La ministra de Defensa, Margarita Robles, se está planteando una completa renovación de toda la cúpula militar que afectaría a los jefes de Estado Mayor de cada uno de los ejércitos que componen las Fuerzas Armadas. Según apuntan algunas fuentes ministeriales a EL ESPAÑOL, esta posibilidad no resultaría "nada descabellada".
Esas mismas fuentes entienden que es probable que Robles aproveche la dimisión de su mano derecha, Miguel Ángel Villarroya, el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), para configurar por fin un equipo de su más estrecha confianza al frente de las distintas esferas que componen las Fuerzas Armadas (FAS).
La polémica sobre las vacunaciones llegará este martes previsiblemente al Consejo de Ministros. Será en esa reunión, con el fin de que no se prolongue la polémica, cuando se haga oficial la renuncia de Villarroya, quien dimitió de su cargo tras conocerse que tanto él como otros mandos del Estado Mayor de la Defensa recibieron la primera dosis de la vacuna contra la Covid-19 sin pertenecer a los grupos prioritarios de vacunación.
En plena ola de indignación por la prematura e irregular vacunación de políticos de PSOE y PP, desde alcaldes a consejeros autonómicos, fue cuando saltó la noticia del JEMAD, que la ministra de Defensa, Margarita Robles, conoció a través de los medios de comunicación.
Tras las controvertidas noticias que han afectado directamente a la cabeza de las Fuerzas Armadas, este martes comenzarán los cambios en sus más altas instancias. Al finalizar el Consejo de Ministros, se dará a conocer la persona escogida para ocupar el puesto que hasta ahora ostentaba un hombre que no solo era su más estrecho colaborador, sino también una persona de su absoluta confianza, con quien llevaba años trabajando.
Esas mismas fuentes apuntan a que "sería un buen momento", que parece "lógico", dada la situación vivida en los últimos días, que esa sea finalmente la senda escogida para acabar con "esta crisis".
Un momento propicio
Los tres el jefe del Estado Mayor del Ejército, el general Francisco Javier Varela; el almirante jefe del Estado Mayor de la Armada, Teodoro Calderón, y el jefe del Estado Mayor del Aire, el general Javier Salto, tienen ya más de 65 años. Su sustitución estaba ya próxima. Los tres fueron nombrados cuando María Dolores de Cospedal ocupaba la cartera de Defensa.
Fiel a su estilo continuista, caracterizado por no crear un ruido innecesario, Robles decidió mantenerles a todos, incluido al anterior JEMAD, algo poco habitual hasta entonces.
Suele ser bastante habitual que, con el cambio político de turno, cuando llega un nuevo gobierno, el ministro que accede al cargo se rodee al llegar de la gente de su confianza. Robles rompió esa tradición y mantuvo en sus puestos a quienes ya los ostentaban.
Solo el año pasado, tras la victoria electoral del PSOE y el inicio del gobierno de coalición, optó por otorgarle a Villarroya el mando de la estructura operativa de las Fuerzas Armadas y el mando del Estado Mayor de la Defensa. Mantuvo sin embargo a los otros JEMES, con los que ha mantenido una buena sintonía durante estos dos años y medio.
El veterano y reputado general había pasado los últimos años trabajando estrechamente junto a ella en la dirección del Gabinete Técnico de la ministra de Defensa. Era una persona de confianza, figuraba en las quinielas y gustaba mucho su perfil. Tenía sentido el cambio. Y él, cuando se lo propusieron, aceptó el cometido sin dudarlo.
Tras la crisis acaecida este pasado fin de semana, algunas fuentes apuntan a que resultaría totalmente lógico que, junto al nuevo JEMAD, la ministra se sentara para analizar esa posible renovación. Esta podría tener lugar este mismo martes, pero también dentro de algunas semanas, de manera que tanto la ministra de Defensa como su recién nombrada mano derecha pudieran disponer del tiempo suficiente para confeccionar su equipo.
El nuevo JEMAD
Una norma no escrita de las Fuerzas Armadas estipula, desde su creación en 1984, una rotación entre los dos Ejércitos y la Armada en el puesto más alto de la cúpula militar. Villarroya es general del Ejército del Aire y su antecesor, Fernando Alejandre, lo era del Ejército de Tierra, por lo que sería el turno de un almirante de la Armada.
Otras fuentes próximas a la ministra apunta a que correrá el turno, y que será un almirante el escogido para el puesto, pero otras apuntan que, dado que el mandato de Villarroya apenas ha durado un año, su relevo podría venir de nuevo del Ejército del Aire.
Sería entonces alguno de los tenientes generales o el propio Jefe de Estado Mayor del Aire (JEMA), el general Javier Salto, quien asumiera el puesto más elevado a la derecha de la ministra y al mando de los ejércitos.