La digitalización del sistema sanitario es una de las asignaturas pendientes del Ministerio de Sanidad. Tras pasar por gobiernos de todo los colores políticos (tanto nacionales como autonómicos) la historia clínica interoperable sigue siendo una ilusión y, si todo va según lo previsto, complicará la campaña de vacunación contra la Covid-19.
Por lo menos así lo ven diferentes comunidades autónomas que aseguran que no tener un acceso "100% real" a los historiales clínicos interoperables. Es decir, que cualquier sistema sanitario autonómico público o privado pueda acceder a los registros sanitarios de un paciente, aunque no sea de su región.
Afirman que "sin interoperabilidad total" es muy complicado hacer operativo el acceso a expedientes, tanto a la hora de las citaciones como durante el pinchazo de la vacuna.
Los gestores autonómicos insisten en que es "necesario" acceder a la historia clínica total de un paciente para conocer si tiene algún tipo de alergia, una situación de vulnerabilidad o saber si ha pasado la Covid-19. En cuyo caso la pauta vacunal sería diferente y sólo le correspondería una dosis a los seis meses de la infección inicial.
Vacunar a la gente, aunque esté de vacaciones en otra comunidad autónoma, es algo que apoyan CCAA y Ministerio de Sanidad. Primero lo plantearon varias regiones y este lunes lo confirmó el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón.
En su rueda de prensa semanal, Simón contempló la "opción" de ponerse la segunda dosis de la vacuna en otra comunidad autónoma. El experto aconsejó a los españoles viajar con la documentación sanitaria "para poder acceder a los datos de la vacunación previa".
Desplazados
Las comunidades aseguran que el plan es adecuado y no sería un problema si la interoperabilidad del sistema sanitario español fuera "real". Hay que recordar que, en estos momentos, ya se está vacunando a personas desplazadas. Pacientes que piden un cambio de domicilio en su centro de salud durante una larga estancia de tiempo.
Pero, tal y como concretan, no es lo mismo una persona desplazada (por ejemplo, en Asturias ya han vacunado a centenares de ellos) que una persona que, en el momento de su citación, está en otra de manera puntual.
Esta segunda persona no tiene trasladado su registro como paciente del Sistema Nacional de Salud (SNS) ni está registrado a tal efecto. Por tanto, debería existir una acreditación que dejara constancia tanto de la citación como de la vacuna y remitir dicha documentación a su médico de cabecera o sistema sanitario de origen.
En un primer momento, Sanidad cerró las puertas a esa opción que ahora debaten los expertos. La ministra de Sanidad, Carolina Darias, afirmó ante los medios de comunicación que, si una persona era citada y no estaba en su comunidad, debería de esperar a que su grupo de edad terminara de vacunarse para citarle de nuevo. Una especie de repesca que, ahora, parecen tener intención de eliminar.
Bien es cierto que el problema de la interoperabilidad (no sólo entre comunidades autónomas, sino también entre sistemas sanitarios públicos y privados) se le suma la velocidad de vacunación de cada región. Algo que no preocupa a las comunidades autónomas, aunque reconocen que podría pasar.
El ejemplo perfecto sería el de un ciudadano de Ceuta de 30 años que le llaman a vacunarse y está en Madrid. Aunque en su región si se esté inoculando a ese grupo de edad, en la capital de España esto no está previsto todavía.
Además, algunas regiones suman a esto el hecho de que las vacunas se estén distribuyendo por población. Aunque en estos momentos no hay problemas de dosis, lamentan que vacunar a estas personas pueda descuadrar sus números.
Aunque el proyecto es bien recibido por la gran mayoría de las regiones, los más solidarios han sido los andaluces, gallegos y cántabros. Todos ellos se han ofrecido a vacunar a los turistas de otras regiones "cuando les toque".
De hecho, el propio Miguel Ángel Revilla fue bastante explícito con la forma de proceder aunque, como afirman sus compañeros autonómicos, no tuvo en cuenta los trámites digitales.
"El que tenga una vacuna fuera y esté aquí, pues se le pone aquí; del centro de salud, en cualquier sitio donde esté, se le llamará. Tendrá que comunicar en qué fecha le han puesto la primera dosis y, en los plazos, en el centro de salud que le corresponda, le vacunarán", afirmaba el presidente cántabro.
Problema con historia
A fin de cuentas, el problema de la digitalización no es algo puntual de la Covid ni ha surgido en el último año. El Gobierno del exministro Salvador Illa se puso como reto mejorar esta situación y, por eso, creó una secretaria general de Salud Digital, Información e Innovación del Sistema Nacional de Salud cuyo secretario general es Alfredo González.
La apuesta por el Gobierno de España para mejorar la interoperabilidad de la historia clínica se traduce en un presupuesto récord en los últimos presupuestos generales del Estado: 295,5 millones de euros.
Uno de los principales proyectos para invertir ese dinero es la denominada Estrategia en Salud Digital del Sistema Nacional de Salud. El objetivo es crear un espacio de datos clínicos y, además, modernizar las herramientas sanitarias de gestión (citas médicas, bajas, telemedicina, diagnóstico por imagen, etc).
Por el momento, todos estos proyectos de digitalización están en trámites de iniciarse y el objetivo es alinearse con Europa quién también reclama la interoperabilidad con el resto de miembros de la Unión Europea.