Salvar la campaña del turismo. Ese es el objetivo que se han puesto muchos países europeos tras casi un año de restricciones de la movilidad por la Covid-19. Un deseo que se materializa en la cartilla de vacunación Covid que los parlamentarios europeos ven con esperanza, pero "a largo plazo".
Así lo han explicado a EL ESPAÑOL dos de los integrantes del Parlamento Europeo. El farmacéutico y eurodiputado por Ciudadanos, José Ramón Bauzá, y el enfermero y eurodiputado por el PSOE, Nicolás González Casares.
Europa ve con buenos ojos el proyecto de pasaporte por el cual se eliminarían las restricciones para aquellas personas vacunadas contra el coronavirus. Ahora bien, para Nicolás González, el proyecto tiene dudas todavía y le falta "tiempo" para madurar.
Turismo y salud
Bauzá explica que el proyecto, que presentó el Gobierno griego, puede servir de empuje para "la industria del turismo y del transporte". "Permitiría hacer ya reservas para la campaña de verano", estima.
Con todo, la cartilla de vacunación Covid necesitaría de un gran número de personas vacunadas para salvar la campaña turística del 2020. Algo que no se ve posible por la velocidad en la que se está vacunando, no solo en España, sino en el resto de Europa.
En estos momentos, el Parlamento español no ha presentado ninguna iniciativa legislativa propia, aunque los grupos del PSOE y Ciudadanos aseguran que hay casi unanimidad en cuanto a la conveniencia de respaldar el proyecto. Todo ello, a pesar de que el 22 de enero, la cumbre de los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea rechazaron la propuesta.
Para el socialista Nicolás González se deben de tener en cuenta tres cuestiones para hablar del futuro de este pasaporte Covid. Saber si los vacunados siguen transmitiendo la infección por SARS-CoV-2, esperar a tener un alto número de vacunados y dar una posibilidad para aquellos países en los que la vacuna no sea obligatoria, incluido España.
Sobre este tercer punto, González apuesta por la posibilidad de que exista una PCR y no sea obligatoria la vacunación, como una forma de agilizar los trámites.
"Necesitamos más tiempo porque ahora hay poca gente vacunada y crearíamos dos niveles de ciudadanía. En España, que no es obligatorio, por ejemplo, hay personas que, aunque quieran, no les toca vacunarse hasta diciembre o tienen impedimentos médicos", recuerda el eurodiputado socialista.
Según González, el pasaporte Covid no será posible en primavera, "tal vez en verano".
En este punto discrepa Bauzá, pues asegura que, aunque sean pocos los que tengan ese documento, serán "suficientes" para dar un impulso al turismo.
Una vez se ponga en marcha este certificado vacunal, Europa tiene el gran reto de hacerlo operativo en todos los Estados miembros y que sea homologable para terceros países. Una vía extra que, por ejemplo, usaría el turismo británico.
Bien es cierto que en España ya existe una cartilla de vacunación y que se exigen determinadas vacunas para viajar a países terceros como la de, por ejemplo, la fiebre amarilla.
Pero Europa tiene déficits en los que se refiere a digitalizar la salud. De hecho, organismos como la Comisión Europea han aprobado en múltiples ocasiones proyectos de historia clínica digital y receta electrónica europea que todavía no se han puesto en marcha.
"Tenemos que aprovechar el grupo que ya puede generar economía. No podemos paralizarlo todo hasta que todo el mundo esté listo", apunta Bauzá, que apuesta por empezar a generar "ya" una dinámica de producción económica.
Certificado médico
La esperanza de los parlamentarios europeos no se ensombrece con el rechazo del pasaporte Covid por parte de la cumbre de los jefes de Estado y de Gobierno. Afirman que el proyecto necesita tiempo y un redactado solvente.
Los principales inconvenientes que se pusieron durante la jornada fueron las dudas legales y políticas sobre la posibilidad de limitar los derechos de las personas que no quieran o no puedan vacunarse.
Por ello, los líderes de la UE se limitaron a aceptar la creación de un certificado médico europeo armonizado, pero no un documento de viaje.
Fuera de las fronteras europeas, la Organización Mundial de la Salud también se opone "por el momento" a que los países pidan certificados de vacunación contra la Covid-19 para poder viajar.
El Comité de Emergencias ha alegado en un comunicado que "todavía existen demasiadas incógnitas sobre la eficacia de las vacunas para reducir la transmisión del virus" y recordaba que la disponibilidad de los fármacos todavía es limitada. Además, advertían, estar vacunado "no debería eximir a los viajeros internacionales de cumplir otras medidas de reducción del riesgo de los viajes".