Francisco Franco va a volver al Congreso de los Diputados. De manera figurada, claro. Pedro Sánchez llegó a la Presidencia pletórico y cargado de buenas intenciones. Sin embargo, su gestión de la pandemia está manchando ese currículum que esperaba hacer cosas grandes y sus victorias políticas, en realidad, se cuentan con los dedos de una mano. Si acaso. Ante todo eso, ¿qué es lo único que le ha funcionado a Sánchez, la única medida que le ha permitido apuntarse un tanto entre tanto ruido pandémico? Exacto, Francisco Franco.
La exhumación de los restos del dictador es el único punto, el único acierto, del que Pedro Sánchez puede presumir cristalinamente. Ni siquiera puede hacerlo del Ingreso Mínimo Vital: las ayudas se están tramitando tarde y mal. Y, si algo como Franco funciona, por qué dejar de hacerlo. Este martes se aprobará en el Consejo de Ministros el anteproyecto de la Ley de Memoria Democrática que el Ejecutivo ha elaborado y próximamente pasará al Congreso de los Diputados. El anuncio se hace, justamente, cuando el líder de Vox, Santiago Abascal, ha dicho que el Gobierno de Sánchez está siendo peor que el del propio Franco.
La Ley de Memoria Democrática, capitaneada por la vicepresidenta Carmen Calvo, derogará la de Memoria Histórica aprobada en 2007 por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero e irá mucho más allá. Entre las medidas, ilegalizará la Fundación Francisco Franco, retirará (aunque muchos consideran tarde) medallas a personajes como Billy el Niño, aumentará el número de plebeyos borrando títulos nobiliarios concedidos durante el Franquismo, y un largo etcétera complejo, jurídico, politizado, con los sentimientos a flor de piel…
En vísperas de la aprobación del anteproyecto este martes, EL ESPAÑOL repasa cuáles serán los puntos clave que esta ley intentará implementar, en qué se van a traducir realmente.
1. El museo del Valle de los Caídos
Todos estuvieron pendientes de la televisión aquel día. El pasado 24 de octubre, cuando el coronavirus aún era una pesadilla lejana, se pudo ver cómo los restos de Francisco Franco salían, cargados por sus familiares, de la basílica del Valle de los Caídos de forma definitiva. Ahora, Sánchez no se ha olvidado de ese lugar y va a ir más lejos. No en vano, ahí siguen enterrados 33.000 combatientes de la Guerra Civil de ambos bandos.
Mientras que la exhumación de esos combatientes se presenta como algo demasiado complejo, el Valle de los Caídos se “resignificará”. ¿Qué implica eso? Aunque aún no está claro el cómo, la idea con más fuerza es que se convierta en una especie de museo donde se den a conocer las circunstancias de su construcción y su significado. Así, se buscará convertirlo en un lugar de memoria y homenaje a las víctimas de la contienda.
Por el significado que tiene actualmente, el Valle de los Caídos es propenso a convertirse en un lugar de exaltación para los nostálgicos del régimen. Eso ya no se podrá hacer. La norma expresará la prohibición de exaltar la Guerra Civil o la dictadura. Para los que se salten la ley, no sólo en esta sino en todas las medidas, se prevén cuantiosas multas de hasta 150.000 euros.
2. Ilegalizar la Fundación Franco
Durante el debate previo a las elecciones generales del pasado mes de noviembre de 2019, Sánchez dijo que si volvía a ser reelegido abordaría “los cambios legales para disolver la Fundación Francisco Franco y todas aquellas organizaciones que se empeñen en sembrar el odio y defender la dictadura”. Y eso es lo que va a hacer ahora. Incluso lo volvió a repetir el pasado miércoles en el Congreso de los Diputados.
Así, la nueva Ley de Memoria Democrática prohibirá fundar cualquier entidad que ensalce la figura del dictador y prohibirá de manera retroactiva todas aquellas que ya existen. Se desconoce aún si la medida afectará a otras dictaduras, como la fascista en Italia, la nazi en Alemania o la estalinista en la Unión Soviética. En el debate electoral dijo que sí, sin embargo ahora parece centrarse sólo en el caso español.
La Fundación Francisco Franco, por su parte, ha respondido a esta medida diciendo que se trata de una medida “absolutamente inconstitucional”. Según su presidente, Juan Chinarro, la Constitución establece “la libertad ideológica, de pensamiento, de expresión y de cátedra siempre y cuando no se produzca violencia”. Viendo lo que pasó con la exhumación de los restos del dictador, con la familia negándose a ser partícipe, se puede avecinar una batalla legal en este frente.
