Durante los primeros días de la campaña de vacunación contra la Covid-19 los datos no eran buenos. Se estaban inoculando pocas dosis y los porcentajes hablaban por sí solos. Ahora, casi un mes más tarde, las comunidades se han pasado de marcha y han vacunado tanto que han tenido que parar para no dejar sin dosis a los más vulnerables.
Políticos, altos cargos y gestores, profesionales sanitarios que no están en primera línea contra la Covid-19 e, incluso, familiares de ingresados en residencias de ancianos han sido algunos de los afortunados en esta carrera por vacunar. Todos ellos, pese a no contar como prioritarios en el protocolo de vacunación del Ministerio de Sanidad, se han puesto ya la primera dosis.
La aspiración de las comunidades autónomas por cumplir el mayor porcentaje de dosis inoculadas ha hecho que -según varias fuentes cercanas al proceso-, se pusieran vacunas en los hospitales hasta a sanitarios no esenciales. Y es que, aunque el documento de Sanidad especificara que solo se podía vacunar a médicos, enfermeros o celadores en primera línea (es decir, que tuvieran contacto con pacientes Covid-19) se ha vacunado “en masa”.
Reflejo de ello son los datos de la Comunidad de Madrid. Según fuentes del sindicato médico Amyts, en los centros hospitalarios se ha inoculado al 68% de los sanitarios de los hospitales, al 73% de los del SUMMA 112 y al 44% de los de Atención Primaria. Este hecho, según ha podido saber EL ESPAÑOL, ha retrasado la dispensación de viales entre las residencias de ancianos.
Las características de los propios geriátricos y los problemas logísticos de las vacunas de Pfizer y Moderna hacían que se precisara de una mayor planificación y que fuera más difícil vacunar a gran escala. Por ello, aunque se ha seguido vacunando en estos centros, algunos han quedado relegados a un segundo plano.
Dicho de otro modo, en los centros sanitarios hay más trabajadores concentrados en un solo lugar que en una residencia y vacunar allí es más rápido que en una red de residencias con menos de 40 ingresados cada más de 100 kilómetros.
Penalizar a las CCAA
Aunque Sanidad no haya incentivado en ningún momento una carrera entre comunidades, el ministro de Sanidad ha decidido primar en el reparto de vacunas a las regiones que más dosis están administrando. Algo que Salvador Illa negó en un primer momento. Pero cambió de idea cuando la farmacéutica Pfizer notificó problemas de abastecimiento.
Esa decisión de penalizar a las comunidades que menos han vacunado castiga, sobre todo, a las que han sido previsoras y han guardado viales para asegurar la segunda dosis. País Vasco, Madrid, Andalucía, Navarra, Aragón o Castilla y León tomaron esa decisión.
Por ejemplo, en el caso de Madrid, autoridades de la Consejería estiman que tenían que haber llegado 48.500 dosis, pero “han llegado la mitad”. Una situación que no se arreglará la próxima semana porque el propio Ministerio ha confirmado a la Comunidad que no llegarán el 100% de las dosis y que estarán “en el entorno de 43.000-45.000”.
Sobre los profesionales sanitarios, varias fuentes consultadas por EL ESPAÑOL han ratificado que tanto Comunidad de Madrid como Aragón, Castilla-La Mancha o Extremadura van a ralentizar la vacunación a profesionales sanitarios.
La primera en confirmarlo este mismo jueves ha sido Madrid. Su consejero, Enrique Ruiz Escudero, ha explicado que van a paralizar la campaña a sanitarios para seguir inoculando en las residencias de ancianos y asegurar la segunda dosis que está recomendada que se ponga en un periodo de veinte días (44, como mucho).
Los casos más sonados
Vacunarse cuando no le tocaba le ha costado el puesto al consejero de Sanidad de Murcia, Manuel Villegas. El único político que ha dimitido, aunque su caso no ha sido el único, ni mucho menos.
Su compañero de partido y también consejero, el ceutí Javier Guerrero, ha hecho lo mismo. Eso sí, el titular de Sanidad de la ciudad autónoma no ha dimitido.
Varios alcaldes del PSOE como los de Rafaelbunyol (Valencia), Molina (Murcia) o los de El Verger, Els Poblets y La Nucia (Alicante) se han colado y no han dimitido. También ha pasado en Riudoms (Tarragona) con un alcalde de JuntsxCat.
Junto a ellos también ha transcendido la vacunación, sin que les tocara, de los alcaldes de los municipios cordobeses de Torrecampo, Alcaracejos (PSOE), y de El Guijo (Ciudadanos Demócratas e Independientes); entre otros.
En el ámbito sanitario, dos directores de hospitales vascos, el de Basurto y Santa Marina en Bilbao, han dimitido de sus puestos al conocerse que se habían puesto la vacuna. Además, en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid se llamó a los profesionales sanitarios jubilados para que acudieran sorpresivamente a vacunarse.
Un caso muy diferente es el de los médicos, enfermeros o resto de profesionales sanitarios que han acudido a la vacunación tras recibir la llamada de su servicio de salud. En su caso, han sido las autoridades de salud pública las que han decidido vacunar a todo tipo de profesionales: tanto a los de la primera línea Covid como los que no, como los que ya han pasado la enfermedad y tienen anticuerpos.
Este último grupo ha creado disparidades hasta en los propios profesionales sanitarios. Algunos opinan que los que ya tenían anticuerpos no tenían que haber sido prioritarios, pero, al no haber nada específico en el protocolo de Sanidad, se les ha inmunizado.
Falta de vacunas
Como ya adelantó Invertia, esta semana las comunidades autónomas han recibido menos dosis de la vacuna de lo previsto. De media, España se ha quedado con solo el 54% de las vacunas previstas.
Según indican tanto el Ministerio de Sanidad como la propia compañía Pfizer, este problema se ha producido por una reforma que la multinacional americana está llevando a cabo en su fábrica en Puurs (Bélgica), que son las instalaciones donde se producen todas las dosis que se destinan a la Unión Europea.
Sin embargo, ambas partes precisan que la próxima semana se restablecerá el suministro habitual de las dosis. De hecho, Alfredo González, secretario general de Salud Digital, apuntó este jueves que España recibirá unas 351.000 dosis el próximo lunes.
Además, en próximas semanas, todos los países europeos deberían comenzar a recibir más dosis semanales una vez termine la reforma de las instalaciones de Pfizer en Puurs. Concretamente, a partir de mediados de febrero.
La reforma "nos permitirá suministrar la cantidad de dosis de la vacuna comprometidas totalmente en el primer trimestre y significativamente más en el segundo trimestre", indican desde la multinacional.
Aunque sean elucubraciones, este mismo jueves el Ministerio de Sanidad ha notificado que 49.056 personas se han inoculado la pauta completa de la vacuna de Pfizer. Es decir, las dos dosis. Si, hasta ahora, se han administrado 1.103.301 dosis de las 1.364.100 disponibles quedarían pendientes de inocular 260.799 dosis.
Si 100.000 de las 1.100.000 dosis entregadas se han usado para completar la pauta de vacunación, quedan un millón de personas a las que se le ha puesto la primera dosis y están a la espera de la segunda. Con los datos que maneja Sanidad (260.799 vacunas sin inocular y 351.000 que van a llegar la próxima semana) a corto plazo no se podría poner la segunda dosis a todo el millón de personas que ya tienen la primera.
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