El acuerdo presupuestario con Bildu y los movimientos penitenciarios con etarras han colmado la paciencia de la oposición. Pablo Casado solicita a Pedro Sánchez el fin del pacto con los de Arnaldo Otegi, a los que Pablo Iglesias colocó esta semana en la "dirección de Estado". Durante un discurso este sábado en Zaragoza, el líder del PP afirmaba que estamos ante "una indignidad moral que tiene que acabar".
Por su parte Inés Arrimadas, más distanciada del Gobierno que nunca pese a votar a favor el pasado jueves del primer trámite parlamentario de los Presupuestos, ha puesto en marcha una ofensiva en el Congreso para que el Ejecutivo aclare el "acercamiento a prisiones vascas y alrededores de presos de la banda terrorista ETA" así como "otros beneficios penitenciarios que está realizando el Ministerio del Interior".
Una referencia a la salida de 'Txapote', el asesino de Miguel Ángel Blanco y Gregorio Ordóñez, del modulo de exclusión en el que se encontraba hasta este viernes en la cárcel de Huelva.
En una iniciativa parlamentaria firmada por la propia líder naranja, el grupo de Ciudadanos plantea seis preguntas concretas al Gobierno sobre esta materia. Entre ellas si "se incluye en la negociación de los Presupuestos de 2021 con el grupo separatista vasco EH Bildu alguna referencia a la situación de los presos etarras y a la de las prisiones vascas".
Asesinos acercados
Entre los presos acercados esta semana se encontraban los asesinos del concejal del PP en Sevilla, Alberto Jiménez-Becerril, y su mujer, al que se refería Casado en Zaragoza, donde también aludía al atentado en la capital aragonesa que acabó con la vida de otro dirigente popular, Manuel Giménez Abad. El líder de la oposición pedía a Sánchez que explicase a sus hijos, uno de los cuáles fue testigo del crimen, por qué está "pactando con los asesinos de su padre".
Casado, además, apelaba a la "responsabilidad histórica" de los barones socialistas, descontentos muchos de ellos con el rumbo tomado por Sánchez. Este viernes, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, afirmaba que "lo de Bildu no tiene un pase".
Unas afirmaciones similares a las del extremeño Guillermo Fernández Vara, quien dijo que necesitaba un medicamento para la náusea, las del aragonés Javier Lambán, que mostró su preferencia por Ciudadanos como socio en la negociación presupuestaria o incluso a las de Susana Díaz. La líder del PSOE andaluz y ex presidenta de la Junta afirmó tajantementre que con los de Otegi no comparte "nada".
Nunca desde su segunda llegada a la secretaría general del PSOE, en 2017, cuando derrotó en las primarias precisamente a Díaz, había tenido que enfrentar Sánchez una contestación interna tan numerosa y contundente.