El presidente del Partido Popular ha prometido construir en Cataluña un hospital Zendal si Alejandro Fernández llega a gobernar la Generalitat y apostaría por confinar por áreas de salud si de él dependiera la gestión de la pandemia. Pablo Casado replicaría en España la estrategia que ha desplegado Isabel Díaz Ayuso en Madrid para combatir la pandemia si fuera presidente del Gobierno. Desde su círculo más próximo se comparte la idea de que le gustaría que ese modelo se expandiera en el resto de autonomías donde gobierna el Partido Popular.
Desde que el Gobierno cerró España con un toque de queda que se prolongó durante tres meses consecutivos, Madrid se ha convertido en el principal foco de confrontación con Moncloa. La estrategia de su presidenta de ir contra todo y contra todos ha descolocado al PSOE... y al PP.
Tras diez meses de pandemia y unos datos de contagios desoladores, muchos compañeros de filas de Ayuso, siempre en privado, critican que "haga política" con la Covid. A la dirección nacional del PP le gustaría que los presidentes autonómicos aplicaran las mismas recetas que Madrid, pero desde Murcia, Castilla y León, Andalucía y Galicia se ha rechazado tomar las mismas medidas que la capital, sobre todo en el tema de hostelería, donde Ayuso mantiene su compromiso a que abran durante más tiempo. Todos sus compañeros coinciden en que es contraproducente para rebajar los contagios.
Discrepancias
El primero que ha mostrado sus discrepancias públicamente ha sido el único presidente autonómico del PP que gobierna con mayoría absoluta. Alberto Núñez Feijóo ha provocado un gran malestar interno al asegurar que "no se sentiría responsable" si tuviese que aplicar en Galicia las medidas aprobadas en Madrid, donde la hostelería continúa abierta.
El presidente de Galicia se desvinculó de su compañera de Madrid cuando le preguntaron por las palabras de Pablo Casado, que aseguró en una entrevista radiofónica el lunes que Galicia y Madrid estaban gestionando la pandemia "exactamente igual".
La respuesta de Feijóo ha indignado al entorno de Casado, que critica que Galicia haya "abierto un frente con Madrid" cuando la estrategia de partido indicaba que había que replicar hasta la saciedad el mensaje de que Pedro Sánchez había sacado adelante el real decreto de los fondos europeos gracias a la abstención de Vox. El objetivo ahora es evitar el sorpasso de Santiago Abascal en Cataluña y "hay que evitar cualquier afirmación que desvíe la atención".
Cuando se examina las distintas maneras de gestionar la pandemia en las autonomías donde gobierna el PP, la dirección nacional del partido traslada la misma sensación a sus dirigentes: "Pablo Casado está de acuerdo con lo que hace Isabel Díaz Ayuso", deslizando la idea de que el camino a seguir es el que marca Madrid.
Los hitos de Madrid
La región madrileña fue la primera autonomía en cerrar los colegios, en pedir cribados masivos a la población, en hacer test en farmacias y en pedir un control férreo entre los pasajeros que salían y entraban a España por el aeropuerto de Barajas. Ayuso fue también la presidenta que evitó confinar municipios enteros y apostó por cerrar por zonas básicas de salud, además de cerrar perimetralmente la región por días -solo los puentes- y no por semanas.
Cuando se tuvo conocimiento de las variaciones del coronavirus en Sudáfrica y Brasil, Ayuso propuso al Gobierno restringir los vuelos de entrada y salida a Madrid con destino Sudáfrica y Brasil. Ante trasladarle esta petición, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, consideró que cerrar las conexiones aéreas con Sudáfrica sería "un canto al sol" puesto que España "no ha recibido ningún vuelo con origen en ese país" en las últimas tres semanas. El Gobierno se ha visto obligado a aprobar la restricción este martes.
El desafío de Ayuso a Sánchez no ha pasado desapercibido ni siquiera en el extranjero. El Financial Times fue el primer periódico internacional que se fijó en la presidenta de Madrid y elogió su respuesta "rápida, cerrando escuelas y tiendas antes que el Gobierno". Después, se le denominó "el descubrimiento político español del año 2020", "la musa de la derecha española" o la artífice del "milagro de Madrid". Mientras los barones del PP se irritan ante tanto piropo, Pablo Casado aplaude y respalda desde Génova la táctica de Madrid.