Extremadura aplaza la vuelta a clase de ESO y Bachillerato: profesores deberán ir con una FFP2
Los alumnos de estos cursos además de los de FP regresarán a las clases presenciales el lunes 25 de enero ante el aumento de contagios de la Covid.
19 enero, 2021 11:13Noticias relacionadas
La Junta de Extremadura retrasa hasta el próximo lunes 25 de enero la vuelta a las clases presenciales en ESO, Bachillerato y Formación Profesional. A partir de ese día, y durante dos semanas, los profesores deberán llevar mascarilla FFP2, que les será proporcionada por el centro educativo.
Así, estos alumnos continuarán con las clases online toda esta semana mientras que el resto de cursos, Educación Primaria e Infantil ya están en presencial desde hace varios días.
Esta decisión de la Consejería de Educación de la Junta de Extremadura llega en un momento en el que la incidencia acumulada no para de crecer en la región. Según datos del Ministerio de Sanidad, Extremadura ha superado este lunes los 1.300 casos por cada 100.000 habitantes a los 14 días. En concreto, la tasa es de 1.383,62 casos. Además, en las dos últimas semanas se han diagnosticado 14.773 positivos de la Covid-19.
La IA más alta de España
Extremadura tiene la incidencia más alta de toda España y lleva más de una semana con una tasa de más de 1.000 casos por cada 100.000 habitantes.
En las últimas 24 horas Extremadura ha registrado 783 casos positivos de Covid-19 confirmados, lo que supone una cifra inferior a los 1.037 casos notificados este pasado domingo.
A pesar de estos datos, el vicepresidente segundo y consejero de Sanidad y Servicios Sociales, José María Vergeles, considera que esta semana se puede llegar en Extremadura a una "estabilización de la curva" de contagios de coronavirus, lo que significaría que se entraría "en fase de meseta, y posteriormente, ojalá, empiecen a disminuir los contagios".
En ese sentido, el titular extremeño de Sanidad ha vaticinado que tras este aumento de contagios, se producirá un incremento en el número de hospitalizados, lo que podría traducirse en más ingresos en UCI y fallecimientos.