Con la situación en las fronteras con Marruecos más relajada, el Gobierno de España busca la forma de reconducir la crisis diplomática con el país alauí apostando por la discrección. "No jugamos con represalias con nuestros socios", ha aseverado este domingo la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, subrayando el afán de dejar atrás "cuanto antes" el asunto.
La jefa de la diplomacia española ha apostado de nuevo por que la respuesta ha de pasar por el diálogo, "con firmeza cuando sea necesaria y siempre tendiendo la mano y desde el respeto" y ha defendido las relaciones de ambos países.
De hecho, ha destacado que los socios europeos han visto en los últimos tiempos "de manera muy positiva" la manera en que ambos han gestionado conjuntamente el tema migratorio y "haríamos bien en seguir trabajando de esta manera para que esta gestión sea ejemplo de cómo construir".
Como ha venido haciendo tanto ella como otros ministros desde que comenzó la crisis, González-Laya ha justificado la acogida la acogida del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, como un "gesto humanitario" que, sin embargo, no supone tomar partido en el contencioso entre el reino alauí y el Sáhara.
Sin embargo, según la ministra, este hecho ha desencadenado el rechazo de Marruecos y "una respuesta unilateral en forma de crisis migratoria" a la que, por otra parte, la Unión Europea ha respondido con claridad. "Reconducir la relación es clave para los dos países", ha dicho.
Para González Laya, lo sucedido "nos ha vuelto a poner frente a la necesidad de responder al reto migratorio de manera conjunta", tanto a España como a Europa y a sus socios, y desprende "una serie de lecciones que hay que aprender" que la ministra, según ha dicho, ha trasmitido a la embajadora marroquí, Karima Benyaich, y que se resumen en que "hay que mirar al futuro".
Sáhara
"Respetamos las decisiones de los demás", ha dicho en referencia al reconocimiento de EEUU de la soberanía marroquí en el Sáhara Occidental al entender que su propuesta de autonomía es "la única base" para una solución "justa y duradera" que garantice "la paz y la prosperidad" en la zona. "Y queremos que respeten las nuestras", ha dicho.
Así, ha ratificado que la postura de España se basa en "la legalidad internacional". Hay "una contención política que tiene que ser negociada en el marco de Naciones Unidas", ha reiterado, asegurando que "cualquiera que sea el resultado de las partes, lo respetaremos".
"No vamos a hacer nada que suponga agravios para Marruecos, ni Argelia, ni para el Polisario. Lo que buscamos es impulsar una negociacion politica, que es lo que va a dar una paz estable y duradera", ha concluido.