La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior ha comunicado este viernes el acercamiento a cárceles más próximas del País Vasco de otros cuatro presos de ETA, varios de ellos con delitos de sangre.
Entre los etarras aproximados al País Vasco se encuentra Jon Bienzobas Arretxe, condenado a 30 años de prisión como autor del asesinato del jurista, profesor y presidente del Tribunal Constitucional, Francisco Tomás y Valiente.
Con estos acercamientos son ya más de la mitad de los 195 etarras que siguen en prisión en España los que se encuentran a menos de 200 kilómetros de sus domicilios. En las cárceles andaluzas, donde tradicionalmente se enviaba a los terroristas a cumplir sus condenas, las más alejadas del País Vasco, quedan ahora tan solo aproximadamente una treintena.
Desde Instituciones Penitenciarias recuerdan que esos traslados no se realizarán hasta que la situación sanitaria lo permita. Hace tan solo unos días, la Secretaría General remitía una carta a los directores de las prisiones para comunicarles que se suspendían los traslados de los internos debido al avance de la tercera ola de la Covid-19.
134 traslados
En total, la cartera al mando de la cual se encuentra el ministro Fernando Grande-Marlaska ha realizado un total de 134 traslados de etarras a lo largo de los dos años y medio que llevan en el ejecutivo. Al País Vasco o Navarra han enviado a 27, y de todos los que han aproximado a su tierra natal, 52 contaban con delitos de sangre en su haber.
Bienzobas cumplía condena en el Centro Penitenciario Puerto III, en Cádiz, y ahora se le envía a la cárcel de Dueñas, en Palencia. En 2007 fue condenado por la Audiencia Nacional como autor material del asesinato de Rafael San Sebastián Flechoso.
También fue condenado a la pena de 186 años de cárcel por su participación en el atentado con coche-bomba perpetrado el 15 de enero de 1994 en Madrid al paso de una furgoneta oficial del Ejército del Aire. En ella viajaban once personas. La bomba falló su objetivo, pero produjo numerosos heridos e importantes daños materiales.
Resto de traslados
Hay otros tres etarras que serán enviados a prisiones más cercanas al País Vasco y cuyo traslado ha sido anunciado ahora. Ignacio Etxeberría Martín viajará del Centro Penitenciario de Topas, en Salamanca, al Centro Penitenciario de El Dueso, en Cantabria.
En 2004 la Audiencia Nacional le condenó a 457 años de prisión como autor material del atentado que acabó el 6 de febrero de 1992 con la vida de los capitanes Juan Antonio Núñez Sánchez, Ramón Carlos Navia Refojo, Emilio Domingo Tejedor Fuentes, y con la del funcionario de Correos y Telégrafos, Antonio Ricote Castillo. En 2003 la sección se le condenó a 30 años de prisión como autor del asesinato del coronel de Infantería en la reserva Juan José Carrasco Guerrero.
A su vez, Aitor Aguirrebarrena Beldarrain será enviado desde el Centro Penitenciario de Puerto III, en Cádiz, a la cárcel de Villabona, en Asturias. Aguirrebarrena fue condenado en 2011 a 75 años de prisión por su participación en el atentado perpetrado por ETA el 20 de agosto del 2000 en Sallent de Gallego. Aquel ataque que acabó con la vida de los guardias civiles Irene Fernández Perera y José Ángel de Jesús Encinas.
En 2019 fue condenado a 33 años como responsable del atentado que se llevó por delante al funcionario de prisiones Máximo Casado, perpetrado el 22 de octubre del 2000 en Vitoria. Además, en 2006 la Audiencia Nacional le condenó a 23 años de prisión por la colocación de una furgoneta-bomba junto al cuartel de la Guardia Civil en Agreda (Soria).
La explosión, en julio de 2000, provocó heridas a una mujer y numerosos daños materiales. La Audiencia Nacional le condenó en 2006 a 31 años de prisión por su participación en el atentado perpetrado el 10 de septiembre de 2000 contra la discoteca Txitxarro, ubicada en la localidad guipuzcoana de Deba.
A Patxi Marqués Celaya, por su parte, lo trasladarán del Centro Penitenciario Castellón II a la prisión de Zaballa, en Álava. En 2002 fue condenado a 62 años de prisión por planear un atentado, que no se llegó a realizar, contra el cuartel de Guardia Civil de Algorta (Vizcaya) y por formar parte de un comando que colaboraba con el comando Vizcaya.