La catarata de críticas a Pablo Iglesias por equiparar a los exiliados republicanos con el fugado Carles Puigdemont no arredra al vicepresidente segundo del Gobierno. Todo lo contrario.
Después de que las asociaciones mayoritarias de la Memoria Histórica calificasen de "desproporcionada" e "injusta" la comparación que el líder de Podemos hizo en el programa Salvados de La Sexta -"lo digo claramente: creo que sí" contestó a la pregunta de si era lo mismo que la situación del expresidente catalán- Iglesias se niega a rectificar lo que estos colectivos consideran una ofensa en toda regla.
En declaraciones improvisadas a los medios este martes en Madrid, antes de intervenir en la VI Conferencia de Embajadores que se celebra en la capital, el líder de Podemos tiraba de orígenes familiares para hacer frente a las críticas y no dudaba en culpar a la derecha de la polémica.
"Es muy llamativo que fuerzas políticas y poderes mediáticos que han estado en contra de la Ley de Memoria Histórica se acuerden ahora de los republicanos españoles", afirmaba, al tiempo que hacía un sintético recorrido por su árbol genealógico: "A mi abuelo lo condenaron a muerte, y estuvo cinco años en prisión por republicano y por antifascista; mi tío abuelo fue fusilado; mi padre estuvo en la cárcel por republicano y por combatir a favor [lapsus] de la dictadura y mi madre militó en clandestinidad. Lecciones de los que en este país gobiernan con una fuerza [Vox] que reivindica los gobiernos terroristas de la dictadura, ninguna", señalaba.
Iglesias, visiblemente irritado, lanzaba incluso un dardo velado al PSOE dentro de su diatriba: "Lecciones de los que impiden que se investiguen los presuntos delitos del Rey Juan Carlos e incluso lo reivindican en sede parlamentaria, ninguna".
La semana pasada, los socialistas volvían a unir sus votos en la Mesa del Congreso al PP y Vox para rechazar la comisión de investigación sobre el Emérito propuesta por Unidas Podemos, pese a que en esta ocasión la iniciativa sí obtuvo el visto bueno de los letrados de la Cámara Baja.
"Criminalizar al independentismo"
El único matiz que el vicepresidente segundo concedía sobre sus palabras en el canal de Atresmedia es que "los contextos históricos son diferentes", entre el final de la Guerra Civil en 1939 y la dictadura posterior de Francisco Franco, con lo ocurrido en Cataluña en 2017, que el Tribunal Supremo consideró un delito de sedición.
Iglesias, que se pronunciaba cuando ya se conocía la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que devuelve momentáneamente al 14 de febrero la fecha de las elecciones catalanas, aseguraba que no iba a sumarse a "la criminalización del independentismo. Ni el vasco ni el catalán. Y no soy independentista, y no quiero que Cataluña se vaya de España, pero soy demócrata", subrayaba.
El secretario general de Podemos comenzaba su intervención afirmando que "a los exiliados y a los republicanos, y a los antifascistas españoles se les ha humillado históricamente en este país". Como prueba de ello, señalaba las "decenas de miles que siguen enterrados en cunetas".
En ese sentido, Iglesias sacaba pecho de estar intercediendo ante la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, la competente en las políticas de Memoria Histórica, por la repatriación a España de los restos de un exiliado republicano ilustre, Julio Álvarez del Vayo. Este socialista, fallecido en Ginebra en 1975, fue uno de los fundadores del Frente Revolucionario Antifascista y Patriota, el FRAP, al que perteneció el padre del vicepresidente.
A esa militancia se refirió el año pasado en un debate parlamentario la entonces portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, cuando acusó a Iglesias de ser "el hijo de un terrorista". Una afirmación retirada del Diario de Sesiones por la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, y por la que el propio Iglesias padre ha emprendido acciones legales contra la diputada popular.