A la caza de positivos desobedientes: Ayuso, desbordada, apela a jueces y policías
La Comunidad de Madrid, ante el aumento de casos (un 37% más que hace un mes), pretende que los agentes persigan a los ciudadanos que se salten la cuarentena.
23 agosto, 2020 02:33Noticias relacionadas
Isabel Díaz Ayuso, el pasado 11 de marzo, con puño de hierro, anunció el cierre de los centros escolares antes de que el Gobierno aprobara, cuatro días más tarde, el estado de alarma con motivo de la primera ola de coronavirus. Entonces, Madrid marcó el camino. Ahora, cinco meses después, la situación se asemeja, pero la sensación es muy distinta. La presidenta de la Comunidad, ante el aumento de casos de este segundo arreón del virus (un 37% más en el último mes, con 29.000 en total), desbordada, ha recurrido a la Justicia para que determine el seguimiento por parte de la autoridad policial de aquellas personas con pruebas PCR positivas que se salten el confinamiento.
Así lo anunció, este sábado, el viceconsejero madrileño de Salud Pública y Plan Covid-19, Antonio Zapatero. “Tenemos constancia de que, en el seguimiento de casos positivos y contactos, o bien no se ha realizado el aislamiento o no se ha llevado a cabo la cuarentena como corresponde”, anunció en Móstoles, donde este fin de semana se están realizando pruebas PCR para valorar el nivel de inmunidad del municipio.
De nuevo, Ayuso trata de tomar la iniciativa, aunque con menos diligencia que en otras ocasiones. ¿El motivo? No está claro que la Comunidad pueda tomar esa medida. “La Policía Nacional sólo acepta órdenes de Interior y la Municipal no tenemos claro que pueda hacer eso”, explican a EL ESPAÑOL fuentes del Cuerpo. Es decir, la idea puede pasar a mejor vida, como ocurrió esta misma semana con la prohibición de fumar en la calle y el cierre del ocio nocturno –medidas tumbadas por los juzgados en primera instancia–.
Por eso, Ayuso, a la desesperada, ha tratado de presionar al Ejecutivo para que recupere el mando, acusándolo de no hacer su trabajo. “Ya advertí el pasado día 15, y en numerosas ocasiones, que necesitamos que el Gobierno central deje de estar ausente para que no provoque decisiones en cascada de las autonomías, y que unas sean aceptadas y otras no. La dejación de funciones expande la pandemia”, escribió, en su cuenta de Twitter, después de que se anulara la orden madrileña que prohibía fumar y cerrar el ocio nocturno.
Madrid, de nuevo a la cabeza
La Comunidad, en este final de agosto –y ante el aumento de contagios (1.004 por los 3.605 nacionales)–, necesita medidas para tratar de detener una segunda ola que se puede acrecentar con la llegada de los madrileños de vacaciones y, sobre todo, con el inicio del curso escolar –huelga de profesores incluida–.
Para evitar ese repunte, desde la Comunidad inciden en la importancia de que los madrileños que han dado positivo en una PCR se queden en sus casas –de ahí la medida anunciada– e instan –a través de un recurso presentado– a la justicia a que les deje prohibir fumar y cerrar el ocio nocturno. “No guardar una cuarentena es un delito contra la salud pública”, incidió Zapatero, a la espera de lo que decidan los jueces sobre la 'persecución' policial.
Con estas medidas –ya adoptadas en otras comunidades como Cataluña y Aragón–, Ayuso espera detener la curva ascendente de contagiados, aunque la situación actual diste, en detalles, de la vivida cuando comenzó la pandemia.
Por un lado, hay datos para rebajar la preocupación: el 31 de marzo, con 27.509 contagios, se habían producido 3.603 fallecimientos, por lo que la mortalidad era del 13% en los positivos. En los últimos 30 días, por contra, se han comunicado 29.071 positivos, una cifra mayor, y las muertes ascienden a 105, un 0,36%. Pero, por otro lado, también los hay para alarmarse: cuando el virus llegó a nuestras vidas, los hospitales de la región registraron 1.484 pacientes con coronavirus, entre ingresos en planta y en UCI. El pasado viernes el número fue de 1.283, tan solo 200 pacientes menos.
Otras recomendaciones
La Comunidad de Madrid, más allá de medidas concretas, también ha hecho un llamamiento para que los ciudadanos de determinados barrios se queden en casa. En concreto, los de Móstoles, Leganés y Fuenlabrada, en la zona sur de la región; y los de Usera, Carabanchel y Puente de Vallecas en la capital.
En Madrid, según el Informe Epidemiológico Vigilancia de Covid-19 publicado el pasado martes, Usera aparece como el distrito con una peor situación: suma 757 positivos por coronavirus en los últimos 14 días y tiene una incidencia acumulada de 528,8 positivos por cada 100.000 habitantes. Le sigue Carabanchel, con 1.047 infectados por Covid-19 entre el 3 y el 16 de agosto y una incidencia acumulada de 401,5. Y, a su vera, Puente de Vallecas, con una incidencia de 399,3 casos, y Villaverde, con 379,3.
En estas zonas, la incidencia duplica y triplica la que actualmente tiene Cataluña, una de las zonas más golpeadas de España en las últimas semanas.
Por eso, ante lo que Ayuso considera una “dejación de funciones”, la Comunidad ha tomado el mando –dentro de lo posible– para tratar de contener una segunda ola que amenaza la salud y la economía de la región más castigada durante el primer arreón del virus.