Madrid se ha vuelto a enzarzar con el Gobierno. Esta vez, por cómo deben ser las fiestas de Navidad. El equipo de Isabel Díaz Ayuso propuso que se permitieran encuentros de diez personas en las fiestas navideñas cuando el Gobierno las quería limitar a seis comensales y el ministro de Sanidad, Salvador Illa, recogió el guante y se abrió a que las reuniones fueran de diez personas.

A Madrid, sin embargo, le ha parecido insuficiente y ha encontrado más motivos para votar finalmente en contra de la propuesta: no están de acuerdo con el cierre perimetral de las autonomías y, además, advierten de que las salidas para reuniones familiares serán "imposible de controlar".

Entre las diez personas que podrán juntarse para celebrar Navidad no puede haber más de dos grupos de convivientes, según el documento aprobado en el Consejo Interterritorial de este miércoles por una amplia mayoría. Madrid también ha mostrado su disconformidad en este punto y pedía que se permitieran grupos de tres convivientes. 

El equipo de Ayuso tampoco está de acuerdo en que el Gobierno deje fuera el día 6 de enero, día de Reyes, como día señalado para las reuniones familiares de diez personas, pero el ministerio permite que cada autonomía regule dentro de su perímetro sus propias normas complementarias si lo estima oportuno. En este caso, Madrid incluirá el segundo día festivo del año dentro de este plan.

Impacto

El consejero de Sanidad, Enrique Ruiz-Escudero, también ha mostrado su rechazo al cierre perimetral de las autonomías entre el 23 de diciembre y el 6 de enero. A su juicio, con la tendencia a la baja del nivel de contagios y el nivel de incidencia en mínimos, "el impacto por restringir la movilidad perimetral de la región va a ser mínimo y por eso Madrid no está de acuerdo con este punto".

El objetivo de la Comunidad de Madrid es "seguir reforzando el mensaje de responsabilidad individual" en todas las interacciones sociales entre ciudadanos. Además, considera que controlar perimetralmente las autonomías para que solo salgan aquellos ciudadanos que vayan a visitar a sus familiares "es un término tan amplio que es imposible de controlar" por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. 

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha subrayado que se controlarán las entradas y salidas perimetrales y que aquellos ciudadanos que tengan que viajar para visitar a la familia deberán demostrar que existe el vínculo familiar, aunque no han explicado cómo se tendrá que justificar. “Todos sabemos lo que queremos decir cuando hablamos de familiares y allegados”, detalló el ministro de Sanidad, que aseguró que la medida incluye a aquellas personas que aunque no tengan un vínculo familiar “tradicional” tengan un “especial vínculo afectivo”.  

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