Fernando Simón cambia en 4 días su diagnóstico: el enésimo patinazo del portavoz de la crisis
Si el jueves el director del CCAES hablaba de un "claro descenso" en los datos del coronavirus, este lunes advertía de un "repunte" en las cifras.
19 octubre, 2020 21:49Noticias relacionadas
De una “fase de estabilización de contagios previa a un posible descenso” (jueves, 15 de octubre) a observar un “ligero incremento” (lunes, 19 de octubre). Fernando Simón se ha corregido a sí mismo y ha modificado sus pronósticos sobre la evolución de la pandemia en España, pasando de un moderado optimismo a alcanzar un nuevo estado de preocupación por un “repunte” en los casos diarios. El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) ya no habla de “bajada” en las cifras sino de una “pequeña tendencia ascendente”, en línea con la situación europea.
El cambio de parecer llama la atención porque entre unas declaraciones y otras han transcurrido tan sólo cuatro días, con un fin de semana entre las dos fechas, en el que el Ministerio de Sanidad sigue sin actualizar el cómputo global de infecciones por Sars CoV-2, a pesar de que España se encuentra en plena segunda ola.
Si el pasado jueves Simón informaba de que a nivel general la incidencia del coronavirus en nuestro país se situaba en una “clara fase de estabilización en la tendencia nacional” y prefiguraba un “claro descenso” en las estadísticas de las próximas jornadas, 96 horas después volvía a comparecer para enmendar sus palabras.
Este lunes, cuando Sanidad registraba un nuevo récord en las cifras con la comunicación de cerca de 38.000 nuevos positivos, el epidemiólogo admitía que la estabilización “no ha llevado a una bajada” sino a un “ligero incremento”. “No estamos evolucionando lo suficientemente bien. Estamos en una fase en la que podríamos estar en la fase de ascenso”, señalaba.
¿Y cómo justificaba Simón este cambio de parecer? Por la coyuntura europea. “Es cierto que el incremento no es tan radical como en otros países [de la UE] y podría deberse a las ondulaciones que siempre observamos cuando hay una fase de estabilización, pero no tenemos ninguna seguridad”, reconocía, añadiendo que “lo que pasa en otros países” no permite avanzar “que eso vaya a ser así”.
"Mucho cuidado"
En este sentido, el portavoz sanitario pedía ser “precavido a la hora de interpretar el descenso” detectado “a principios de la semana pasada”. “Habría que tomárselo con mucho cuidado”. “No podemos garantizar que estemos en esa fase de estabilización”, insistía, en una rueda de prensa que ha dejado más dudas que certezas.
Incluso cuando ha sido preguntado por el próximo puente nacional -Todos los Santos, cuyo festivo se traslada al lunes, 2 de noviembre-, donde si se levantan las restricciones de movilidad que pesan sobre varias ciudades españolas se registrarán desplazamientos masivos, Simón se ha mostrado dubitativo: “Espero que no necesitemos confinar. Pero podría ser”.
Más allá de la vacilación en sus respuestas, el vaivén sistémico en las dos versiones del doctor sobre el diagnóstico en España se suma a una larga lista de contradicciones desde que en España entró el virus.
Cuando el virus comenzaba a expandirse por Italia, Simón trató de tranquilizar a la población española asegurando que aquí “no” iba a tener “como mucho, más allá de algún caso diagnosticado”. “No habrá transmisión local y, si la hay, será muy limitada y controlada”, llegó a decir a finales de enero, sin darle al nuevo coronavirus la importancia que, a posteriori, sabemos que merecía.
Mascarillas
Y no fue su único error fatal. Más polémico fue el episodio de las mascarillas y sus recomendaciones de uso. Si en marzo Simón hacía hincapié en que no eran “un factor clave” y que “si estás sano” era mejor no llevarlas, meses después el Gobierno admitió que no obligó a llevar mascarillas porque era una medida “muy difícil de cumplir”.
“En una situación de escasez en el mercado de mascarillas quisimos ser muy prudentes a la hora de hacer recomendaciones que no se pudieran aplicar”, admitía el director del CCAES en mayo. “Ahora quizás tenemos que sobreactuar un poco para prevenir riesgos”, dijo entonces.
También en agosto, cuando los casos por Covid-19 volvían a aumentar en España, Simón negó que estuviéramos ante una segunda ola, corrigiendo a la consejera de Salud vasca, Nekane Murga, que daba la voz de alarma al advertir que el País Vasco se estaba enfrentando “sin duda a una segunda ola epidémica”.
Simón prefirió entonces hacer un llamamiento a la calma pidiendo “prudencia” porque al emplear este término “se pueden generar percepciones de riesgo distintas a las que realmente estamos viendo”. “Es un concepto gris y borroso”.