Son manipuladores de mentes, reclusos cuyo material de trabajo es la doctrina radical del yihadismo. Tipos con capacidad de manejar su antojo la voluntad de otros presos -incluso a personas condenadas por delitos comunes y ajenos a las doctrinas yihadistas-, con el objetivo de adherirlos a la causa de distintas organizaciones terroristas.
Según ha podido conocer EL ESPAÑOL en fuentes de Instituciones Penitenciarias, en estos momentos hay en las prisiones de toda España 44 internos que actuarían como "adoctrinadores yihadistas", presos que pueden arrastrar a otros reclusos a posiciones extremistas.
Los presos que abrazan los ideales y los postulados del yihadismo dentro de las prisiones son una de las principales preocupaciones en el seno del Ministerio del Interior y de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias.
Por ello, aquellos perfiles susceptibles de ejercer ese proselitismo sobre otras personas en las cárceles son controlados minuciosamente por los funcionarios e investigados desde hace años por los especialistas en terrorismo de Policía Nacional y Guardia Civil.
Desde el pasado mes de diciembre, Interior ha realizado cinco operaciones en este sentido, deteniendo en ellas a nueve presos que pretendían atraer a otros y adoctrinarles en el ideario yihadista. La última de ellas se ha conocido este jueves.
Nuevas detenciones
Ha sido en esta caso la Guardia Civil la que ha llevado a cabo la operación. Dos internos y una tercera persona que había pasado por la cárcel tiempo atrás fueron apresados por proselitismo, captación y difusión de postulados yihadistas de manera concertada y coordinada. Todos eran afines a Daesh.
En el centro Penitenciario de Murcia II se detuvo a un preso preventivo, conocido allí por su actividad radical y adoctrinadora, por delitos de terrorismo.
La segunda de las detenciones se produjo en la prisión de Teixeiro (La Coruña), donde un recluso, que cumplía condena por delitos contra el patrimonio y estaba catalogado como preso de especial seguimiento (FIES), fue detenido por las mismas razones.
La tercera tuvo lugar en Ceuta. El detenido ya había pasado por la cárcel en dos etapas diferentes, y en ambas ocasiones se había dedicado al adoctrinamiento.
Una de las tareas que llevaban a cabo era la realización de pintadas en zonas comunes de las prisiones. Otra era la de difundir a través de correspondencia postal contenidos para incitar a la afiliación terrorista.
72 presos vulnerables
El trabajo de los funcionarios de prisiones en este sentido resulta crucial a la hora de prevenir que los presos más vulnerables sean introducidos por otros en el ideario más radical de la yihad. Y por eso también se monitoriza y se vigila a aquellos susceptibles de ser adoctrinados.
En las cárceles de toda España, según fuentes de Instituciones Penitenciarias confirman a este periódico, hay localizados 72 presos que serían potenciales objetivos a adoctrinar por esos otros internos. Suelen cumplir penas por delitos comunes de poca entidad. En vista de que puedan caer en las redes de manipulación de los afines a Daesh y a Al Qaeda, Interior realiza un trabajo exhaustivo desde hace años en ese sentido.
Y es que en las prisiones hay perfiles verdaderamente peligrosos. Hace tan solo un mes, en una de las muchas operaciones recientes que han llevado a buen puerto, la Comisaría General de Información (CGI) de la Policía Nacional consumaba la detención de un yihadista asociado a Daesh, el autodenominado Estado Islámico, cuya misión era la de captar a nuevos adeptos a la causa en el Centro Penitenciario de Murcia II.
Los investigadores revelaron a EL ESPAÑOL que habían descubierto en él una suerte de mindhunter: un "cazador de mentes" que lograba manipular a su antojo la voluntad de quienes se le ponían por delante.
Ya había sido arrestado a principios de noviembre de 2017 durante una operación contra el terrorismo yihadista llevada a cabo por la Policía Nacional en Ceuta. En aquella ocasión, actuaba como distribuidor de material a modo de "informante de Daesh".
En su casa y en sus ordenadores los agentes hallaron multitud de sistemas y plataformas preparados para difundir todo tipo de contenidos del ISIS. Era, a todos los efectos, un experto "reportero de la yihad".
Tras su detención y sin esa capacidad tecnológica continuó con su función con los medios a su alcance plenamente alineado con los postulados de Daesh. Es decir, que prosiguió con el adoctrinamiento pero en las cárceles por las que pasó.
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