Tres cartas de amenaza y una confrontación en un mitin electoral. Las elecciones a la Comunidad de Madrid han cambiado completamente su discurso y han dejado de lado las promesas electorales para centrarse en dos episodios de violencia marcados por "piedras y balas".
Así lo han querido Vox y Podemos que fuerzan desde hace días un salto en el discurso de campaña hacia ambos episodios. Primero con ataques directos entre candidatos y, por último, forzando el abandono durante un debate electoral.
Desde sur a norte de la región. Desde la Plaza Roja de Vallecas hasta Pozuelo de Alarcón. Este sábado todos hablaban de "piedras y balas", de "confrontación" y del derecho al diferente en un Madrid que parece pintado en "blanco y negro".
Con una puntualidad británica (o, más bien, choque informativo) todos los partidos han llamado a sus votantes a las 12:00 horas de la mañana para poner en el centro del debate de sus baños de multitudes dos eventos: los disturbios que tuvieron lugar en un acto de Vox en Vallecas y las amenazas que han recibido miembros del PSOE y Unidas Podemos.
Estos últimos hablaban desde un encuentro con feministas en el madrileño barrio de Príncipe Pío. Allí, Iglesias recordaba lo acontecido durante la última semana y aseguraba que su gesto del viernes, en el que se levantaba del debate de la cadena Ser, era el símbolo de un día que lo "cambió todo".
Y no sólo por su abandono del debate después de que la candidata de Vox se negara a condenar la carta con balas que había recibido, sino por "la actitud de cientos de miles de personas en redes que dijeron, efectivamente, que la democracia está en peligro".
Tal ha sido el impacto del que habla Iglesias que hasta el PSOE ha modificado su eslogan de campaña. 'No es sólo Madrid, es la democracia', ha sido la frase con la que se ha presentado Ángel Gabilondo ante la ciudadanía de Vallecas en la misma Plaza Roja en la que unos días antes habían tirado piedras a simpatizantes de Vox.
Un "no" claro
Gabilondo ha retomado el mensaje de Iglesias y ha asegurado que "ni Monasterio ni el PP de Ayuso" han condenado las amenazas a Fernando Grande-Marlaska, Pablo Iglesias y María Gámez de una manera "concreta".
"A nuestros compañeros les han llegado cartas con balas amenazando su vida, cuando se condena la democracia hay que hacerlo sin matices", ha insistido Gabilondo.
Sus palabras llegaban directamente desde la Plaza Roja de Madrid hasta la Plaza de la Constitución de Pozuelo de Alarcón. Allí estaba la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, arropada por el líder del PP, Pablo Casado.
Mientras acusaba a la izquierda de "resucitar el miedo", el líder de los populares entraba en el juego que le ponían en bandeja desde la oposición madrileña y rechazaba "balas y piedras". De nuevo, un mitin centrado en las amenazas recibidas por ambos partidos.
"No queremos ni piedras ni balas. No queremos ni amenazas ni insultos. No queremos ni boicots ni cordones sanitarios, queremos concordia, queremos paz civil y libertad", "una España en color y no en blanco y negro que mire al futuro con esperanza no una España a garrotazos", ha dicho.
"Revolución pacífica"
Frente a todos los rechazos a la violencia por parte de los partidos (de uno u otro modo), Vox ha marcado el tono discordante. La candidata del partido de ultraderecha a ocupar el sillón de la Puerta del Sol, Rocío Monasterio, ponía en duda las cartas amenazantes a miembros del Gobierno y aseguraba que su presencia incomodaba a sus rivales, aunque sólo quieren "proteger Madrid".
Afirmando que su misión es "poner la cara por la Comunidad de Madrid", Monasterio se ha congratulado de que "una corriente de gente" escuche a Vox y sea consciente de que "sólo nosotros vamos a proteger Madrid", insistía.
El mensaje de concordia y de condenar ambos actos, tanto los ataques a Vox como a los socios del Gobierno, ha llegado desde Ciudadanos. En la Plaza del 2 de Mayo, Edmundo Bal ha pedido "concordia" al resto de candidatos y ha animado a arrancar una "revolución pacífica".
"Quiero dejar una cosa clara hoy. Condeno las balas en un sobre que se han mandado a Iglesias, los actos de violencia contra Vox en las calles, el escrache que vivió Villacís estando embarazada, las agresiones a mujeres policía por una candidata de Podemos y la violencia de ETA que Bildu disculpa. ¿Pero por qué nadie lo dice así? Si es muy fácil, pero no lo pueden decir ni Iglesias ni Monasterio", ha sentenciado Bal.
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