"Y ahora dejan esa zona libre, y se van a colar por ahí. Está claro, tienen orden desde arriba de no apretar". Mientras en los alrededores de la plaza de la Constitución en Vallecas se sucedían los disturbios, algunos de los asistentes al mitin de Vox en Vallecas se mostraban escépticos ante la actuación y el operativo desplegado por la Policía Nacional. De algún modo, hacían suyo el discurso proferido minutos antes por el propio líder del partido, Santiago Abascal.
Los policías acababan de focalizar su acción en una zona en la que se habían congregado en un instante concreto un mayor número de radicales, y por eso centraron sus esfuerzos momentáneamente en ese lugar. Mientras tanto, el dirigente de la formación de ultraderecha arengaba a los suyos culpabilizando al ministro Fernando Grande-Marlaska de los heridos y de los altercados que se produjeron durante el mitin de arranque de la campaña de las elecciones autonómicas en Madrid.
"Esto lo está permitiendo el Ministerio del Interior. Marlaska debe ir a prisión, debe pagar por los delitos electorales que se están cometiendo hoy aquí impunemente", llegó a afirmar. "Dieciocho pasos hemos tenido que dar hasta acercarnos a esos miserables. Una botella me ha golpeado en la cara. Esto es lo que ha conseguido Sánchez ", señaló. Abascal dijo también que no proseguiría con su discurso hasta que se dispersara a aquellos que se aproximaron para mostrar su descontento.
Una vez más, la actuación de las Unidades de Intervención Policial (UIP), más conocidos como antidisturbios, han vuelto a generar polémica y controversia tanto en un sentido como en otro, siendo criticada tanto por los 300 asistentes al acto de Vox como por los más de 500 manifestantes que acudieron para manifestarse en contra y que terminaron arrojando todo tipo de objetos tanto a los agentes como a quienes acudían a presenciar el inicio de la campaña electoral.
Si bien el dispositivo resultó en apariencia considerable, los diez primeros minutos desde el inicio de los disturbios -cuando Abascal se aproximó a la primera fila de los manifestantes- convirtieron ese enclave de Vallecas en un lugar altamente caótico. La protesta y el lanzamiento de diversos proyectiles no se consiguió evitar, pero el saldo final de una tarde de alta tensión en el barrio fue de dos detenidos (por el momento), y 34 heridos, 20 de ellos agentes antidisturbios, según los Servicios de Emergencia del Ayuntamiento de Madrid.
Nueve de ellos fueron trasladados al hospital para ser sometidos a un control radiológico. A los otros 14 les atendieron en el lugar los servicios del Samur y de Protección Civil. Tres de ellos acabaron en urgencias por la gravedad de las lesiones producto de los enfrentamientos. Pudieron ser muchos más.
Las fuentes policiales consultadas en el seno de las unidades antidisturbios discrepan en cuanto a la cantidad de recursos empleados en el operativo. Algunos argumentan que se permitió acercarse demasiado a quienes estaban en contra del mitin, propiciando escenas de tensión. Uno de los policías, tras las primeras cargas, concretamente un subinspector de la UIP, llegó a ser pateado en plena trifulca. "Eso no puede pasar. Se puede medir distancias para que no se acerquen tanto. Tenemos medios para ello. Ahí ya estaba perdida la distancia", argumenta uno de ellos a EL ESPAÑOL.
El despliegue
Otros en cambio consideran que la cifra desplegada fue la adecuada y proporcionada, y el operativo impecable. Las informaciones de las que disponían en Interior indicaban que la convocatoria en contra del acto de Vox se iba a nutrir en parte de grupos radicales como los Bukaneros (ultras del Rayo Vallecano), Vallekas Antifascista, Izquierda Castellana o la Coordinadora Antifascista de Madrid.
Por ello, un grupo entero de UIP y tres subgrupos de otra de las unidades más agentes de la Brigada Provincial de Información conformaron de entrada el dispositivo. En total, cerca de 200 efectivos de Policía Nacional establecieron varias líneas defensivas en torno al círculo central, donde se encontraba la tribuna, el atril y los dirigentes del partido político. Esa era la disposición y la previsión diseñada en los últimos días para el acto.
El operativo comenzaba en la boca del Metro de Alto del Arenal. Ahí, tras los tornos de acceso, un pequeño contingente identificaba a quienes acudían al lugar. Más adelante, en la calle Santiago Alió, otro control con registros y cacheos incluidos. Allí identificaban a todos, abriendo mochilas, exigiendo documentación. Inquiriendo a todo aquél que acudía y para qué.
Algunos efectivos camuflados de paisano hacían lo propio en otras avenidas. Ya en la plaza, unos 50 furgones apostados en las esquinas auguraban lo masivo del contingente. Un helicóptero velaba entretanto desde el cielo.
En torno al parque y a la Plaza Roja, los agentes se disponían en semicírculos concéntricos. Las aglomeraciones en puntos concretos, a lo largo de la tarde, instantes antes del mitin, propiciaron que finalmente los efectivos policiales tuvieran que recular, y los manifestantes contrarios a Vox acabaron apostándose en la escalinata que bordea el lugar en el que estaba ubicada la tribuna.
Refuerzos
Ya ahí, desde las seis hasta las siete y media, los antidisturbios abrieron una línea completa que se fue incrementando conforme se acrecentó la tensión. Las fuentes consultadas indican que se actuó siguiendo los protocolos de estas unidades, aumentando progresivamente la fuerza de la actuación conforme se incrementaba a su vez la agresividad de los manifestantes.
Primero reforzaron cada hilera con nuevos agentes. Después, echaron mano de los escudos. Más tarde, cuando Abascal se acercó a la primera fila de manifestantes, y la mecha de la tarde se prendió, comenzó la lluvia de latas y piedras. Ya entonces los antidisturbios iniciaron las primeras cargas.
Luego lanzaron salvas de pólvora al aire para dispersar a los violentos, y les acometieron en distintas cargas para que huyeran hacia las calles adyacentes. Ahí se produjeron unos 15 minutos críticos, con embestidas y retrocesos, porra en mano, pero no fueron a más.
Pese a todo, tras los primeros embates, los agentes se vieron en la necesidad de pedir refuerzos. Unos cuantos furgones más llegarían al lugar poco después. Apenas una hora más tarde, a las ocho y media, ya había pasado lo peor. Los disturbios proseguían en calles próximas, hasta las cuales los policías realizaron distintas incursiones. El mitin pudo finalizar en torno a las nueve de la noche y media hora después la plaza empezaba a recobrar la normalidad.
Otros agentes en el seno de la UIP opinan que Vox, tanto en los mensajes lanzados en la tarde de este miércoles como otros anteriores, utilizan en ocasiones a los policías como arma arrojadiza. "Usan a los compañeros, provocando a manifestantes para provocar cargas. Es la manera de no pasar desapercibidos".