Parte de la Policía Local al comisario jefe de Vigo por ir sin mascarilla y huir del control: "Te estás pasando"
El documento al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL detalla cómo el mando se negó a identificarse: "Qué coño vamos a dar explicaciones".
5 noviembre, 2020 14:16Noticias relacionadas
El comisario, tras escuchar cómo la agente de la Policía Local le decía que se pusiera la mascarilla, y que la ley era igual para todos, se aproximó a la agente y, a menos de medio metro de distancia, le respondió: "Chica, te la estás jugando, te estás pasando de la raya". Minutos después, dice el informe de lo ocurrido esa madrugada, huyó del lugar en su coche tras negarse a ser identificado por la patrulla que la había dado el alto.
Dos agentes municipales propusieron sancionar al comisario jefe de la Policía Nacional de Vigo, Carlos Alfonso Rodríguez Valcárcel por diversos delitos de desobediencia a un agente de la autoridad. Sucedió el pasado verano. A raíz de este episodio surgieron denuncias cruzadas entre ambos cuerpos.
Al regresar aquella noche a la comisaría, la patrulla propuso al comisario jefe para ser sancionado por no llevar mascarilla en la vía pública, negarse a ponerla, por no guardar la distancia de seguridad con personas no convivientes, por falta de consideración a agentes de la autoridad y por su negativa a facilitar su documento de identificación cuando se lo exigieron los efectivos que realizaban el control nocturno en las calles de la ciudad.
Los hechos, que no habían saltado a la luz hasta ahora, están recogidos en el parte de servicio nocturno al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL. Sucedieron tan solo 20 días después de su nombramiento como comisario jefe de la Comisaría de la Policía Nacional de Vigo-Redondela. Era la 1:20 de la madrugada de una agradable noche de verano, la del pasado martes 16 de agosto.
Una unidad de la Policía Local patrullaba por las calles de Vigo cuando, en la confluencia de la calle Llorente con la calle Santa Marta, se encontraron con un grupo de 8 personas. Solo dos de ellas llevaban puesta la mascarilla. Los agentes se acercaron para decirles que se la colocaran. Según el atestado policial del suceso. El mayor edad de la pandilla respondió: "Ya lo hacemos ahora amigo".
No bien habían terminado de requerirles que se cubriesen la cara, tal y como ordena la legislación vigente para preservar a la ciudadanía del contagio del virus, cuando uno de ellos se acercó a los policías vigueses: "Tú no sabes con quién estás hablando. Ese es el comisario de PN y yo un subjefe".
"Pasando de la raya"
El agente municipal se excusó: tan solo le habían dicho que se pusieran la mascarilla, una orden que afecta a todos los ciudadanos.
Después el subjefe siguió jactándose, según el parte, de su posición y su cargo. El grupo acababa de cenar en una tapería cercana y el policía advirtió que todos los que estaban allí, los ocho, eran policías nacionales. Según el parte de servicio cuya acta levantaron los policías locales que patrullaban las calles aquella noche, esa persona "presentaba signos evidentes de haber ingerido bebidas alcohólicas que afectaban al habla y a la reiteración de sus argumentos, o falta de ellos".
El tono fue en aumento. De forma insistente, reiteraba una y otra vez cuál era el cargo que ostentaba. Después de interpelarle en repetidas ocasiones se le pidió su identificación. En ese momento se acercó el más viejo del grupo "manifestando que ya estaba bien, que los dejáramos en paz".
El hombre -vestía bermudas, camiseta blanca, "manchada de lo que parecía ser vino y de hecho olía a alcohol"- se identificó. Era Carlos Valcárcel Araújo, Comisario Jefe de la Comisaría de Policía Nacional de Vigo-Redondela. El comisario le habló entonces a una de las oficiales del cuerpo local de la ciudad olívica.
Ella "se dirigió a él diciéndole que la ley era igual para todos, independientemente del cargo que se ostentara". Fue ahí cuando el comisario le dijo que se estaba "pasando de la raya".
Narra el informe de lo ocurrido aquella noche el modo en que la policía se mantuvo firme, sin dejarse amedrentar, y le indicó que mantuviera la distancia de seguridad. Él se negó, y ella se echó unos pasos hacia atrás y le exigió también al comisario su identificación. Este le exhibió "lo que parecía ser una placa policial sin darle tiempo a anotar la numeración de la misma".
La huida
En ese momento, se le dijo al comisario Valcárcel que por mucho que insistiera en su cargo policial en ese momento "no parecía estar ejerciendo labor policial", motivo por el cual se le siguió pidiendo que se identificara. El informe del atestado afirma que el mando ignoró una vez más esa orden.
A continuación, dirigiéndose al otro componente de la patrulla, exigió que le devolviera "inmediatamente" el DNI a su compañero. Lo hizo "con una total falta de respeto". La agente escribió en el informe que el comisario manifestó "asimismo que nos iba a detener". Debido al cariz que estaba tomando la situación, "y a las continuas amenazas a las que nos estaban sometiendo", los agentes de servicio ya habían solicitado presencia Jefe de Servicio de aquella madrugada.
En ese momento el comisario aumentó su nivel de nerviosismo. Cogió su teléfono y llamó al jefe de los municipales. "Unos policías tuyos impertinentes están impidiendo la realización de un operativo, al día siguiente en el desayuno te lo explico". Luego dijo que no iba a esperar por ningún jefe de Servicio y que se iba. Al colgar el teléfono, reza el parte de servicio, amenazó a los agentes con detenerlos si no les dejaban marchar.
"Caza de brujas"
Desde el entorno del comisario se explica que todos cuantos estaban en aquel lugar formaban parte del operativo Domus. "Acabamos en la Comisaría de Po con dos croatas que ya habíamos identificado en Vigo con herramientas para robos en domicilios y con dos italianos, que las habían recogido en un burguer de Pontevedra".
Tras su seguimiento, localizaron un piso en Vilagarcía de Arousa. Dicen que todo el episodio con la municipal está ya judicializado en el Juzgado de Instrucción 4 de Vigo. El comisario entiende que se trata de "una caza de brujas" que tan solo busca perjudicarle.
La Comisaría denunció a la patrulla de Policía Local. Primero lo hizo por la vía judicial, y a posteriori también de forma administrativa, tanto a la Subdelegación del Gobierno como a la Xunta de Galicia "por obstrucción y por carecer de mascarilla ni respetar la distancia social", respectivamente.
Fue el inicio de una secuencia de denuncias mutuas entre ambos cuerpos, ante lo que la Subdelegación de Gobierno acordó el sobreseimiento de todas las denuncias. A día de hoy, solo están vigentes las presentadas ante la Xunta y la interpuesta por la Policía Nacional en el Juzgado de Instrucción 4 de Vigo.
El atestado de la local dice que al colgar el teléfono, el comisario les dijo a sus acompañantes que se marchaban. Se subieron luego a una furgoneta -"consultada DGT no figuran datos, suponiendo que es un vehículo oficial"- con la intención de largarse de allí. La patrulla les dijo que esperasen a que llegara el Jefe de Servicio, que ya estaba en camino.
El jefe de la comisaría de Policía Nacional de Vigo dijo "que no esperaba por nadie" y, dirigiéndose a sus acompañantes, empezó a gritar otra vez: "Qué coño vamos a dar explicaciones a esta gente, vámonos sin explicaciones". La oficial se colocó delante de la furgoneta para obstaculizarles el paso. Tanto ella como su compañero "le escucharon decir que si no se apartaba le pasaban por encima". Al final, no le quedó más remedio que apartarse "para no ser atropellada".