, Juanma del Olmo como responsable de la campaña contrató los servicios de la empresa Neurona. Según el magistrado que investiga la presunta corrupción en Podemos hay numerosos contratos irregulares con Neurona, vinculada al entorno del histórico de la formación morada Juan Carlos Monedero, cuyos directivos también están imputados y que ha sido señalada por el Tribunal de Cuentas.
La ‘chupipandi’ de Juventudes
Sin embargo, para explicar la figura política de Juanma del Olmo, como fontanero y cabeza pensante de Podemos, hay que retrotraerse a su etapa en las Juventudes Comunistas. Del Olmo ahora es secretario de Comunicación de Podemos y director de Estrategia y Comunicación de la Vicepresidencia de Iglesias. De su cabeza vienen ideas como el Tramabús y el polémico cartel machista de vuÉLve, con el que se anunciaba la vuelta del permiso de paternidad de Iglesias tras unos meses con Irene Montero al frente. Y todo ya nació en la organización juvenil.
“Él no tenía un peso demasiado importante en las Juventudes del partido, sólo aparecía en las asambleas y reuniones muy amplias, sin embargo siempre estaba a la sombra de Rafa Mayoral”, explica una fuente que coincidió con él en aquella época y que ha pedido permanecer en el anonimato”. “Es un tipo que ha estado siempre merodeando por grupos más o menos de poder pero nunca ha llegado a tener un gran protagonismo. De hecho, intentó liderar las Juventudes en Madrid y perdió”, explica.
A pesar de ello, se juntó bien. Había una “chupipandi", según la definen, formada por Rafa Mayoral, Irene Montero, Juanma del Olmo y el también ex de Podemos Marco Candela. “Eran, además de compañeros, amigos sobre todo”, explica un antiguo dirigente que también pide permanecer en el anonimato. Fue ahí donde Juanma mantuvo una relación sentimental con Irene Montero, la actual pareja de Pablo Iglesias, a la que ha acompañado desde entonces. Del Olmo, por su parte, actualmente tiene un hijo con Isa Sierra, la candidata de la formación morada en Madrid. “Mira la endogamia que, por ejemplo, no se entendería la candidatura de Isa sin su relación con Juanma”, explica otra fuente.
Pero el dirigente sigue relatando. “Le recuerdo como una persona muy seria y en la época hubo bastante jaleo, guerra de facciones y familias, ellos eran los aperturistas”, explica. “El grupo, en el que también estaba Rocío Val, por cierto, rondaban en torno a las ideas de Enrique Santiago (actual secretario general del PCE). El más mayor era Rafa Mayoral, que se convirtió en el intelectual de referencia de ellos. De hecho, les llamaban Los Mayorales, por eso y por la admiración y la amistad que les unía”, explica.
Y cuando llegó el momento de hacerse mayores y pasar a la primera división, a Izquierda Unida, la cosa cambió. “Todos se fueron a IU, pero ninguno conseguía nunca un cargo de relevancia y Rafa Mayoral y estos se empezaron a acercar a Pablo Iglesias”, añade. De hecho, al poco de la fundación de Podemos, Cayo Lara (entonces coordinador federal de IU) acusó al partido neonato de estar llevando a cabo una OPA hostil para robarle personas. “Debe pagar buenos sueldos la universidad”, dijo Lara en relación a la captación de talento por parte de Iglesias.
Detrás de eso, según apunta el dirigente a este periódico, estaban Rafa Mayoral y su escudero Juanma del Olmo. “Había mucha gente en IU que me decía ‘me ha llamado Juanma para que me vaya con ellos’”, explica. “Empezaron una operación por la cual a gente que había coincidido en la época pero que no tenía cargo en IU le ofrecían la entrada en el nuevo proyecto”, añade. “Por ejemplo, captaron ellos al canario, a Alberto Rodríguez, y se llevaron a varios militantes de IU a Podemos”, comenta.
“Es por eso que ellos no están en el grupo fundador al principio pero luego acaban desplazando al resto de Podemos y se hacen con el control de la organización”, asegura. “Luego, fue muy gracioso, con la unión de Izquierda Unida y Podemos, se volvían a encontrar Juanma del Olmo, Rafa Mayoral, Irene Montero y los demás con Enrique Santiago. Era la vuelta de la chupipandi", añade con sorna.
Su labor bajo lupa
Tras su entrada en Podemos, de la mano de su ex Irene Montero, Juanma del Olmo ha ido escalando a la vez que sus antiguos compañeros de Juventudes. Además, Del Olmo lo ha hecho lejos de su ámbito profesional, sin nada que ver con las TIC, influyendo en la imagen y el mensaje que ha ido adoptando la formación. Su auge ha ocurrido a la par que el núcleo de Íñigo Errejón y el resto de voces discordantes se han ido apagando poco a poco.
Al margen del Tramabús o del vuÉLve, sus grandes ideas que ahora están bajo lupa son las que aplicó en la campaña electoral de las pasadas generales de abril de 2019. Ahí optó por vender a Pablo Iglesias y a Podemos como víctimas de las cloacas del Estado y del comisario encarcelado José Manuel Villarejo. Si bien la formación morada sí que fue víctima de la llamada policía patriótica, que lo fuera del excomisario es hoy discutible.
El juez de la Audiencia Nacional que lleva el caso Villarejo retiró a Iglesias la condición de víctima en el caso y, tras las nuevas revelaciones que apuntan a que todo pudo ser un montaje, el actual vicepresidente podría acabar en el Tribunal Supremo. La estrategia comunicativa de Del Olmo en esas elecciones podría salirle muy cara a la formación morada.
Pero ahí no acaba todo. Hacia Del Olmo apuntan las miradas que escudriñan si hubo irregularidades en la contratación de la empresa Neurona para la misma campaña electoral; irregularidades sobre las que no solo se ha interesado el juzgado de Instrucción que le ha imputado, sino también el Tribunal de Cuentas. Según el denunciante, José Manuel Calvente, Juanma del Olmo y Rafa Mayoral -los dos miembros de la chupipandi- fueron los responsables de eliminar todos los controles internos para que la presunta corrupción tuviera lugar. Por su parte, Podemos augura que se trata todo de un montaje de un extrabajador rencoroso. Se consideran, de nuevo, víctimas, aunque esta vez no tanto de Villarejo.
En los últimos días se ha visto cómo Pablo Iglesias está, quizá más que nunca, en un ejercicio de funambulismo cuya caída puede poner fin a su vida política. O bien sofoca pronto los numerosos incendios que le andan acorralando, o no tardará en llegar el momento en el que su jefe, Pedro Sánchez, acabe opinando que es mejor cortar la cuerda antes que dejarse caer con él.