3. Anular sentencias franquistas
Si bien los anteriores aspectos que se exponen son más o menos previsibles, una de las novedades que la ley plantea es la anulación de sentencias dictadas durante el franquismo. Se conferirá de “carácter radicalmente nulo” a todas las actuaciones dictadas “por razones políticas, ideológicas, de conciencia o creencia religiosa” de manera retroactiva.
Como todas las dictaduras, la de Franco se basó en su propia ley para justificar innumerables acciones que, bajo un sistema democrático, no tendrían cabida. Por lo tanto, ahora se busca enmendar todo aquello, reparar a las víctimas diciéndoles que sus juicios fueron injustos. También se declararán como ilegítimos el Tribunal de Represión de la Masonería y el Comunismo y el Tribunal de Orden Público, así como Consejos de Guerra y demás, que operaron desde que estalló la Guerra Civil.
En este caso, por ejemplo, se haría ilegal la condena a muerte que cayó sobre el abuelo del actual vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, y que EL ESPAÑOL ya contó en un reportaje.
Esta medida, de todas formas, tampoco va a ser fácil de aplicar. Si se hiciera de manera automática, el Poder Legislativo podría acabar pisando el terreno del Poder Judicial. Por ello, los casos tendrán que ser revisados uno a uno, con todo el gasto de tiempo que ello conlleva.
4. Subvenciones a las exhumaciones
Como era de esperar, las exhumaciones de víctimas enterradas en fosas comunes seguirán adelante. Pero se irá más allá. Por un lado, se creará un censo nacional de víctimas para reunir la información que haya sobre todos los represaliados (se desconoce si también las víctimas del bando sublevado durante la Guerra Civil) y se creará un banco de ADN de todos ellos.
Se aprobarán, también, ayudas económicas para la recuperación de los restos de víctimas de la dictadura. Irán destinadas a las entidades privadas que trabajan en ello. El BOE, por su parte, ya ha aprobado esta semana la convocatoria de ayudas para la recuperación de restos, con un presupuesto de 750.000 euros. El 60% de ese dinero irá destinado a la investigación, localización y exhumación.
5. Multiplicar plebeyos
Esta es una medida que ya iba a ponerse en marcha, pero llegó el coronavirus y lo paralizó todo. En esta nueva Ley de Memoria Democrática, Sánchez dará el paso definitivo para quitar los títulos nobiliarios que otorgó Franco y que podrían de alguna forma servir para ensalzar el régimen.
En total, son 37 títulos nobiliarios los que están en el alambre [puede consultarlos aquí]. Destacan los herederos de nombres de sobra conocidos, como Primo de Rivera, Yagüe, Queipo de Llano, Carrero Blanco y demás apellidos vinculados a la dictadura. “Que le quite el título a Juan Carlos I”, pedía Ramiro de Maeztu y Manso, uno de los nobles que se hará plebeyo, en conversación con EL ESPAÑOL.
6. Adiós a 'Billy el Niño'
“Pido perdón a sus víctimas, luchadores por la democracia y la justicia”, decía el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, el pasado mes de mayo. El motivo es que el torturador franquista Juan Antonio González Pacheco, alias Billy el Niño, había fallecido y el Ejecutivo no le había quitado aún las medallas concedidas. Iglesias dijo que esto era una “vergüenza”.
Pues la nueva ley también atajará eso. Se van a retirar este tipo de recompensas, como las condecoraciones policiales y las incluidas en la creación de la Orden del Mérito del Cuerpo de la Guardia Civil de 1976 (esta última es la que se le concedió a Billy el Niño). A diferencia de las otras, esta medida no tendrá efecto retroactivo pero sí que llevará a la pérdida de los derechos económicos que correspondan a las condecoraciones.
7. Y las demás…
Así se va a materializar, grosso modo, la nueva Ley de Memoria Democrática que se va a aprobar, su anteproyecto, este martes en el Consejo de Ministros. Sin embargo, los enunciados no son los únicos frentes que abordará. Será más compleja y amplia, afectando a todas las capas posibles.
Por ejemplo, en el texto también se establecerá el día 31 de octubre de cada año como el Día de Recuerdo y Homenaje a Todas las Víctimas, conmemorando el aniversario de la aprobación de la constitución en 1978. Y el 8 de mayo, cuando se celebra la victoria europea sobre el fascismo, pasará a ser Día de Recuerdo y Homenaje a las Víctimas del Exilio.
Además, se actualizarán los contenidos curriculares de la ESO y de Bachillerato para incluir esta memoria y se intentará, desde las administraciones, “reparar las formas especiales de represión o violencia de cualquier tipo sufrida por las mujeres” en el periodo que abarca desde la Guerra Civil hasta el fin de la dictadura. Con esta medida, Pedro Sánchez podrá volver a contar las victorias que tanto tiempo hace que no cuenta.