En julio de 2019, cuando las negociaciones entre PSOE y Podemos encallaban sin remedio, como luego demostraría su investidura fallida de pocos días después, Pedro Sánchez lanzó un importante aldabonazo a Pablo Iglesias. "Necesito un vicepresidente del Gobierno que defienda la democracia en España", dijo en una entrevista en La Sexta el entonces presidente del Gobierno en funciones, más enemistado que nunca con el secretario general de Podemos. Lo hizo entonces en referencia a la situación en Cataluña, uno de los asuntos que más enfrentan a ambos líderes.
No fue, por supuesto, ni la única frase polémica hacia Iglesias de esa entrevista ni de aquellas semanas de máxima tensión entre socialistas y morados. Pero posiblemente sí la que recordada ahora, un año y medio después, más suena a profecía autocumplida.
Sobre todo cuando el hoy vicepresidente segundo del Gobierno, en la última semana de la campaña electoral de las elecciones catalanas, ha llegado a afirmar literalmente, en declaraciones al diario Ara, que "no hay una situación de plena normalidad política y democrática en España". Y que no la hay, afirmaba el secretario general de Podemos, por la existencia de líderes independentistas "en las cárceles y en el exilio".
Con estas palabras, el socio de coalición tercia en el conflicto suscitado hace apenas tres días entre España y Rusia, a cuenta de las acusaciones del ministro de Exteriores de Vladimir Putin, Serguéi Lavrov, quien comparó la situación del disidente ruso encarcelado, Alexéi Navalny, con la de Oriol Junqueras y el resto de condenados por sedición.
Sus palabras, pronunciadas en una rueda de prensa cojunta en Moscú con el Alto Representante para la Unión Europea (UE), Josep Borrell, tuvieron inmediata réplica de Arancha González Laya. La titular de Asuntos Exteriores le espetó a su homólogo que en nuestro país "no hay presos políticos".
No es ningún secreto que Iglesias piensa lo contrario, pero al manifestarlo públicamente contradice expresamente a la jefa de la diplomacia española en un conflicto con otra nación, en un asunto que además no es de su competencia dentro del organigrama del Ejecutivo.
"Iglesias defiende la democracia"
Pese a todo, un hombre fuerte del Gobierno y del PSOE como José Luis Ábalos, en la rueda de prensa de este lunes posterior a la Eejecutiva socialista, trataba de restarle importancia a lo sucedido.
El número tres del PSOE y ministro de Transportes -un departamento con un conflicto abierto con Podemos a cuenta de la elaboración de la Ley de Vivienda- afirmaba no recordar las palabras de Sánchez en 2019 pero zanjaba que "el vicepresidente sí defiende la democracia en España, y la defiende con claridad".
Aún más, Ábalos afirmaba que Iglesias defiende la "profundización democrática". El secretario de organización de los socialistas matizaba, no obstante, que la democracia española es "una de las democracias de mayor calidad que existen en el mundo, perfectamente homologada en Europa". Aunque, añadía el ministro, "cualquier sistema democrático no es perfecto y contiene siempre elementos de anormalidad que hay que atajar. Pero de ahí a considerar [negativamente] el global, no tiene ningún sentido" sentenciaba.