La exsenadora de Podemos Celia Cánovas ha declarado este jueves ante el juez instructor del caso Neurona, Juan José Escalonilla, que en el partido casi todos sabían que determinados dirigentes cobraban sobresueldos encubiertos camuflados en forma de pluses.
"Lo que no sabía en aquel momento es que algunos dirigentes, como la gerente, se habían otorgado esos sobresueldos a sí mismos", ha explicado Cánovas a EL ESPAÑOL tras concluir su declaración como testigo ante el juez.
Podemos alega que estos "complementos salariales" fueron aprobados por el Consejo de Coordinación del partido, en sendas resoluciones del 17 y el 24 de abril de 2017. Sin embargo, según ha explicado la exsenadora ante el juez, esto vulnera abiertamente los estatutos del partido, según los cuales los sobresueldos sólo podían ser autorizados por el Consejo Ciudadano de Podemos.
Según los estatutos vigentes hasta la III Asamblea de Vistalegre, ningún cargo público o dirigente del partido podía cobrar más de tres veces el Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Cuando se aprobó esta norma, en 2014, el SMI estaba fijado en 650 euros al mes.
El contrato de Neurona
El titular del Juzgado de Instrucción número 42 de Madrid, Juan José Escalonilla, archivó inicialmente la investigación sobre los sobresueldos del partido, de acuerdo con el criterio de la Fiscalía, que no apreciaba la existencia de un presunto delito de "administración desleal".
Sin embargo, el magistrado reabrió esta línea de investigación en un auto dictado el pasado 16 de abril, en el que requiere a la dirección de Podemos que le comunique la identidad de todos los miembros del partido que cobraron estos sobresueldos, así como el informe de ejecución de los presupuestos de 2019, en el que se especifique en qué partida están incluidos los complementos salariales.
Tanto la gerente del partido, Esther Val Val, como el tesorero, Daniel Frutos, están imputados en la causa por el cobro de sobresueldos y por las presuntas irregularidades en el contrato de la consultora Neurona Comunidad SL en la campaña de las Elecciones Generales de abril de 2019.
Durante su declaración como testigo, la exsenadora Celia Cánovas también ha explicado que durante años donó al partido 1.000 euros al mes de su sueldo público, y nunca supo a qué fines se destinó este dinero.
La 'caja b' de Podemos
"No fue hasta la apertura de la causa judicial", ha señalado Cánovas a EL ESPAÑOL, "cuando supe que una parte de ese dinero iba a entidades como #404 Comunicación Popular, integradas por empleados y asesores del propio partido".
"Como afectada quiero saber a dónde iba ese dinero procedente de mi sueldo", indica la exsenadora. Celia Cánovas ha explicado que en 2018 dejó de pagar estas donaciones por discrepancias con la dirección del partido y no fue hasta unos meses después, en enero de 2019, cuando Podemos comenzó a justificar este desvío de fondos hablando de una supuesta "Caja de Solidaridad".
"Algunos dirigentes, casi siempre los más próximos al aparato de partido, donaban menos de lo que les correspondía, según los estatutos, y otros no hacían ninguna donación", ha especificado.